¿Todavía existe la revolución?

pri2Por Horacio Corro Espinosa

A principios de la década de los 50´s, México pasó por una corriente filosófica que se le denominó de lo mexicano. Se trataba de una teoría que descubría las claves del ser nacional. Estoy seguro que muchos leímos alguna vez los libros de Samuel Ramos y de Leopoldo Sea.

Cuando yo leí a esos filósofos, me quedé con el ojo cuadrado, y sobre todo estatufeto, patidifuso y circunspecto, (así decía una de mis tías cuando algo le impresionaba). Lo peor del asunto es que me tragué todo lo que decían esos hombres. Los análisis que hacían estos hombres de lo mexicano, incurrían frecuentemente en notas que se le podrían llamar negativas. Pues según, los mexicanos, cargábamos un tremendo complejo de inferioridad, añadiéndole la soledad, el prejuicio, el resentimiento, etc.

Esos análisis el día de hoy, me parecen totalmente cosa del pasado porque ya nadie puede pensar que la revolución mexicana implicó una verdadera renovación histórica. En los años 50 y 60 todavía se sostenía que la revolución mexicana era permanente, y se aseguraba que cada régimen político ahondaba más y más en su sentido humanista.

La crisis en la que está envuelto el PRI a nivel nacional, hoy vemos que en realidad, nada tiene de revolución. Sus hombres y sus costumbres, han degenerado esa revolución.

Después de los últimos escándalos del PRI, más lo que le abonó el Presidente con licencia del PRI en el D.F., Cuauhtémoc Martínez de la Torre, con la contratación de edecanes que presuntamente la brindaban servicios sexuales, echó al basurero lo poco que quedaba de la revolución. Por toda la putrefacción que la ciudadanía ha visto al interior del Revolucionario Institucional, si a un joven le preguntas qué es la revolución, te va a responder sin dudarlo, que es sinónimo de corrupción.

A nivel estatal, los ciudadanos certifican que esos hombres salidos del PRI hacia otras esferas, su corrupción es probada. Sólo hay que ver a los diputados priístas de la actual legislatura oaxaqueña, comenzando con Alejando Avilés Álvarez. No debemos olvidar tampoco, la integración del nuevo PRI de Héctor Anuar Mafud Mafud, quien ha asegurado que el tricolor busca a los mejores perfiles para postularlos en la jornada del próximo año, pero desde ahorita está mandando señales a qué clase de gente se refiere con los tipos mañosos que está jalando para la integración del comité estatal.

Y conste que hablamos de miembros en los cuales la revolución depositó sus esperanzas. Este grupo de la revolución, ha degenerado en una camarilla burocrática que se ha repartido las prebendas del estado como botín.

Antes, la ideología de la revolución, orgullosamente hablaba como una instancia superior y de justicia. Hoy, hablar de eso, evoca la idea de una burocracia, por eso ya no se puede hablar de una revolución permanente. De ahí que el mismo PRI en Oaxaca, ya no pueda hablar de las glorias de Villa o Zapata, por ejemplo. Primero porque a todos nos parece irremediablemente añoso, irremediablemente pasado y luego, porque no pueden ir de la mano lo dulce con la sal ni la luz con las tinieblas.

Con esto quiero afirmar que el Comité Directivo Estatal del PRI en Oaxaca, si quiere reformarse, tiene que establecer sus cuadros con gente que la ciudadanía respete por su honorabilidad.

Si Anuar Mafud, quiere darle una nueva imagen y una nueva fuerza al PRI, no debe hacerlo con hombres que han tentado la revolución. De otra forma, tendrá que contemplar a su partido con cinismo.

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