Las graves consecuencias del ayuno en nuestra salud y actividades

El hábito del ayuno es muy común entre la población mexicana. La falta de tiempo para desayunar o la errónea idea de que ayunar es un gran aliado para bajar de peso ocasionan graves consecuencias para la salud, de acuerdo con expertos en México.

Para que nuestro cerebro cumpla bien sus funciones requiere combustible, ya que funciona con la glucosa (azúcar en la sangre) que se obtiene, principalmente, en el desayuno, por lo que ayunar puede ser perjudicial.

Estudios han demostrado que la omisión del primer alimento del día y también de horarios en la estructura para el resto de los alimentos aumenta el riesgo de obesidad, de hipertensión y diabetes.

Incluso el ayuno es uno de los factores de mareos, fatiga, gastritis, sobrepeso, falta de concentración, dolores de cabeza y hasta diabetes que pueden afectar a hombres y mujeres que ayunan constantemente.

De producirse una adaptación del organismo al ayuno prolongado, indudablemente habrá una disminución del gasto energético, consecuencia de cantidades bajas de glucosa.

El cuerpo comienza a usar las reservas de las proteínas que se encuentran en los tejidos para así producir la glucosa, los ácidos grasos y glicerol, los cuales son productos que ayudan a la digestión de las grasas, dando como resultado la acumulación de estas.

A pesar que la mayoría de los tejidos pueden obtener combustible de los ácidos grasos o los cuerpos cetónicos (los cuales son un ácido que contribuyen a la degradación de las grasas), el cerebro no puede hacerla ya que las neuronas necesitan glucosa para cumplir con sus funciones vitales.

Una alimentación cerebral anormal trae serias consecuencias en el sistema nervioso, generando una alta probabilidad de producirse una desnutrición prolongada que dejará secuelas en el cerebro por lesiones en las neuronas, llegando (en caso extremo) a ser irreversibles.

Otra consecuencia que genera el ayuno prolongado, es el déficit de calcio lo cual dificulta el proceso de mineralización ósea, ocasionando posteriormente la osteopenia o la osteoporosis.

En niños puede haber una dificultad en procesos cognitivos, como el aprendizaje, el memorizar algunas cuestiones, entonces tenemos niños que tal vez van a la escuela sin desayunar y tienen problemas”, indicó el nutriólogo del Hospital Juárez de México, Salvador Ortiz Gutiérrez.

Con personas mayores puede haber dificultades al realizar operaciones muy concretas, por ejemplo, conducir un automóvil, mostrando un impacto importante de no desayunar y la falta de glucosa que requiere el cerebro para funcionar adecuadamente, agregó.

Otro riesgo es que se provoque una gastritis, debido a que, al no recibir alimentos, el ácido gástrico irrita en forma constante al estómago.

“Lo que hace daño es comer en exceso después de ese periodo de ayuno, esa pérdida del control de la saciedad, pues en lugar de comer porque se sabe la cantidad y tipo de nutrimentos adecuados; simplemente se come por quitar el apetito, sin responsabilizarse de la cantidad de azúcares, de grasas y calorías que se están ingiriendo”, subrayó el especialista del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.

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