El proceso chileno

 

ERNESTO REYES

El 11 de septiembre de 1973, hace 48 años, la extrema derecha se alió con Estados Unidos para derrocar al gobierno legítimo de Chile y acabó con la vida del presidente de la República, el socialista Salvador Allende. Los militares, al mando del general Augusto Pinochet, atacaron la sede gubernamental con tanques y aviones. El presidente resistió más de dos horas con el apoyo de su guardia personal y la policía civil. Durante los combates murieron más de 2500 personas y se contaron miles de exiliados, desaparecidos, asesinatos y encarcelados.

La derecha conspiró desde que Allende ganó las elecciones de 1970, hasta que logró frenar la vía chilena pacífica al socialismo. Hace una semana la izquierda, encabezada por un joven de 36 años, triunfó en las urnas por las buenas, como hace medio siglo, en contra de una derecha fascistoide y neoliberal.

Esta victoria, en una segunda vuelta que exhibe la existencia de dos modos de ver la política en aquel país, repercutió positivamente en América Latina y el Caribe, demostrando que los pueblos tienen memoria y reivindican, más temprano que tarde, como decía Allende, la razón histórica de un régimen democrático.

Ha sido, por lo demás, una muestra de que es posible el camino de la izquierda para favorecer a los sectores desprotegidos. El triunfo presidencial de Gabriel Boric, concede razón a Andrés Manuel López Obrador quien, a mitad de camino, reivindica que la ideología y el compromiso con la honestidad es fundamental para las nuevas generaciones que emergen del movimiento social, por encima de quienes se han formado en la academia y en la política tradicional.

Hermanado con otras naciones de esta región y con México, el nuevo presidente chileno tendrá una voz más firme en la transformación de organizaciones como la OEA que ha servido, hasta la fecha, para defender los intereses estadounidenses en la región.

Al sacrificio de Salvador Allende varias personas de mi generación le debemos la toma de conciencia social para tener claro que los pueblos no deben tener fronteras, sino intereses comunes para defender la democracia y un modo de vida diferente.

La constante comparecencia ciudadana para ejercer la democracia directa o participativa es algo con lo que en México debemos acostumbrarnos como en Chile. Por ello es trascendente la decisión de la Corte de obligar al INE a no obstaculizar la organización del proceso ciudadano de revocación de mandato como eran los planes de Lorenzo Córdova y secuaces, usando el falaz argumento de incapacidad económica y técnica.

Con este apercibimiento se caen los planes del conservadurismo mexicano que pretendía retrasar dicho ejercicio hasta después de las elecciones de junio, a fin de que la figura presidencial estuviera ausente del imaginario colectivo y la gente no se manifestara a favor de sus candidatos en seis estados del país. Es una razón que encuentro porque las élites prefieren que la política se siga realizando en la oscuridad de los acuerdos en corto, sin que haya participación del pueblo en las grandes decisiones. La política, enseña el actual proceso chileno, es cosa pública, es decir, de la sociedad, no solamente de los políticos o de los profesionales y los iluminados, como se hacía antes, incluyendo a los partidos y las instituciones.

Decía Germán Dehesa que la juventud es solo nuestro más luminoso recuerdo. Y que la vida comienza a ser vida cuando le aplicamos los poderes de la memoria que escoge, selecciona y ordena dentro de todo aquello que nos ocurrió, lo que realmente se incorporó a nuestra vida. Por ello evoco el recuerdo de las canciones de Víctor Jara, Violeta Parra o el grupo Quilapayún y de la llamada canción de protesta, que escuchábamos en las revueltas estudiantiles.

Dedico estas líneas a quienes ya no lograron ver, allá en su tierra, abrirse las grandes alamedas para el paso del hombre nuevo, como decía el doctor Allende. En esta atmósfera decembrina que me lleva a la cavilación y la nostalgia porque en los años recientes no he recargado emociones en mi tierra querida y calurosa, como cada fin de año, disfrutando del cariño de mi madre que ha debido salir de allí por cuestiones de salud, comparto estas revelaciones juveniles que me motiva el proceso chileno. Pasen una feliz navidad con salud y prosperidad.

@ernestoreyes14

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button