Por dos días, Guadalupe venderá ‘doraditas’ en paz

EXCELSIOR

Fue en el AIFA donde Guadalupe alcanzó notoriedad nacional al ser una de las pocas personas que vendieron algo comestible en la terminal recién inaugurada.

En menos de una semana la vida de Guadalupe Piña dejó de ser una tragedia. Su esposo perdió su empleo y a la fecha no ha podido encontrar alguna fuente de ingresos.

Como suelen hacer quienes buscan el sustento de manera honrada, Guadalupe se armó de valor y desde Toluca, se lanzó a las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México a vender tostadas de maíz azul, principalmente en torno al Zócalo capitalino, a jugársela “toreando” a la policía.

En esas incursiones diarias desde Toluca la acompañan su suegra y sus cuatro hijos.

“Soy torera del Centro Histórico. Nos agarran vendiendo y los niños ven que nos agarran vendiendo, y quieren correr con nosotros, pero los policías avientan a los niños y no dejan que nos los llevemos a pagar la multa. Si pagamos la multa no nos quitan la mercancía y si no pagamos tenemos que estar todo el día y nos quitan la mercancía”, relató Piña desde Los Pinos.

Fue su suegra quien se enteró de que el 21 de marzo se entregaría la obra del Aeropuerto Felipe Ángeles, habría mucha gente y podría ser una buena venta.

Hasta allá fueron en el auto familiar que terminó averiado.

Fue en el Aeropuerto donde Guadalupe alcanzó notoriedad nacional al ser una de las pocas personas que vendieron algo comestible en la terminal recién inaugurada.

Las cien tostadas con frijol, nopales, cilantro, queso y cebolla, literalmente, volaron aquel lunes.

Guadalupe encarna al mexicano que busca su sustento con esfuerzo y trabajo.

Tras la venta del lunes 21 entregó una carta en Participación Ciudadana de Presidencia de la República en Palacio Nacional, en la que solicitó al presidente Andrés Manuel López Obrador la oportunidad de trabajar sin miedo ni peligro.

“Que nos den un lugar fijo para vender y no andar corriendo o que de un permiso para que pueda vender en el Centro Histórico, en el Zócalo” (…) “Que me diera un lugar para poder vender y salir adelante con mi familia”, reiteró.

Por este fin de semana Guadalupe su suegra y sus cuatro hijos no tendrán que estar alertas al operativo de la policía en el Centro Histórico.  Fueron invitadas a vender sus tostadas en el Mercado El Solar de Cencalli, en el complejo cultural de Los Pinos.

En el mercado se venden comida tradicional, tlayudas, pan, texcatles, café, pozol, y diversos platillos típicos, además de artesanías.

Por estos días Guadalupe y su familia tienen una mesa y manteles largos donde preparar y vender en paz, a la espera de un mejor futuro.

 

 

 

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