Él es homosexual, está casado y desea adoptar
Excelsior
En estos días que existe un debate en torno a los matrimonios igualitarios y la posibilidad de adopción para estos, nuestro entrevistado expone su punto de vista sobre el tema.
CIUDAD DE MÉXICO.-Decidió comenzar una vida en matrimonio hace tres años. Su marido se llama Carlos. Se casaron en la Ciudad de México. Como pareja llevan 11 años y ahora piensan en adoptar.
Es uno de los proyectos de vida que tenemos, no creo que seamos la única pareja, pero es algo de lo que sí me siento orgulloso, estamos planeando cuál sería el futuro de nuestra hija, porque queremos una niña”, precisa Mauricio Troncoso, quien tiene bien claro cómo criar a un menor.
Cuidar, proteger y educar, palabras clave que Troncoso tiene como eje para la adopción. Es así que familiares y amigos confían plenamente en él y Carlos como matrimonio para cuidar de sus hijos, incluso, resalta que a raíz del actual debate que dio inicio en redes sociales, hay personas de sus círculos cercanos que respaldaron en Facebook y Twitter la iniciativa de adopción: “yo les confío a mis hijos, no tengo ningún problema con ellos, porque los cuidan los protegen y los educan”.
A qué me refiero con estas tres cosas, por eso las enuncio así. Los cuidan, porque habla de una cuestión responsable, de que no tengan daño, de que no se enfermen. Los protegen, contra el entorno de daño que pudieran ver de otras personas, sobretodo el tema de discriminación; y los educan, con el buen ejemplo, los valores, el respeto a las leyes, a los demás, el comportamiento en público”, afirma.
Mauricio, como la mayoría de las personas gay, creció bajo una educación heterosexual, condición que no fue definitoria en su preferencia por los hombres. Advierte que los prejuicios y discriminación en contra de los homosexuales vienen de los adultos.
Verdaderamente creo que si empezáramos a escuchar a los niños, nos daríamos cuenta que ellos tienen menos prejuicios que los adultos con respecto a la homosexualidad y las parejas homosexuales y, creo que también, hacia las familias homoparentales. Tengo sobrinos dese 21 años hasta 2. Nosotros somos los que forjamos la idea sobre la homosexualidad. Un sobrino de seis años estaba viendo en la televisión el tema y nos sacó a relucir, le dijo a su mamá: pues es que si se quieren cuál es el problema, yo no tendría problemas de vivir con mis tíos”, sostiene.
¿Es un derecho?
Las organizaciones que se oponen a los matrimonios igualitarios, consideran, además, que la probable autorización para adoptar a estas parejas violaría los derechos de los niños. Ante esto, nuestro entrevistado opina:
Creo que sí es un derecho en tanto que los derechos los creamos los humanos. Es un derecho en tanto nos lo podamos permitir y no atropella a los de los demás. Me preguntaban que por qué criticábamos la marcha a favor de la familia, como la llamaron, y pedimos respeto cuando nosotros marchamos por el reconocimiento y libertades de las personas homosexuales. Cuando marchamos lo que pedimos es un reconocimiento, nunca estamos tratando de coartar los derechos de alguien más. Y en el caso de estas organizaciones sí había una oposición, una a que nosotros pudiéramos formar una familia a través de la adopción. Tú sí, pero yo no”, advierte.
Sobre los señalamientos que acusan a los gay de querer a los niños para abusar sexualmente de ellos, Troncoso responde:
En dónde sí creo que deberíamos tener mucho cuidado con los niños en el tema de la adopción, es que si bien los niños pueden opinar, pero por su edad no pueden expresar claramente sus decisiones y sus derechos, se podrían ver influenciados. Que pudiera haber pederastia, sí, pero en cualquier lado. Otra de las cosas que se nos están imputando como prejuicio es que creen que las parejas homosexuales o los homosexuales defenderíamos o estaríamos a favor de familias homoparentales que abusaran de sus niños, cuando no es cierto. No se nos ha preguntado, pero lo condenamos, como lo hacemos viniendo de cualquiera, porque a final de cuentas estamos creados con los mismos valores de la sociedad”.
“EN EL PAN JAMÁS HUBO DISCRIMINACIÓN”
Mauricio y Carlos fueron militantes activos durante 12 años del Partido Acción Nacional (PAN). Durante ese tiempo, Troncoso admite que jamás recibió muestra de discriminación alguna, pero sí desacuerdos con algunos que no “han salido del clóset”.
Le comentaba a otros compañeros panistas que vas conociendo y te das cuenta que son gay, pero que no salen del clóset, que nosotros mismos nos estamos imponiendo esa discriminación que continuamente dicen que trae el PAN… En el partido varios como pericos repetían, no al matrimonio gay, pero al cuestionarles no te lo saben explicar porque no lo sienten. Respondían que la ley no lo permitía, pero en la Constitución viene una sola vez mencionada la palabra matrimonio y jamás dice ni hombre y mujer”, indica.
“EL SER HOMOSEXUAL NO ES UNA ELECCIÓN”
A sus 38 años de edad, 16 de ellos definido como homosexual, Mauricio recuerda cómo descubrió su sexualidad. Asegura que no fue algo fácil comprobarlo, pero su atracción hacia los hombres siempre fue natural desde su niñez.
Creo que las personas heterosexuales más conservadoras piensan que nuestra preferencia sexual es por elección. Haciendo la retrospectiva, toda la vida me gustaron los hombres, desde la primaria que yo me acuerde. Durante la primaria, secundaria y alguna parte de bachillerato, como que seguía el modelo de la sociedad, no porque mis padres me lo hubieran impuesto, pero sí como que era de que ya estás en edad de empezar a buscar novia… ¡Qué horror! Sobre todo en la secundaria. Entonces como que buscaba a la novia y ya en la prepa cuando el contacto físico se hacía como un poco más obligado y mucho más intenso, fue cuando dije no puedo”, recuerda.
“Temía convertirme en un Juan Gabriel”
Ser homosexual, era sinónimo de Juan Gabriel. La comparación era inmediata, el bullying escolar y la crítica social relacionaban inmediatamente al niño amanerado con ‘El Divo de Juárez’. Ese fue uno de los temores que rondaron mucho tiempo por la mente de Mauricio.
Mi miedo era convertirme en un Juan Gabriel y ser señalado como tal. Cuando descubrí que finalmente tenía una atracción sexual por los hombres, pues pensé, me voy a convertir en el típico joto, en el maricón. ¿Cómo es posible? ¿Qué me está pasando? Yo no quiero ser ningún joto, ni maricón, pero pues, la neta, es que siento mariposas por un chavo”.
Ese sentimiento lo llevó, en un principio, a reprimirse pensando en que era una decisión o elección. Con el tiempo Mauricio entendió que era parte de su naturaleza y se convenció de que era el camino que debía seguir.
La sociedad ha evolucionado en 30 años muchísimo. Uno de los ejemplos es cómo se criticaba a Juan Gabriel y ahora con su muerte salieron cantidad de documentales que no fueron permitidos difundirse en aquel entonces porque se veía bastante jotito. Ahora hasta homenaje y misas le hicieron”.
Mauricio habla sobre lo que muchos de sus amigos homosexuales vivieron antes de entrar a una edad adulta, del acoso escolar y escarnio social que sufrieron, por lo que se presta a aseverar:
Si fuera elección, muchos de nosotros hubiéramos elegido ser heterosexuales, por comodidad y para evitar ser señalados. No somos diferentes, hay una gran cantidad de personas que sus valores no tienen nada que ver con su preferencia sexual”.