Una dieta balanceada y reposo disminuye la probabilidad de precipitar convulsiones en una persona con epilepsia

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La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que se caracteriza por episodios de convulsiones, las cuales son contracciones musculares que pueden afectar a una parte del cuerpo (convulsiones parciales) o a su totalidad (convulsiones generalizadas) y a veces se acompañan de pérdida de la consciencia y del control de los esfínteres.

Al respecto el doctor Luis Enrique Matadamas Ortiz, Jefe de Medicina Interna del IMSS, indicó que esos episodios se deben a descargas eléctricas excesivas de grupos de células cerebrales y ocurren cuando los cambios permanentes en el tejido cerebral provocan que el cerebro esté demasiado excitable o agitado. El cerebro envía señales anormales, lo cual ocasiona convulsiones repetitivas e impredecibles.

Las descargas pueden producirse en diferentes partes del cerebro, pueden ir desde episodios muy breves de ausencia o de contracciones musculares hasta convulsiones prolongadas y graves.

Sin embargo una sola convulsión no significa que se padezca de epilepsia, por el contrario la epilepsia se define por dos o más convulsiones no provocadas.

Matadamas Ortiz refiere que las características de los ataques son variables y dependen de la zona del cerebro en la que empieza el trastorno, así como de su propagación. Pueden producirse síntomas transitorios, como ausencias o pérdidas de conocimiento, y trastornos del movimiento, de los sentidos (en particular la visión, la audición y el gusto), del humor o de la función mental.

De igual forma refiere que las personas con convulsiones tienden a padecer más problemas físicos, tales como fracturas y hematomas, y mayores tasas de otras enfermedades o problemas psicosociales y de trastornos tales como la ansiedad o la depresión.

No obstante es probable que algunas personas con epilepsia puedan reducir o incluso suspender sus medicamentos anticonvulsivos después de no tener ninguna convulsión durante varios años. Ciertos tipos de epilepsia en la niñez desaparecen o mejoran con la edad, por lo regular a finales de la adolescencia o hacia los 20 años.

Por último el jefe de Medicina Interna del IMSS indica que en general, no existe una prevención conocida para la epilepsia. Sin embargo, con una dieta y reposo adecuados, la abstinencia de drogas y alcohol puede disminuir la probabilidad de precipitar convulsiones en una persona con epilepsia.

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