¡Logra una memoria a prueba de olvidos!

La falta de memoria es un problema que causa alarma. Lo bueno es que con algunos ejercicios para la memoria evitas que ésta te traicione y se borre por completo.

 Aquí está la clave…

 Sin duda alguna, ejercitar el cerebro te ayudará a tener una mente sana, es decir, previenes enfermedades como el Alzheimer, la demencia senil y la pérdida de capacidades cognitivas que pueden presentarse a partir de los 50 años.

 Si siempre haces lo mismo de la misma manera, tu mente se acostumbra a una rutina y no se crean nuevas conexiones entre las células del cerebro. Por eso, es importante retarlo, sacarlo de sus esquemas y plantearle nuevas tareas.

 ¡Rétalo!

 1. Juega

 El sudoku, el ajedrez, el busca minas (minesweeper en inglés), los anagramas, leer con velocidad, hacer crucigramas, son ideales para memorizar datos.

 2. Relaciona cosas

 Por ejemplo si quieres acordarte del nombre de una persona visualiza cómo es, qué hace y qué ropa tenía cuando la viste.

 También puedes entender algo a través de asociación de ideas o resolver problemas de lógica.

 4. Haz tareas complejas

 Prepara tus impuestos, lee un libro sobre cómo abrir una nueva empresa o sigue las instrucciones paso duda3cpor paso para armar un mueble.

 Así forzas a tu cerebro a prestar mucha atención y a comprender, lo cual constituye un excelente entrenamiento.

 4. Lee y cuenta historias

 Estas actividades exigen tu atención, sobre todo cuando tienes que hacerlo ante los demás.

 5. Aprende otro idioma

 Hablar más de un idioma reta a tu cerebro constantemente, sobre todo cuando tienes que traducir o explicar lo que significa una palabra.

 6. Ejercítate

 La frase de “mente sana en cuerpo sano” es totalmente cierta. El sedentarismo contribuye a que desarrolles hipertensión, la cual puede afectar la memoria.

 7. Olvídate del televisor

 Mientras más tiempo gastes en actividades que no retan a tu cerebro, más posibilidades tendrás de perder la memoria. La curiosidad es un gran aliado de tu cerebro.

 Si cocinas, intenta memorizarte las recetas. Si te gustan los poemas o las historias recuérdalas y cuéntaselas a alguien. Si te gusta caminar busca senderos distintos que obliguen a tu cerebro a recordar diferentes rutas.

 El retar a tu cerebro es divertido. El perder la memoria, no lo es.

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