Detrás de la noticia: Neoliberalismo y movimiento obrero, nuevo libro de El Gallo

Alfredo Martínez de Aguilar

Por más grandes que sean las adversidades, como los desastres naturales de los huracanes y los terremotos que hemos sufrido, jamás podrán derrotar a los oaxaqueños. Se crece en el dolor.
El espíritu guerrero de nuestros viejos abuelos indígenas nos hace resurgir de nuestras cenizas. Salvo excepciones, somos hijos de las crisis. Éstas son nuestra escuela de vida.
Indignan los cientos de muertos, heridos y pérdidas multimillonarias, por la corrupción en obra pública pésimamente construida. La corrupción es columna vertebral del sistema.
Asimismo, estalla nuestra rabia por la falta de planeación para el desarrollo urbano en zonas seguras, y por la falta de prevención, a través de Atlas de Riesgos y mantenimiento preventivo.

Es un crimen que por la corrupción se caigan las escuelas, hospitales, carreteras y puentes, construidos por las constructoras de los gobernantes, políticos y servidores públicos.
Es lamentable y doloroso que hayamos permitido que la anarquía por la falta de respeto a la Ley, se haya convertido en la principal fuente de riqueza de los poderosos en México y Oaxaca.
Optimista por realista informado, lucho por un mundo mejor. Las miserias y grandezas humanas me han enseñado que solo el que sueña tiene derecho a hacer realidad sus sueños.

Un grupo de ciudadanos estamos creando la Universidad Intercultural Dani Baá para contribuir al rescate y reconstrucción de Oaxaca y de México con el modelo de educación integral clásico.
Partimos del principio de vida socrática ‘gnóthi seautón’ “Conócete a ti mismo y conocerás a los dioses y al universo. Primero conócete a ti mismo, sé honesto, conoce la verdad de ti y, entonces, podrás canalizar, manifestar y conocer lo divino, lo profético, lo oracular”.
El espíritu de la filosofía de la UIDBO se finca, también, en la premisa aristotélica ‘mens sana in corpore sano’ “Una mente sana en un cuerpo sano” para salvar a nuestros jóvenes del alcoholismo, las drogas y la delincuencia.

Volveremos, pues, al estudio del griego y del latín, así como de las matemáticas, la gramática y la retórica y oratoria, y la música, pero también en principio del zapoteco, mixteco y mixe.
Para lograrlo, hay, sin embargo, una condición indispensable, sine qua non. No perder jamás, tampoco, la capacidad de asombro y el sentido del humor por más negro que éste sea.
De ahí que, aceptando sin conceder, como solemos decir los abogados, que escribir un libro es engendrar un hijo, confirma la bien ganada fama pública de garañón de ‘El Gallo’.
Es un distinguido honor presentar a ustedes el segundo libro de Jaime Eliel Mayoral Gómez, Neoliberalismo y movimiento obrero en México. Paraísos transnacionales.

A partir del arribismo de los trepadores tecnócratas con Miguel de la Madrid en la Presidencia de la República, el neoliberalismo dio la puntilla al movimiento obrero en México con la reforma estructural en materia laboral al extremo de su inminente desaparición con la pérdida del derecho de huelga.
La entronización de la ‘cofradía de la mano caída’ en los tres poderes impuso el pacto de lodo por encima del pacto de honor firmado con sangre del viejo sistema político mexicano que durante 40 años hizo posible el Desarrollo Estabilizador.
Y es una enorme satisfacción hacerlo, porque es la Tesis para la obtención de la Maestría en Sociología Jurídica en la Antigua Universidad de Oñati, Guipúzcoa, en el País Vasco.
Pero sobre todo es un orgullo hacerlo, porque en el fragor de la lucha por la defensa de los derechos laborales de los periodistas y comunicadores, nos hicimos amigos y hermanos.

Es nuestra convicción que los reconocimientos y agradecimientos se deben realizar en vida. La nobleza indígena obliga a hacerlo. ¡Gracias Jaime por tu amistad y ejemplo de lucha!
En mi corazón y el de mi familia tienes un lugar especial de afecto y respeto. Los indígenas que nos respetamos a sí mismos, jamás olvidamos un favor, pero tampoco perdonamos un agravio.
Gracias a todos ustedes queridos amigos por su amistad y generosidad al aceptarnos irreverentes, contestatarios e iconoclastas al romper esquemas y paradigmas impuestos.
¡Cómo olvidar el amargo sabor del exilio, después de lograr sindicalizar al diario que una generación de noveles periodistas hicimos líder al lado del genial José Martínez Bastida!

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