Desciende Virgen de la Soledad
El imparcial
Pide arzobispo por las víctimas de la violencia y del delito.
El arzobispo de la Arquidiócesis de Antequera, José Luis Chávez Botello, al presidir la bajada de la Virgen de la Soledad, oró y suplicó por aquellas personas víctimas de la violencia y del delito.
Ayer, después de las 13:30 horas, el purpurado llegó al Altar Mayor en el santuario menor que se localiza a un costado de la Plaza de la Danza para iniciar con la ceremonia de descenso de la imagen.
Ante los creyentes católicos que se dieron cita para la oración a la “Patrona de Oaxaca”, monseñor, pidió que se asuma con seriedad esta creencia para que se pida por un Oaxaca en paz y por la reconciliación.
No obstante, al tener ya la imagen de la virgen de la Soledad en el nicho provisional, monseñor urgió en especial por aquellos que han sido afectados en su vida por alguna situación adversa.
“Ante tus pies madre, pido por las víctimas de la violencia para que tengan fortaleza”, dijo el arzobispo, después de la bajada de la imagen católica.
El 18 de este mes se celebrará la festividad en el Santuario Menor de Nuestra Señora de la Soledad, actividad que concentra a cientos de personas en torno a la veneración a la imagen religiosa.
“Que la virgen nos guíe en todo el camino y que nos puede ayudar a dar fortaleza a los necesitados. La bajada de la Soledad y que la gente pueda pasar por su manto, porque viene a dar el consuelo”, abundó.
Dijo que “la Virgen viene a darnos el camino a Cristo, dando fortaleza a quienes sufren y es un llamado para cobijar a quienes necesitan ayuda. Nosotros, necesitamos la ayuda de Dios, necesitamos de su mano, en esta etapa que vivimos en el país y en Oaxaca”, señaló.
En medio de cantos a la Virgen, oraciones y la encendida de velas, los católicos veneraron a esta representación de fe y creencia.
El objetivo de la Arquidiócesis es descender a la imagen para que por su manto, pasen todos los que están sufriendo y que necesitan sentir a María cercana en medio de esta celebración. “También, es como un signo de unidad”, precisó el prelado.
Con el toque de la trompeta inició esta bajada y concluyó con el llamado del caracol.
