Acusadores de despojo, acusados de despojo
COMUNICADO
¡Feliz sabadito!
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Hace algunos meses que en medios estatales y nacionales circula la versión de un supuesto robo de identidad contra tres hermanos, dicen ellos, cometido en el Registro Civil, que acusan también del supuesto despojo de propiedades que, según sostienen, les pertenecen.
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Sin embargo, circula también ya una respuesta pública de la familia Gómez-Conzatti-Merlo-Shamosh, verdaderos propietarios y herederos de esas propiedades en supuesta pugna y despojo. Los propietarios aseguran que los tres hermanos que se presentan como víctimas de robo de identidad (de los apellidos del padre) y despojo de sus propiedades:
1. Nacieron fuera del matrimonio original del Sr. Gómez Conzatti y los propietarios originales se deslindan de cualquier supuesto robo o alteración, o historial de identidad.
2. Han perdido juicios de amparo ante el supuesto robo de identidad.
3. NO SON PROPIETARIOS víctimas de despojo. Las propiedades tienen propietarios legales y las adquisiciones y pagos de prediales están debidamente comprobados.
4. Muchas propiedades las adquirió la madre del notario público Alberto Merlo Gómez, a través de años y con dinero de salarios como servidora pública y el comercio de aceites y lubricantes de automotores. Todas las compras debidamente documentadas y transparentes.
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Por el contrario, afirman los propietarios reales, los hermanos que se hacen pasar por víctimas, que no tienen una identidad definida y por ello ha sido difícil emprender procesos legales en su contra, habrían cometido despojo de un edificio contra la abuela del notario, Victoria Conzatti, una mujer de 103 años, y les son robadas las rentas que produce la propiedad.
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Los hermanos que acusan robo de identidad, dice la familia Conzatti, no acuden a las audiencias a las que son citados en los procesos emprendidos por la señora Victoria Conzatti.
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El notario Alberto Merlo Gómez, en representación de su familia, ha invitado a los hermanos presuntamente víctimas de robo de identidad y despojo, a que peleen por vías legales, y no de manera mediática, pues provocan daño moral a su familia.
