¿Quién le puso el “nombre” al dinero?

CIUDAD DE MÉXICO.- Aunque cada país ha nombrado a su propia moneda, el término general acuñado es el de dinero.

El origen común de la palabra, es distinto al del uso de objetos simbólicos para adquirir o intercambiar bienes útiles.

Antes del dinero
Algunas civilizaciones prehispánicas en América, utilizaron las semillas de cacao como medios de pago, aunque también lo hacían mediante el trueque de bienes que consideraban equivalentes.

Aunque no existen datos certeros de dónde se acuñó la primera moneda, los registros señalan a los griegos y romanos, que comenzaron a utilizar materiales como el oro, la plata y el cobre como un medio de pago.

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La palabra
En la revista “Proteja su Dinero”, de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), señalan que la palabra “dinero” proviene del latín “denarius”, una moneda utilizada por los romanos.

El autor griego Homero, escribió en su obra Ilíada sobre los talentos o talantones de oro, que eran monedas pesadas en una balanza en la antigua Babilonia.

Por su parte, el historiador griego Heródoto señaló el origen del dinero por los habitantes de Lydia, un pueblo enclavado en Asia Menor, entre los actuales países de Grecia y Turquía.

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En Lydia se utilizaron monedas hechas de un metal llamado electrón, una mezcla de oro y plata que llevaba la imagen de un León, el cual era símbolo del pueblo en el siglo VIII antes de Cristo.

Por otra parte, en China existe evidencia del uso y emisión de monedas durante la dinastía Chou, que gobernó cerca de mil años hasta el siglo III antes de Cristo.

A ellos se les atribuye también la creación del papel moneda que también se utilizó en Europa durante el siglo XVI.

Fue el rey de Macedonia, Alejandro Magno, quien extendió el uso de la moneda de metal desde el año 335 antes de Cristo.

La palabra (moneda), deriva de latín “moneta”, el apodo de la diosa Juno, en su templo de Roma se acuñaban las piezas.

En México, las primeras monedas se emitieron en la Casa de Moneda entre 1535 y 1821, estaban hechas de plata, con valor de cuatro, tres, dos, uno y un cuarto de real.

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