Los maiceados

ultimahoraportadaPor Horacio Corro Espinosa

Hay una frase que dice que en la guerra y en el amor, todo se vale. ¿Y qué tal en política?: “Nadie resiste un cañonazo de 50 mil pesos”. Ésas fueron las palabras de Álvaro Obregón, uno de los más importantes revolucionarios en México. Justo con ésta frase, este hombre expuso el cinismo político mexicano desde sus cimientos.

“Ese gallo quiere maiz” dijo Porfirio Díaz, cuando pensaba que alguien necesitaba un soborno, de lo contrario, querían un poco de plomo.

¿Se acuerdan de Shen Li Ye Gon? Un chino millonario que traficaba pseudoefedrina. El puso de moda esa frase política “O copelas o cuellos”

Hay otras frases salidas de escándalos políticos que se han hecho populares en el lenguaje de la gente, y todas tienen que ver con la mordida, el cochupo, la tranza.

Hace años, el panista Francisco Ramírez Acuña, acusó a los reporteros en la cámara de diputados de recibir “chayote”, pero se negó a demostrarlo con alguna lista de nombres que recibieran esos sobornos.

Hoy vuelve a aparecer una palabra que ya se usaba pero como que había quedado en el olvido, ella es “Maiceados”.

Entre los galleros es conocido el “maiceo” o trampa. A los gallos de pelea se les llena el buche de maíz para estimular su derrota.

Según, el maiceo, dice la voz popular, se le da a políticos y gobernantes que, a cambio de dinero, tuercen su voluntad.

Hoy se vuelve a hablar de los maiceados porque los diputados federales de la 62 legislatura federal, recibieron recursos por “subvenciones extraordinarias”  o lo que es lo mismo, favores, apoyos, atiendas etc., por 302 millones 614 mil pesos, sin obligación de entregar comprobación alguna.

Se dice que maicearon con muchos millones extras a los diputados de todos los partidos políticos para que aprobaran ley que privatiza PEMEX y CFE.

Todo mundo sabe qué imagen tiene un diputado y nadie se las puede quitar como el de flojo, borracho, vulgar, convenenciero, prepotente, irresponsable y otros adjetivos. Los diputados se han ganado a pulso esos calificativos.

Me acuerdo de Marco Razcón, el que se puso la máscara de cochino frente al entonces presidente Zedillo.

Humberto Roque Villanueva, cuando jaló los manubrios a su bicicleta para decirle a México que nos habían subido el IVA del 10 al 15 %.

Salgado Macedonio. Un diputado que siempre andaba moto en moto.

Rigoberto Romero Aceves, un diputado del PAN que fue detenido porque lo cacharon orinando en vía pública.

Francisco Solís, quien se dejó fotografiar con una tanguita en la mano mientras una bailarina desnuda le hacía su “table dance”.

Paco Cachondo, quien apareció absolutamente desnudo, pero con un pequeño logotipo del PAN puesto en su miseria.

Federico Doring, también del PAN, con su video porno. Es difícil olvidar esas cosas, hombre.

La oaxaqueña Margarita Liborio, quien maltrató trompabulariamente al diputado del PAN Guillermo Zavaleta, (que en paz descanse).

Y el último escándalo de los diputados del PAN, que fueron grabados en una reunión en Puerto Vallarta bebiendo alcohol y acompañados de bailarinas buena onda. Este video circula en este momento en las redes sociales.

Es probable que esa reunión de panistas con las chicas de buenas condiciones físicoatléticas, haya sido una forma de maicearlos, pues habían ido a esa ciudad a discutir su agenda legislativa, respecto a las diversas leyes de las reformas de telecomunicaciones y energéticas.

¿Hasta dónde seguirá desquebrajándose la imagen de los diputados?  A la mejor ya no se puede más, pero en fin, ahí está esto no más para que no se les olvide en manos de quienes estamos.

Sandoval Íñiguez tuvo un broncón con el ex jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, cuando dijo que éste, había “maiceado” a los ministros para aprobar las adopciones.

Marcelo Ebrard lanzó un ultimátum a Salvador Iñiguez para que se retractara y evitar la denuncia por daño moral.

Temeroso Marcelo Ebrard, Jefe de Gobierno del DF, dijo que si la iglesia católica pretende promover su excomunión, acudirá a Roma para defender su pertenencia a la grey católica mediante el Derecho Canónico.

La verdad es que yo creí más leído a Marcelo Ebrard. Parece que se ha dejado llevar por lo que dicen los hombres, no lo que dice Dios. Sino ¿Por qué se preocupa tanto por lo que le digan o l e hagan los hombres? En este caso, anda peleando anticipadamente lo de su excomunión. Parece que le preocupa mucho el perder su credencial de una franquicia. Pregunto: ¿No es más importante saber que el nombre de uno aparece registrado en el libro de los cielos? ¿No es más importante ser aprobado por Dios que ser bendecido? Entonces, ¿por qué le preocupa lo que digan los de color púrpura? A los hombres de les puede maicear. A Dios, nunca.

La última vez que se habló de maiceados, fue cuando la dijo Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo de Guadalajara.

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