Médicos y enfermeras acusan olvido en Oaxaca

JUCHITÁN.

A un año del terremoto en Juchitán de Zaragoza, médicos, enfermeras y pacientes se sienten en el olvido al seguir operando de manera improvisada, con falta de materiales y personal, tras la pérdida del Hospital General Macedonio Benítez.

Cabe recordar que, tras el sismo de septiembre del año pasado, el hospital quedó dañado, por lo que autoridades decidieron derrumbarlo.

En un recorrido realizado por Excélsior al espacio que fue adaptado para el Hospital de la Mujer, en la colonia Mártires, se constató que cuentan con 12 camas para dar atención a la población en Juchitán y de al menos otros cuatro municipios del Istmo.

La jefa de enfermeras del Hospital General, Teófila Santiago Guerra, relató las deficiencias que hacen que día con día embarazadas o en labor de parto tengan que esperar en los pasillos a que se desocupen las pocas camas que deben compartir con otras mujeres, heridos o pacientes con distintas enfermedades.

Estamos dando todo lo que podamos dar. No hay lugar para las embarazadas, están hasta en el pasillo”, lamentó.

En el área improvisada, ubicada detrás de la estación de Bomberos y la Comisaría municipal, llegan referidos pacientes de los municipios de Matías Romero, Ixtepec y Tehuantepe, quienes, al igual que los juchitecos, no siempre encuentran un lugar en la sala de espera y tienen que salir y resguardarse en la sombra de árboles.

Estas condiciones han causado molestias en los pacientes, quienes recriminan a las enfermeras.

FALTAN TRAUMATÓLOGOS Y CIRUJANOS

Juchitán es considerado uno de los diez municipios más violentos del país, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Actualmente esta área improvisada del Hospital General Macedonio Benítez no tiene traumatólogos y cirujanos para los fines de semana, cuando llegan más pacientes heridos por confrontaciones o accidentes.

Santiago Guerra relató que, en algunos casos, el director del hospital pide ayuda para atender las urgencias a colegas que trabajan de manera particular.

A veces, el director le hablaba a amigos para que dieran apoyo, otras veces le decimos a los familiares si podían subrogar un traumatólogo, lo cual no siempre es posible porque no tienen recursos”, dijo.

PRECARIO E INSALUBRE

Afuera del hospital se improvisó un cuarto con láminas de metal. Parece una cocina donde está una silla de metal, un garrafón de agua, un tanque de gas y una olla de metal, pero en esa pequeña olla se esterilizan todos los bisturíes, tijeras de disección y escalpelos, pinzas, así como prendas para cirugía empleados por los pacientes.

Teníamos un lugar adecuado donde esterilizar, teníamos ollas de esterilización, pero ahora estamos manejando sólo una olla, ¿en que nos puede ayudar una sola pollita?”, cuestionó una de las trabajadoras.

La jefa de enfermeras enfatizó que la falta de equipo para esterilizar ha ocasionado que las pacientes en labor de parto deban llevar ropa quirúrgica, porque no pueden garantizar la seguridad en las prendas del hospital.

Tenemos muchas carencias”, dijo.

Reunidos afuera del quirófano, los trabajadores señalaron la deficiencia y la inseguridad para laborar únicamente con una olla esterilizadora, además de que no cumple con los estándares de sanidad.

ACIENTES EN RIESGO

Es un riesgo para todos, no se garantizar ninguna seguridad, el área misma no es higiénica”, indicó.

Asimismo, el personal encargado de cirugías señala que los analgésicos y antibióticos proporcionados al menos durante el fin de semana consisten en ocho cajas para todos los pacientes.

12 camas fueron acondicionadas para todos los pacientes

La entrega del nuevo hospital fue anunciada por el secretario de Salud, José Narro Robles, para el 15 de agosto de este año. Los trabajadores consideran que no recibirán las nuevas instalaciones para el aniversario del terremoto, aun cuando los ingenieros militares encargados han apresurado la obra.

Antes del sismo, el antiguo Hospital General tenía 26 años siendo el segundo mayor hospital en Oaxaca.

Con 60 camas, se estimaba que daba atención a 500 pacientes del estado y de municipios limítrofes con Chiapas y Veracruz.

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