Divorcian a Alejandro Murat de los medios

El principio de incompetencia de Peter, mejor conocido de manera amplia como simplemente como principio de Peter alcanzó a Alfonso Martínez Córdova, coordinador de Comunicación Social del Poder Ejecutivo del Estado Libre y Soberano de Oaxaca.
Lo peor de todo es que la evidente soberbia y pública y notoria prepotencia, afecta directa y personalmente la imagen del gobernador Alejandro Ismael Murat Hinojosa al divorciarle innecesariamente de los medios de comunicación oaxaqueños.
Es un craso error minimizar las críticas resultantes de menospreciar y/o despreciar a los medios oaxaqueños, pensando equivocadamente que los realmente importantes son los medios de la Ciudad de México, que no nacionales, porque Alejandro Murat gobierna Oaxaca y no la CDMX.
Horas después del desayuno que el mandatario estatal ofreció a los directivos y trabajadores de los diversos medios de comunicación locales y corresponsales de los medios de la Ciudad de México, menudearon las críticas en las redes sociales contra Poncho al impedir el acceso a la prensa a Palacio de Gobierno para cubrir información del gobernador.
En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse, afirma el principio, formulado por el catedrático de ciencias de la educación de la Universidad del Sur de California en su libro The Peter Principle, de 1969.
Éste a querer o no, guste o no, es el lamentable caso del premiado nacionalmente comunicador oficial del gobernador Alejandro Murat desde la dirección general del Instituto Nacional del Fondo de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT).
Laurence J. Peter sostiene: Con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones. El trabajo es realizado por aquellos empleados que no han alcanzado todavía su nivel de incompetencia.
Si se contrastan el Principio de Peter con la realidad que vive Oaxaca, es innegable que no falta razón al catedrático de ciencias de la educación de la Universidad del Sur de California.
No ignoramos que en mayor o menor medida a los gobernantes les traicionan los afectos por sus amigos. Hemos sido testigo de ello desde el gobierno de Víctor Bravo Ahuja, Fernando Gómez Sandoval y el traicionado Manuel Zárate Aquino.
Nada nuevo ni oculto en la Tierra del Sol. Ha corrido, pues, ya mucha agua bajo los puentes. No nos sorprende, de ninguna manera. Es la misma gata nada más que revolcada. Representa el típico gatopardismo: que todo cambie para que nada cambie.
Fenómeno sociopolítico que se ha acentuado cada vez de manera peor, a partir del gobierno de Heladio Ramírez López y Diódoro Carrasco Altamirano, agravado éste por la excesiva soberbia de los jóvenes servidores públicos integrantes de La Pandilla de Santo Domingo.
Sin presunción alguna, pero sí con honda satisfacción profesional, podemos decir que, una vez más, el tiempo nos da la razón. El pasado domingo 18 de diciembre lanzamos un grito de advertencia ¡Alejandro, cuidado con la efebocracia¡
La terca realidad finalmente termina por imponerse. Bastaron escasamente 15 días, dos semanas, 360 horas, para que se perfilara con toda claridad uno de los mayores problemas a enfrentar por el gobernador Alejandro Ismael Murat Hinojosa:
La inmarcesible soberbia de algunos de los jóvenes funcionarios integrantes del gabinete legal y ampliado. Los “mirreyes” del Estado y la Ciudad de México han dado pie al surgimiento del fenómeno sociopolítico que bien pudiéramos denominar “efebocracia”.
A tiempo y no a toro pasado, cuando es muy cómodo hacerlo, escribimos que hasta el momento, todo parece indicar que serán los sucesores de “Los Gitanos” y “Los Extraditables”, enquistados en el gobierno populista izquierdizante de Heladio Ramírez López.
O de “Los Toficos” -¡Uy, qué ricos son!- que conformaban “La Pandilla de Santo Domingo” con Diódoro Carrasco Altamirano o bien, de los miembros de la “burbuja” con Ulises Ruiz Ortiz.
Recordamos el caso más paradigmático del defenestrado gobierno de Gabino Cué con Benjamín Robles Montoya, primer “vicegobernador”, sustituido por Jorge Enrique Castillo Díaz y su mafia de amigos, José Zorrilla de San Martín Diego y Alberto Vargas Varela.
A los dos anteriores, se suman de manera destacada Germán de Jesús Tenorio Vasconcelos, Netzahualcóyotl Salvatierra López, Salvador Monroy Rodríguez y Rogelio Hernández Cázares. Al mismo tiempo, también se agregan José Luis Pinacho Gómez y Guillermo Martínez Gómez, así como Carlos Alberto Moreno Alcántara y Salomón Jara Cruz, entre muchos otros rateros.
Las cofradías de estos grupos incurrieron en graves errores que pesan mucho histórica, social y políticamente a los ex gobernadores. En muchos casos lastimaron innecesariamente al pueblo.
A todos les caracterizó la soberbia y la corrupción porque éstas, a querer o no, van de la mano y corren paralelamente una al lado de la otra, durante su desempeño en la administración pública.
Al parecer es una más de las maldiciones que pesan sobre Oaxaca y cuyos integrantes de estos grupos confunden de mala manera la estrecha amistad y cercanía con el gobernador en turno.
Creemos que el gobernador Alejandro Murat está plenamente sabedor y consciente de esta problemática, en virtud que frecuentemente ha externado su malestar con esta situación.
Por salud pública, es altamente positivo que tome nota de las actitudes negativas de sus amigos y colaboradores más cercanos marcadamente del coordinador de Comunicación Social, Alfonso Martínez Córdova.
A la gente del pueblo irrita e indigna hasta la madre el “modito” soberbio de los ‘efebos’, su forma de andar y de hablar y, sobre todo sus desplantes, es decir, su lenguaje corporal y oral.
El Jefe del Ejecutivo Estatal ha dicho con todas sus letras que quien no trabaje y no cumpla con sus obligaciones legales o lo haga mal, se irá a su casa o, de ser necesario, a la cárcel.
El pueblo oaxaqueño anhela a gritos ésta última decisión y voluntad política por parte del nuevo gobernante. La gente está hasta la madre de la prepotencia y de la escandalosa corrupción de los servidores públicos.
Si bien se gobierna con los parientes, amigos y compadres, no es menos cierto que las más de las veces éstos generan serios y graves problemas de manera innecesaria a los gobernantes.
Confiamos que Alejandro que no lo permita porque Oaxaca ya no aguanta más soberbia ni corrupción. Al tiempo.

alfredo_daguilar@hotmail.com
director@revista-mujeres.com
@efektoaguila

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