Dejar hacer, dejar pasar, Mayor yerro de Gabino
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Alfredo Martínez de Aguilar
La primera alternancia que derrotó al PRI en 2010, después de 80 años en el poder en Oaxaca, trajo con Gabino Cué Monteagudo dos nuevas y nefastas modalidades de corrupción: ineptitud y negligencia en grado sumo.
Porque si algo ha caracterizado al desgobierno de la coalición PAN-PRD-PT-Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano, en el sexenio que fenece ha sido precisamente el dejar hacer, dejar pasar en una actitud valemadrista.
Indolencia, convertida en principal política pública, que incubó el huevo de la serpiente y que en medio del caos termina por comerse su cola. Enorme vacío de poder generado al renunciar a la obligación de ejercer el poder.
Maniobra genialmente perversa laissez faire, laissez passer. Inexplicable de manera racional. Hasta ahora poco observada y menos analizada. Pero cuyas graves consecuencias padece de manera creciente Oaxaca.
Ineptitud y negligencia detonaron hoy, como nunca antes, la más escandalosa corrupción. Sin llenadera alguna alcanzó inédita cota, Sin precedente alguno en los gobiernos priistas, rompió récord histórico con total impunidad.
Como consecuencia lógica y natural la anarquía, se convirtió en fuente principal de riqueza mal habida. Dejar hacer, dejar pasar entronizó el saqueo a su máxima expresión. Éste trocó en deporte preferido en el primer nivel del gobierno.
El vacío provocado por abdicar del ejercicio legítimo del poder fue llenado por los amigos y colaboradores más cercanos del gobernador. Jorge Enrique Castillo Díaz se erigió en vicegobernador único.
A su lado figuran de manera más que destacada Alberto Vargas Varela, secretario de Administración; Germán Tenorio Vasconcelos, ex secretario de Salud; Pepe Zorrilla, ex secretario de Turismo, y Netzahualcóyotl Salvatierra, ex titular de SINFRA.
A través del esquema outsourcing, manejado por el genial fiscalista Eligio Hernández Carrillo, Jorge Castillo y Alberto Vargas Varela, han cometido el mayor saqueo en educación, salud y la administración central.
Una de las manifestaciones públicas más conocidas entre los integrantes del círculo rojo de Gabino Cué ha sido la competencia por comprar aviones. Además, desde luego, de abultadas cuentas bancarias y residencias.
La pregunta obligada que flota en el ambiente previo a la toma de posesión del gobernador electo Alejandro Murat Hinojosa es si la escandalosa corrupción de la burbuja de Gabino Cué quedará impune o terminarán en la cárcel.
Las intrigas palaciegas de Jorge, prosperaron y finalmente desplazaron totalmente del poder a Ángel Benjamín Robles Montoya como vicegobernador, potencializadas por su mayúscula soberbia.
Sin embargo, el daño hecho por el hoy derrotado candidato del Partido del Trabajo elevado a Comisionado Político como premio de consolación, ya estaba hecho: desmanteló la Secretaría General de Gobierno.
La causa, fue el creciente odio y sed de venganza de Benjamín contra Irma Antonia Piñeyro Arias al saber que no sería secretario general de Gobierno. Motivo y razón que dinamitó el área estratégica de la gobernabilidad.
Hoy, el irónicamente todavía senador de la República por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que lo bateó como candidato a gobernador, coloca el último clavo al ataúd de la primera alternancia que coadyuvó a construir.
El candidato a la gubernatura de Oaxaca por el Partido del Trabajo (PT), Benjamín Robles, reconoció el triunfo del PRI en la elección y culpó al PRD por permitir su regreso al gobierno. En un comunicado, el senador perredista afirmó que la Revolución de la Gente es un movimiento social vivo, que llegó para quedarse. Despertó la conciencia de más de 170 mil oaxaqueñas y oaxaqueños en las elecciones del domingo.
Poco han podido hacer los cuatro responsables de la política interior del Estado. Sin recursos económicos, materiales y personal, Irma, Chuchín, Poncho y Carlos, terminaron refugiados en el dejar hacer, dejar pasar.
Situación lamentable y dolorosa que se ha traducido en la actual ingobernabilidad. El costo político, económico y social, no tiene parangón en la historia de Oaxaca. Ni siquiera en sus páginas más negras.
A querer o no, esto significa simple y sencillamente que no hay gobierno en Oaxaca, ya que éste renunció al ejercicio legítimo del poder. Enorme vacío que se hace extensivo a la seguridad pública, otra área vital.
A pesar de su carácter estratégico, el secretario de Seguridad Pública, Jorge Ruiz Martínez, primo hermano del ex gobernador Ulises Ruiz, tiene en contra un marcado desempeño deficiente.
Prueba de ello, el fatal desenlace del operativo de desalojo del bloqueo en Nochixtlán al lado de la Policía Federal, cuyos trágicos resultados con nueve muertos, son conocidos nacional e internacionalmente.
Funesto final consecuencia de la falta de mando y experiencia. Improvisación que provocó un acto de rebeldía de la Policía Estatal con la Policía Federal antes del operativo de desbloqueo en Nochixtlán
Enfrentamiento que estalló por el resabio de los agravios de la Policía Federal en contra de la Policía Estatal durante la huelga prohijada por el rechazo de esa corporación a las decisiones de Alberto Esteva Salinas.
El resentimiento latente en los elementos de la Policía Estatal Preventiva resurgieron por la actitud soberbia de los mandos de la Policía Federal al ordenar que los policías oaxaqueños les sirvieran de escudo.
La acalorada discusión por la exigencia que los elementos de la Policía Estatal Preventiva
avanzaran delante de los Policías Federales relajó la disciplina y provocó la falta de coordinación en el operativo de desalojo en Nochixtlán.
Hoy, Oaxaca y los oaxaqueños pagan las terribles consecuencias de la reedición de la revuelta de 2006 por la Sección XXII de la CNTE y nueve organizaciones sociales a las que le cerraron la llave de los recursos públicos.
Hábil y perversamente, se montó en la rebelión Andrés Manuel López Obrador y su partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), con el apoyo de Comuna, el Frente Popular Revolucionario (FPR) y la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE).
@efektoaguila
