Madre escribió cuento para despedirse de sus hijos antes de MORIR por meningitis en Durango

En el cuento, la mujer les relata el proceso de su padecimiento tras haber dado a luz a su bebé y comenzar a tener dolores que la hacían llorar día y noche.

MILENIO

Una madre de nombre Brenda explicó a sus hijos el proceso de la meningitis antes de fallecer este fin de semana por medio de un cuento titulado Mamá Pez.

En las primera líneas del post publicado en Facebook publicado el 21 de octubre, agradece a sus hijos por cuidar a la nueva integrante de la familia y a las mascotas. Al final del escrito, también agradece y muestra su amor su marido, a quien le pidió leyera el cuento a sus hijos.

 

Había una vez una mamá pez que enfermó desde al día siguiente que dio a luz a una hermosa pececita. Solo sintió dolor físico, día y noche y no entendía por qué. Cuidaba de ella como podía, sola en casa por las mañanas, hasta que llegaba papá pez y sus hermanos pececitos, y le daban de comer y le ayudaban a mamá a cuidar de ella, pero mamá no estaba bien, siempre lloraba de dolor, creían que tenía depresión post parto, porque ya no era ella, no sonreía, no tenía energía para salir a nadar y siempre estaba encerrada a obscuras en su habitación.

Papá pez la llevó a infinidad de doctores, pero nadie sabía que tenía, la internaban y nada. Ella seguía llorando de dolor. Un día, gracias a Dios, se encontró con un Dr. Pez. Ella ya se estaba quedando ciega, y el Dr. Pez la ayudó. La metió a una pecerita, empezó a curarla, ella volvió a la vida, ya no sentía esos dolores tan fuertes, y volvió a sonreír, pero en esa pecera, ahí iban y la visitaban sus amigos, familia, sus hijos peces mayores, hermanitos de la pececita Liah, pero Doris, la mamá pez aún se sentía triste porque le faltaba su pececita bebé.

Ella no podía entrar ahí en la pecera donde estaba su mamá, porque también podía enfermar, y eso a mamá Doris le partía el corazón. Debía resistir mientras el Dr. Pez descubría qué bicho se alojó en la cabeza de su mamá para matarlo y que mamá jamás volviera a sufrir dolores fuera de la pecera.

Pero pasaba el tiempo y ninguna prueba arrojaba qué tenía Doris, cuando parecía que ya sabían que bicho la atacó, nada no era, eso implicaba que mamá tenía que estar más tiempo dentro de esa pecera para no morir.

Pero un día, hicieron otra prueba y salió el nombre del bichito y pum el doctor pudo matarlo y así liberaron a Doris muy feliz, sana, fuerte y llena de amor, nado y nado para abrazar a sus hermosos hijos y su pequeñita Líah, y fin.

Terminó la pesadilla, Doris agradecida con tooooodo el océano que le ayudó a estar fuerte y resistir dentro de esa pecera estar lejos de la gente que ama y hacer su vida normal.

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