Reclaman restos de los 4 linchados

El imparcial

La sangrienta cacería se da en poblados de Coatlán, Miahuatlán.

Los cuerpos de los cuatro hombres asesinados en la Sierra Sur de Miahuatlán, luego de una presunta venganza por el asesinato del suplente del agente municipal de San Antonio Lalana, San Pablo Coatlán, finalmente fueron entregados a sus respectivos familiares.

Ayer se dio a conocer que habían sido reconocidos los dos primeros la tarde del pasado martes, pero anoche se confirmó la identificación legal de los otros dos. De acuerdo con la fuente, ayer se complementó el reconocimiento legal de Érick Uriel L. S., quien fue reconocido por la madre, María Aurelia; así como de Eugenio C. T., cuyos familiares proceden de Acapulco, Guerrero, de la colonia Renacimiento.

A Francisco Q. R., quien se desempeñaba como regidor de Hacienda de Santiago Ixtayutla, lo reconoció el asesor jurídico de ese municipio; mientras que a su chofer, Ulises Ch. G.,lo reconoció su esposa. Ulises era originario de la Viga, Guerrero.

Tal como se ha informado, estas personas fueron localizadas sin vida, con impactos de arma de fuego el pasado lunes, en el paraje denominado El Basurero, en jurisdicción de San Isidro Comitlán, Coatlán, a orillas de una vereda. Conforme avanzan las pesquisas, supuestamente, Francisco y Ulises estarían relacionados con algunos hechos delictuosos en la región de la Costa. Desde un principio, la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) señaló que estos asesinatos estarían ligados al crimen de Aristeo C., cometido en la población de San Antonio Lalana, por cuatro personas de complexión robusta, quienes a bordo de un vehículo, marca Nissan, tipo Tsuru, llegaron a la vivienda de la autoridad y luego de saludarlo lo acribillaron. Estas personas se presentaron como trabajadores de la empresa constructora ICA.

Cometido el crimen, los homicidas se dieron a la fuga; en tanto que el suplente del agente Municipal de San Antonio Lalana quedó tendido en el patio de su domicilio, ubicado sobre la calle Reforma, sin número del centro de la población. Tras el ataque a Aristeo, la Policía Estatal implementó un dispositivo de seguridad en el cual cerrarían posibles rutas de escape de los responsables.

Al mismo tiempo, pobladores de las agencias de San Antonio Lalana, El Tamarindo y Comitlán se organizaron y se dedicaron también a la búsqueda de los responsables. Se cree que habitantes de San Isidro al ser alertados, cerraron el paso a la camioneta, de la cual descendieron los hombres para huir a pie.

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