Benítez, destinado a morir por deficiencia en arteria

chuchobenitezUn paro cardio-respiratorio provocó “la muerte súbita” del futbolista ecuatoriano Christian Benítez el lunes en Qatar, se aseguró tras la primera autopsia entregada por el club El Jaish.

Sin embargo, tras su llegada a Ecuador, los restos del ‘Chucho’ fueron sometidos a una segunda disección, donde se reveló que “tenía una deficiencia en una arteria coronaria, eso sólo se lo podía detectar después de muerto”, dijo Luis Chiriboga, presidente de la Federación Ecuatoriana de Futbol.

El domingo 28, Christian recién jugó sus primeros minutos con el equipo qatarí, entró de cambio y no marcó en el triunfo de su equipo sobre el Qatar SC en la Sheikh Jassim Cup; a la hora se fue a cenar con su esposa Lizeth Chalá.

A las 20:30 horas, Christian se quejó de dolores abdominales, él y su esposa llegaron al hospital Al Alhi, que no fue el mismo en el que el delantero se hizo los exámenes médicos el 4 de julio para que se concretara la firma del contrato con el club (día 15); aquél fue el Aspetar, de medicina deportiva. Regresó al hotel.

A las 3 de la madrugada, cuenta Cléber Chalá —el suegro de Christian— que su hija Lizeth le llamó por teléfono para contarle la urgencia: Christian sufría de dolores severos, habían regresado al hospital y dos horas después —con sedantes de por medio— no recibía aún la atención en momentos críticos; para cuando un médico lo atendió, el ex del América convulsionaba y caía en el coma del que ya no saldría (Versión publicada en La Afición el 30 de julio).

Hoy, el dirigente del balompié ecuatoriano apuntó que “por una enfermedad en su arteria coronaria, estaba destinado a morir; un día más, dos días más. Eso es lo que me ha dicho el doctor (Patricio) Maldonado (Federación de Ecuador)”, aseguró Chiriboga.

Luego de los trámites, una caravana encabezada por la carroza mortuoria recorrió el trayecto hasta la capilla ardiente levantada en un coliseo de Quito. Los restos de Benítez reposarán para siempre en el cementerio “Monteolivo”.

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