Lázaro y Cuauhtémoc

1891292_10152069390204678_461701859_nPor Roberto López Rosado*

Durante las últimas semanas he podido hacer algunos recorridos por el país, además de estar en algunas rancherías y pueblos de Oaxaca como lo hago comúnmente. Estuve en varios municipios de Michoacán, particularmente fue interesante mi estancia en Jiquilpan donde nació tal vez uno de los personajes más grandes, importantes y queridos de nuestro país, el general Lázaro Cárdenas del Río.

Fue muy confortante y hasta –lo digo sin problema alguno- me sentí orgulloso de escuchar cómo la gente habla de él con cariño. Este 18 de marzo recordamos aquella gesta del general Lázaro Cárdenas y del pueblo mexicano: la EXPROPIACIÓN PETROLERAS, sí con letras grandes que a apropósito de la Reforma Energética, Lorenzo Meyer, este destacado y comprometido historiador mexicano ha lamentado que aquel proyecto de don Lázaro “se está muriendo”. Sin embargo en necesario decir que sobre esto, la última palabra no está dicha. Deben ser los propios mexicanos quienes a través de una Consulta Ciudadana seamos quienes decidamos en 2015 la suerte de nuestras riquezas nacionales , de nuestro petróleo, y por ello cómo no olvidar una de sus frases más recordadas del ex presidente: “Contra la patria, nadie, por la patria, todos”.

Son muchos los pasajes, las historias que la gente recuerda de él. Los hijos y los nietos de quienes fueron contemporáneos del general, como es común en los pueblos, lo recuerdan y no porque lo hayan conocido, sino por trasmisión oral, hablan de cómo ese gran mexicano se sentaba a la sombra de un árbol a conocer sus problemas personales y de sus tierras, de cómo los ayudaba, de cómo se preocupaba por la gente pobre.

Se preocupó por modernizar el campo, los sistemas de riego, de recolección, mejorar las carreteras y crear caminos rurales, crear dispensarios médicos en las rancherías y construir hospitales. Llevó a cabo la Reforma Agraria como la diseñó el General Zapata lo que le permitió, entre otras acciones, expropiar las henequeneras a favor de los ejidatarios yucatecos.  El norte y centro del país, experimentaron los mayores crecimientos de la producción agrícola por habitante, por eso en La Laguna se le tiene mucho cariño y se le recuerda con gran respeto. Decía: “La miseria, la ignorancia, las enfermedades y los vicios esclavizan a los pueblos”.

Lázaro Cárdenas del Río fundó el Instituto Politécnico Nacional, el Colegio de México y el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Tenía muy claro la importancia de estas instituciones para el crecimiento del país: “Todo Estado moderno exige una técnica dirigida hacia la abundancia de bienes esenciales y de equipos eficientes de cultivo, de transformación, de comunicaciones, de cambio y de cultura”. Es cariñosamente recordado en muchas partes del mundo, muchas calles de aquellos lugares llevan su nombre y se han erigido estatuas y monumentos en su honor, tuvo esa gran sensibilidad de haber acogido a los exiliados republicanos españoles que tuvieron que salir de su país por la guerra civil, entre ellos 456 menores que se hicieron mexicanos como lo son ahora sus descendientes. Si se me pidiera definirlo en una palabra, parafraseando a Lorenzo Mayer, diría “es el último gran estadista de México”.

Desde luego esta semana he decidido dedicar esta entrega a Lázaro y Cuauhtémoc Cárdenas por lo que ha significado para México la sabiduría del general Cárdenas, la expropiación petrolera y todo lo que he reseñado que es importante traer a cuento también por lo que ha representado su hijo, es decir, Cuauhtémoc,  por lo que ha significado el poder avanzar en la democratización del país, su rompimiento con el PRI en 1987, la creación del Frente Democrático Nacional que más tarde le daría vida al Partido de la Revolución Democrática.

Igual que su padre, Cuauhtémoc Cárdenas  recorrió el país, ya no a caballo como aquel pero sí en automóvil y entró a los pueblos y rancherías, dialogó con la gente y conoció sus problemas, sin embargo el 6 de julio le fue robada la Presidencia de la República, pero por fortuna, no se quedó allí, decidió construir, forjar al PRD que desgraciadamente se perdió, se extravió no por él, sino  por la voracidad de sus expresiones políticas y personales.

El viernes pasado, tuve la oportunidad de participar en una cena que diputados y diputadas y senadores del PRD ofrecimos al Ingeniero Cárdenas para expresarle nuestro apoyo pero sobre todo nuestra petición para que de nueva cuenta dirija, tome las riendas, el timón del Partido del Sol Azteca. Allí uno a uno de los que hablamos  coincidimos que el único que puede “salvar” al PRD es él, el hijo del general Lázaro Cárdenas.

El PRD como todo mundo sabe, como a todo mundo le preocupa, ha perdido su perfil de izquierda y, desgraciadamente, como dijo un compañero ahí, ha pasado a ser “a imagen y semejanza” de aquel Partido Socialista de los Trabajadores (PST) de Rafael Aguilar Talamantes. Allí también se reconoció que el único que puede sacar de la “perdición” al PRD es Cuauhtémoc. En 1988, en aquella campaña presidencial una gran parte de la población que votó mayoritariamente por él lo hizo viendo en Cuauhtémoc la imagen a su padre, del general, del Presidente Lázaro Cárdenas del Río. Pero el Ingeniero Cárdenas tiene su propio tamaño, bagaje, valía, su propio legado que como su padre ha si constructor de este país, de una política social, por eso, en esa cena expresé mi apoyo y le pedí dirigir de nuevo al partido porque estoy convencido que es el único que puede salvar a nuestro partido, lo que le urge al mismo país, a los mexicanos, que no sea un partido más, un partido satélite, un  partido comparsa como ha venido siendo en los últimos meses. Hoy muchos estamos desilusionados y preocupados porque la izquierda está marginada  y perdida, cuando está en manos de una camarilla que lo ha prostituido, haciéndolo perder su esencia de izquierda, el regreso de Cuauhtémoc a la presidencia del PRD nos permite que la esperanza renazca.

Lázaro Cárdenas tuvo que enfrentar resistencias derivado de su política de Reforma Agraria, de su proyecto de educación socialista, por haber recibido al exilio español, por su política social, y desde luego por la expropiación petrolera y por muchas presiones más. Cuauhtémoc, su hijo, sabrá vencer resistencias que de adentro y afuera del partido buscan que el proyecto de nación de la izquierda se vaya al basurero de la historia. Cuauhtémoc y todos quienes estamos comprometidos verdaderamente desde la izquierda, estamos obligados a luchar porque nuestro proyecto de nación sea el que gobierne muy pronto a México.

*Diputado federal del PRD por Oaxaca

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