La investidura de Luis Ugartechea

Por Horacio Corro Espinosa

Hace años, en el metro Insurgentes de la Ciudad de México, un grupo de hombres que corrían hacia el vagón antes de que éste cerrara sus puertas, se oyó una voz que gritó “¡suben oaxacos!” Escuchar eso me descompuso. Me dieron ganas de ir a patear al gritón ese porque lo hizo en son de burla, de desprecio a Oaxaca. Los que no saben de nuestra identidad, se les hace fácil calificar de “oaxaco” a cualquier persona que usa huaraches y sombrero.

Yo creo que por naturaleza, cuando te encuentras en otro lugar, fuera de tu entidad, te conviertes en un representante de tu tierra. Es muy difícil que te puedas desprender de las costumbres, de la música, de las tradiciones, de la comida, etc. Incluso, cuando viajas por largas temporadas, hechas dentro del equipaje tus chilitos verdes o tus totopos, y de eso que llevas, casi siempre lo compartes porque es parte de ti, porque te sientes orgulloso de tu tierra y te sientes representante de este lugar porque allá eres forastero. Sin embargo, esa representación nadie te la dio, simplemente eres porque eres oaxaqueño, nada más.

Pongo esto de ejemplo, por el suceso hacia la investidura del presidente municipal de Oaxaca, Luis Ugartechea Begué, cometido por el secretario de seguridad pública, Marco Tulio López Escamilla, ocurrido en el auditorio Guelaguetza.

No se trata de Luis Ugartechea, se trata de la investidura del presidente municipal de la ciudad de Oaxaca. Se trata de alguien que nos representa aquí y en cualquier otra parte del mundo.

Muchos saben que no coincido con algunas de las cosas que ha hecho Luis Ugartechea, pero debo reconocer que es el Presidente Municipal de la Ciudad de Oaxaca. Que está en esa responsabilidad porque el pueblo se la otorgó. Guste o no guste, debemos reconocer que él es nuestra autoridad, y como tal, se le debe honor.

Para los que no sepan, déjenme decirles que honor es el respeto que se ofrece a una persona en razón de su cargo o de su personalidad. El honor se le aplica por el cargo destacado que ostenta, y más todavía, porque todo lo que a él se le haga, se le hace al pueblo que lo eligió.

Luis Ugartechea, no tendría ninguna autoridad si no se la hubieran dado los ciudadanos de la ciudad de Oaxaca. Es una autoridad que está en eminencia, lo cual denota superioridad y excelencia.

No hay que confundir autoridad con conocimiento. Hay personas que han cobrado autoridad en la medida en que aumentan sus conocimientos, su especialización y experiencia en un campo determinado.

El presidente Municipal, cargo más elevado de la ciudad, no sólo fue ofendido, sino agredido, y por equivalencia, al pueblo. Coincido con el presidente de no aceptar las disculpas de López Escamilla, quien asegura que él no es político porque llegó tarde a la repartición de los cargos. Con esta frase demuestra su tontería. Seguramente este señor no sabe que todos, por naturaleza, somos políticos. El verdadero político es un servidor del pueblo que nace y se hace con especial habilidad. El secretario de seguridad pública, lo único que tiene es incapacidad porque todo lo minimiza. Dijo que lo que le sucedió al presidente “se ha sobredimensionado”. Es cínico al desconocer que el actor Roberto Palazuelos, estuvo chupando dentro del auditorio del Cerro del Fortín. Es engreído al asegurar que sólo el gobernador le puede pedir la renuncia. Con sus dichos se tasa a la misma altura que Gabino Cué. Es arrogante al decir que las mentiras se responden con verdades. Cree más en los dichos de los elementos de policía, que la palabra del representante de Oaxaca.

Celebro que el presidente municipal no acepte las disculpas del Secretario de Seguridad Pública.

Cuando no se acepta la dignidad  o cuando no se estima la respetabilidad, se abre la puerta a la burla, al desprecio a sí mismo y de los demás.

La dignidad de los oaxaqueños no debe ser calificada como un “incidente menor”, no debe ser pisoteada ni ignorada por el gobernador del estado. La dignidad es el yo de los oaxaqueños, en este caso, la investidura del Presidente Municipal de la Ciudad de Oaxaca Luis Ugartechea Begué.

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