¿Vale la pena vivir con tu mejor amigo y pagar el depa entre los dos?
Ojo: un 35% de las relaciones entre amigos que comparten espacio terminan enfrentando tensiones en los primeros seis meses debido a diferencias de hábitos y expectativas
EXCELSIOR
Vivir con tu mejor amig@ parece, a primera vista, una gran aventura. Pero ya en la práctica, ¿lo es?
En urbes como Ciudad de México, donde el costo de la renta se ha disparado en los últimos años, compartir departamento se ha convertido en una solución ideal para reducir gastos y disfrutar del día a día con alguien de confianza. Pero, ¿es realmente tan idílico como suena?
Pros: compartir la vida con tu compañer@ de batallas
Uno de los mayores beneficios de vivir con tu mejor amig@ es, sin duda, la comodidad de compartir el espacio con alguien que conoces a fondo. Esto significa confianza, cero tensión inicial y un ambiente relajado desde el principio. Convivir con una persona que ya conoce tus gustos, hábitos y manías hace que la transición a una nueva convivencia sea mucho más fácil y rápida.
Además, compartir gastos y responsabilidades como la renta, servicios y tareas del hogar puede hacer que la vida sea más llevadera. En una ciudad donde el costo de vida sigue al alza, como lo es la CDMX en este octubre de 2024, dividir los gastos de un depa en una zona céntrica es una gran ventaja.
Vivir con tu mejor amig@ también significa tener compañía constante. Los momentos solitarios se reducen, siempre tendrás a alguien con quien hablar, ver una serie o cocinar, y la seguridad de saber que puedes contar con ell@ en momentos difíciles es invaluable.
Contras: el reto de mantener la amistad intacta
Sin embargo, vivir con tu mejor amig@ también tiene sus desventajas. La convivencia diaria saca a relucir aspectos de la personalidad que no siempre son fáciles de sobrellevar. Cosas que antes eran insignificantes pueden convertirse en motivo de tensión, como dejar los platos sucios o no respetar espacios privados. La amistad puede ponerse a prueba cuando las expectativas no coinciden con la realidad de compartir un espacio.
Otro de los riesgos es la falta de tiempo a solas. La convivencia constante puede ser agotadora, y es posible que en algún momento surja la necesidad de establecer límites para evitar que la relación se desgaste. En ocasiones, el exceso de confianza lleva a descuidar el respeto mutuo, y situaciones cotidianas pueden tornarse en conflictos sin solución aparente.
También es importante recordar que la economía compartida puede generar fricciones. Si bien dividir la renta y los gastos comunes es un alivio, la gestión del dinero a veces puede ser una fuente de conflicto, especialmente si alguno de los dos atraviesa problemas económicos. Es esencial tener una comunicación abierta y transparente para evitar malos entendidos y resentimientos.
Consejos para una convivencia financiera exitosa
Antes de mudarse juntos, es fundamental hablar de las finanzas personales: cuánto ganan, cuáles son sus deudas y cuánto dinero están dispuestos a aportar para la renta y servicios. Establezcan presupuestos claros para evitar sorpresas. La regla habitual es destinar el 40% del ingreso a la vivienda, pero es importante adaptar esto a la situación de cada uno.
Además, consideren crear un fondo de emergencias para cubrir gastos imprevistos, como reparaciones o problemas de liquidez. Esto puede ayudar a mejorar la seguridad financiera y evitar el estrés ante cualquier eventualidad.
Si van a amueblar su hogar, definan qué muebles y electrodomésticos compartirán y cuáles serán de uso individual. Establezcan normas claras para el uso y mantenimiento de los artículos comunes, como la lavadora o el refrigerador, para evitar conflictos.
También es recomendable calendarizar los pagos de servicios y mantener un registro visible, ya sea en un tablero físico o en una aplicación digital. Esto ayudará a evitar atrasos y mantener las cuentas claras, lo que siempre contribuirá a una convivencia armoniosa.
¿La mejor decisión? La clave está en la comunicación
Vivir con tu mejor amig@ puede ser una experiencia maravillosa, pero también representa un desafío importante para la amistad. La clave para que esta práctica funcione está en la comunicación constante y la disposición para adaptarse. Hablar de los límites, expectativas y responsabilidades antes de mudarse juntos puede prevenir muchos problemas y hacer de la experiencia algo positivo.
Si se gestionan bien las diferencias y se cultiva el respeto mutuo, vivir con tu mejor amig@ puede ser una de las etapas más divertidas y enriquecedoras de tu vida. Como todo, tiene sus luces y sombras, pero al final del día, compartir un hogar con alguien que te comprende puede valer mucho la pena.
¡Cuéntanos tus experiencias!