La mentada de Vicente Fox
Por Horacio Corro Espinosa
Ayer, 23 de julio, el cabildo de la ciudad de Oaxaca, declaró al ex presidente Vicente Fox, como persona “non grata” en esta ciudad. Esto se desprende después de haber declarado que él fue el mejor presidente de este país, incluso, que del Benemérito de las Américas Don Benito Juárez García.
La iniciativa para declarar a Vicente Fox, no grato para la ciudad de Oaxaca, fue del regidor de Mercados Marco Aurelio Vásquez, y fue avalada por todos los regidores.
A través de las redes sociales, gran cantidad de gente aprobó este hecho, mientras que los menos, lo desaprobaron.
La mayoría de los oaxaqueños, mejor dicho, los que amamos esta entidad y cada uno de sus rincones y su historia, nos sentimos ofendidos por la declaración de Chente Fox. Pues no es para menos la humillación a Juárez. Es como si hubiéramos recibido un golpe. Es como si hubiéramos visto que una de sus botas patea el honor, la virtud, la probidad, el prestigio internacional del Benemérito de las Américas.
Es cierto que las palabras malintencionadas del expresidente de México no pueden medirse, pero pueden sentirse.
Lo más cercano a la declaración del señor de las hebillas y las botas, es una mentada de madre, aunque ésta muchas veces se tolera. Quien lo hace, se llena la boca para pronunciarla con todas las letras. También lo puede hacer con el claxon o echando el brazo hacia atrás, en fin, es una expresión muy utilizada por los mexicanos y que se repite incesantemente en nuestra cultura. Pero otra cosa es que te digan que la tierra que pisas y que lleva un nombre que nos da identidad nacional, equivale a un don nadie.
Quedarse callado ante las palabras de un expresidente de México, es aceptar que nosotros ni nuestra historia tenemos valor.
Hay de mentadas a mentadas. No es lo mismo una mentada al calor de un encuentro deportivo, que una mentada en medio de una cena navideña. En cada una de estas situaciones puede tener diferentes respuestas.
La mentada de Vicente Fox hacia los oaxaqueños, se le ocurrió hacerla en medio de una fiesta: Juárez es nuestra historia, lo que no representa, lo que nos identifica, lo que nos hace ser oaxaqueños, lo que somos y lo que nos hace ser a los mexicanos.
La expresión de Fox Quesada, tiene mucho que ver con la libertad de expresión. Es cierto que la libertad tiene sus riesgos, como el escuchar cosas que no queremos oír. El ofender es considerado como una agresión pero en el fondo es una opinión. La opinión de Chente, fue agresiva, no sólo hacia un personaje histórico, sino hacia nuestra identidad.
Lo agradable o desagradable de las palabras depende más de quien las escucha que de quienes las pronuncian. Él las dijo y se sintió agradado consigo mismo por haberlas dicho, sin embargo, los oaxaqueños nos sentimos ofendidos con las mismas palabras que fueron un dulce para don Chente.
¿Y cuánto pesa la mentada de Fox hacia los oaxaqueños? No se puede medir ni en kilos ni metros ni con nada, pero si esta ofensa hubiera venido de cualquier ciudadano, sería intrascendente, pero como viene de un ex mandatario de México, el golpe pesa, duele y deja huella.
Ojalá y cada uno de los ayuntamientos municipales de Oaxaca, decidan hacer lo mismo que el cabildo de la ciudad de Oaxaca contra Vicente Fox.
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