Somos los legisladores los responsables de las protestas de la S22: Aída Valencia
Nahum Villavicencio
Los verdaderos responsables de las protestas en las calles por parte de los maestros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), somos los legisladores que no los hemos escuchado aceptó la diputada federal, Aída Valencia.
La legisladora puntualizó tras enviar un cordial y fraterno saludo a los profesores, que “hoy son muy fuertemente criticados, porqué se están manifestando, cuando los verdaderos responsables son los legisladores, pero esa falta que tenemos para atenderlos nos está perjudicando en las calles”.
Los maestros destacó tienen toda la razón, por eso siempre en el Movimiento Ciudadano hemos votado a favor de los que conviene al país. Como en diversas ocasiones que nos hemos puesto de acuerdo estoy convencida que nuevamente todos los grupos van a votar a favor.
De esta Reforma, “quiero resaltar que sería un sueño fabuloso que se votara a favor de muchas otras reformas y de muchas otras iniciativas que se han presentado, como lo fue la Reforma Educativa”.
La diputada Federal indicó que, el Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano va a votar a favor de la adición a este artículo 3o, ya que los que venimos de la montaña sabemos perfectamente bien qué tan importante es que se conserve, porque también hemos estado observando y somos testigos, tristemente, de cómo se está degradando, cuando la montaña ha sido muy generosa con nosotros, porque ahí es donde nace el agua, porque de ahí es de donde se sostienen las hidroeléctricas, porque ahí hay ecosistemas muy importantes.
Hago mención que, en México las montañas están cubriendo aproximadamente 92 millones de hectáreas; más de las tres cuartas partes del territorio de Guerrero, Oaxaca y Michoacán descansan en montes.
Aunque por su enorme extensión los estados de Chihuahua y Durango dan cabida a más de una quinta parte de las montañas de México. Sin embargo hemos visto también cómo la irresponsabilidad del hombre está haciendo que se estén acabando nuestras montañas.
Hay en Oaxaca, en Guerrero, en Chiapas, una técnica que ya deberíamos controlar, que es la rosa, tumba y quema, porque no solamente está degradando los suelos, porque cuando el campesino sale a rosar su parcela, se le va muchas veces por accidente, la mano y entonces vienen los incendios forestales y se están quemando hectáreas y hectáreas de bosques.
Por eso y también aunado a esto, existe una desatención de las instituciones por diseñar diversos sistemas de cultivo que no se están traduciendo en reforestar, sino estamos deforestando, agregó Valencia Ramírez.
También han permitido que los ecosistemas de la montaña cambien de manera acelerada, haciéndolos susceptibles a una erosión de los suelos, desprendimientos de tierras y un rápido empobrecimiento de la diversidad genética y de la vida.
En México como en otros países, las montañas son consideradas sistemas prioritarios para la conservación, no sólo por su valor biológico y recursos hídricos, sino por la riqueza cultural que albergan, ya que más de 60 etnias viven en ellas.
La Comisión Nacional Forestal a través del Programa de Manejo Sustentable de Ecosistemas de Montaña ha buscado la conservación de las áreas boscosas que protegen las cuencas hidrográficas a través de las cuales se abastecen más de 33 millones de personas que viven en casi 100 ciudades principales vinculadas con esas montañas.
Sin embargo los esfuerzos no han sido suficientes. Por lo tanto es rescatable que la comisión dictaminadora haya aprobado la segunda parte de la minuta ya que con ello se incorporaría al cuerpo de la Ley General de equilibrio Ecológico y Protección al Medio Ambiente, disposiciones encaminadas a prevenir la erosión del suelo en los ecosistemas de montaña, así como criterios ecológicos para la preservación y aprovechamiento sustentable del suelo no sólo en actividades agrícolas.
Finalmente en este sentido es viable la proposición de la comisión, la adición de una fracción XIII al artículo 99 para los mismos criterios antes mencionados en ecosistemas de montaña o en predios de jurisdicción federal cuyas pendientes propicien la erosión del suelo, y de igual forma la reforma al artículo 101 para que se regule el desarrollo de las actividades que impliquen el retiro de la vegetación natural de las montañas para prevenir impactos negativos para el medio ambiente y sus habitantes, concluyó.
