Dan a mujer 166 años de prisión

El imparcial

En noviembre de 2011 ocurre el asesinato de un empresario que indignó a la ciudadanía oaxaqueña, sobre todo por la actuación de la Procuraduría General de Justicia.

Mabel Arcelia Guzmán Ramos fue sentenciada a 166 años y 8 meses en prisión, por el Juez Tercero de lo Penal, por el concurso de delitos como: secuestro agravado, robo a casa habitación y robo específico (en su modalidad de uso) en agravio del empresario constructor, Elías.

De igual manera, fue sentenciada al pago de un millón 109 mil 902 pesos como multa y al pago de 134 mil 379 pesos por reparación del daño, con relación al delito de secuestro agravado.

También, fue condenada al pago de 135 mil 850 pesos por reparación del daño por el delito de robo calificado cometido en casa habitación.

Asimismo, por el delito de robo de uso, quedó pendiente la reparación del daño.

La desaparición

En el expediente penal 05/2016, obra que empleados del empresario denunciaron el viernes 25 de noviembre de 2011 en la mañana, su desaparición, hecho a todas luces violenta, sin que Antisecuestros interviniera para investigar el plagio.

Este crimen causó consternación en la ciudadanía oaxaqueña, sobre todo, porque la investigación desde su inicio se vio plagada de una serie de omisiones de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado, la cual demostró su incompetencia para tomar las medidas necesarias y proporcionar auxilio a las víctimas.

La desaparición del arquitecto fue descubierta, luego de que su empleada doméstica llegara al domicilio particular, ubicado en la calle Rafael Osuna, número 119 B y éste no abriera la puerta.

Como no recibió respuesta, se dirigió a las oficinas de la empresa Construmuros y Losas Aligeradas, S.A de C.V., establecida a metros de la vivienda, donde avisó que el patrón no abría, por lo que le dieron un duplicado de la llave de la cochera.

La mujer regresó a la casa de Elías, pero aún con la llave no logró abrir, por lo que nuevamente volvió a las oficinas a informar.

Un empleado del empresario la acompañó, pero tampoco logró abrir.

Con permiso de sus superiores, se brincó la barda y descubrió que el portón de la cochera estaba atado con unos cables.

Descubren robo

Al entrar se percató que faltaba la camioneta marca Toyota, tipo Tacoma de color blanco y un Nissan, tipo Platina, color capuchino, las cuales debían estar estacionadas en la cochera del departamento contiguo.

Al revisar la casa y subir al segundo piso, encontraron tirados los lentes graduados del arquitecto, además de huellas de sangre junto a la cama.

Intentaron comunicarse por teléfono con el arquitecto, pero su celular estaba apagado, por lo que decidieron presentar la denuncia ante la seguridad de un secuestro.

Sin embargo, después de que los trajeran de un lado a otro, finalmente llegaron a la Agencia del Ministerio Público adscrita al Hospital Civil, a las cuatro de la tarde, donde el representante social le tomó su declaración a Laura Guadalupe López Cruz, secretaria del arquitecto.

Entre las 20:00 y 21:00 horas del mismo viernes, se practicó la inspección ocular, donde aparte de los vehículos, faltaban tres pantallas de plasma, dos licuadoras, dos hornos de microondas y su perrito de raza Schnauzer.

Más tarde, el contador del arquitecto informó que logró cancelar las tarjetas bancarias de la empresa, no así la personal, de la que al parecer, ya habían realizado retiros. Evidencias claras de que el arquitecto fue víctima de varios delitos cometidos con violencia.

Sin embargo, el entonces director de Averiguaciones Previas y Consignaciones, ordenó al representante social que en lugar de dar intervención inmediata a la SADAI, continuara con la indagatoria y al otro día “ya verían”.

Así, en lugar de una respuesta oportuna para evitar, en su caso que el delito se siguiera cometiendo y buscar de inmediato a la víctima para darle el auxilio necesario, le dieron el trámite normal, pues ni Antisecuestros intervino con el argumento de que no se habían hecho llamadas para solicitar rescate.

Abandonan camioneta

Horas después de la denuncia, la camioneta Tacoma color blanco fue localizada abandonada en inmediaciones de Santa María Atzompa, por lo cual fue asegurada por el agente del Ministerio Público de la Mesa Especial de Robo de vehículos para continuar con la investigación.

Fue el domingo 27 de noviembre, a las 13:15 horas, cuando elementos de Seguridad Pública Municipal que circulaban frente a las instalaciones del Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO), escucharon que el sistema lanzó una alerta al detectar la placa de circulación de un auto Nissan, tipo Platina.

Al verificar en el Centro de Comando y Control confirmaron que el vehículo tenía reporte de robo, por lo que luego de asegurarlo, lo dejaron a disposición de la PGJE, en Ciudad Judicial.

El vehículo completamente cerrado fue recibido por el agente del Ministerio Público en turno adscrito a la SADAI, a las 17:00 horas del mismo domingo; sin embargo, no realizó de inmediato las diligencias básicas, como es la inspección ocular con asistencia de peritos.

Encajuelado

La tarde del lunes 28 de noviembre, elementos de la entonces Agencia Ministerial, descubrieron que el auto Platina, estacionado frente a sus oficinas, despedía un fétido olor.

El cadáver estuvo en la cajuela cerca de 24 horas desde que los uniformados encontraron el auto Platina de color capuchino.

Una vez que le dieron aviso al secretario ministerial, al abrir la cajuela, se descubrió el cuerpo del arquitecto Elías.

La víctima, con evidentes huellas de violencia, estaba maniatada de pies y manos, además de estar amordazada.

La necropsia de ley determinó que murió por traumatismo profundo de cráneo por contusiones activas, laceraciones viscerales causadas por objeto punzo cortante, pues fueron nueve puñaladas en el tórax; además de tener más de 40 horas de fallecido.

Al tomar la investigación, elementos de la AEI encuadrados en el Grupo de Robos interrogaron a familiares y trabajadores del empresario a fin de poder establecer el móvil del crimen.

El escarnio

Ante el escarnio social, luego de que la Procuraduría aseguró el auto robado con todo y la víctima asesinada en la cajuela, ofreció rápida conferencia de prensa para asegurar que ahora sí realizarían todas las investigaciones pertinentes.

Evidenciar de forma tan incuestionable esta incompetencia, llevó a los investigadores a tomar en serio el asunto.

Semanas más tarde, personal de contabilidad de las empresas del arquitecto notaron que de una de las cuentas personales del arquitecto cobraron dos cheques.

Atan cabos

El 30 de noviembre declaró Fabiola Vásquez Jiménez, propietaria del bar La Entrega, ubicado en Huatulco, quien era la actual pareja del extinto.

La mujer dijo estar enterada de la desaparición y el asesinato de Altamirano Cortés, pero reveló que su teléfono celular emitió una alerta y con ello se dio por enterada que habían cobrado un cheque de su cuenta personal.

Esto llevó a los policías a indagar en la sucursal bancaria y fue así como descubrieron que dos mujeres habían cobrado dos cheques de su cuenta, los cuales habían sido robados en el domicilio saqueado.

Fue así como rastrearon uno de los cheques en uno de los bancos.

Las indagatorias llevaron a los agentes a la abogada Ivonne García Pérez, quien fue requerida por el agente del Ministerio Público.

Tras localizarla, le encontraron otro cheque aún sin cobrar por ocho mil pesos a su nombre, supuestamente expedido por el arquitecto y firmado por él.

Al ser interrogada, reveló cómo lo había obtenido y luego de presentar a varias personas a declarar ante el agente del Ministerio Público, establecieron que quien había planeado el robo fue Mabel Arcelia Guzmán Ramos, quien trabajó como vendedora en la empresa del extinto y a su vez sostuvo una relación sentimental con éste.

La venganza

La ruptura de la relación, así como la molestia por no recibir el pago de una comisión por 20 mil pesos, habrían sido el motivo para que Mabel Arcelia planeara el robo.

El atentado lo realizó con otras personas la noche del 24 de noviembre, cuando ella misma citó al empresario en un restaurante de la ciudad, pero aprovechó un descuido para arrebatarle un juego de llaves, las cuales entregó a sus cómplices, quienes se dirigieron al domicilio.

Al llegar a la vivienda, supuestamente fueron asaltados, pero debido a que Elías se negaba a firmar unos cheques, los golpearon y sólo así lograron que estampara su firma en cuatro documentos.

Dos de estos fueron cobrados por las mujeres, ya que cuando intentaron cobrar el resto, éstos ya estaban reportados como robados.

La investigación llevó a la licenciada Ivonne Pérez García, quien aparece en las imágenes de circuito cerrado de la sucursal bancaria.

Ivonne confesó que los cheques se los entregó Efrén Chávez Tamayo, quien también se hacía llamar Jesús Alberto Cruz García; en tanto, éste invitó a participar en el robo a su medio hermano Odilón Chávez Martínez y a su conocido Guillermo Coache García, quienes tenían en su poder varios de los objetos robado en el domicilio.

Se acusan

Los cuatro participantes revelaron que Efrén fue quien asesinó al profesionista, ya que éste lo llevaba en la cajuela al momento de repartirse el botín.

Por su parte, el coordinador general de la AEI, Jaciel Vásquez Castro, dijo que la investigación fue realizada por el Grupo de Homicidios, quienes presentaron a declarar a por lo menos 10 personas, entre los que se encuentra Rubén, quien trabajaba para Elías.

Fue precisamente Rubén, quien reveló la relación que mantenían el extinto y su empleada Mabel Arcelia, autora intelectual y material del homicidio.

Efrén, Mabel Arcelia, Odilón y Guillermo, supuestamente aceptaron su participación en el crimen. Narraron cómo consumaron el ilícito y dejaron el cuerpo dentro de la cajuela del automóvil.

De igual manera, durante las investigaciones, los agentes establecieron que los hombres enviaron un correo electrónico a la empresa constructora, pero del mismo correo de la víctima, en el cual pedían un millón de pesos en dos bolsas negras.

Tras la detención de Efrén, Mabel Arcelia, Odilón y Guillermo establecieron que el primero aceptó que cobró dos cheques de un total de ocho que supuestamente la abogada Ivonne García Pérez le había entregado.

De igual forma, en los videos de los bancos aparecen los ahora detenidos cuando retiran dinero de las tarjetas de la víctima.

Es de señalar que la abogada, Ivonne, también estuvo detenida, sin embargo, al ser presentada con el juez y aportar pruebas a su favor, el titular del Juzgado Sexto de lo Penal le dictó auto de libertad.

Faltan sentencias

Los hombres procesados aún no acaban de aportar pruebas a su favor, pero el abogado defensor de Mabel Arcelia indicó que no tenía más que probar, por lo que al igual que el representante social, presentó sus conclusiones.

Ahora, el Juez Tercero de lo Penal sentenció a Mabel Arcelia a 166 años y 8 meses en prisión.

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