Arriban al santuario de Juquila miles de feligreses por su aniversario.

Paloma Duarte

La iglesia católica llegó al santuario de la Virgen de Juquila en su aniversario de coronación cargada de preocupaciones, tristeza y sufrimiento por la inseguridad que se vive en México y Oaxaca, sostuvo el arzobispo de la Verde Antequera.

José Luis Chávez Botello, refirió que los hechos ocurridos en Matatlán así como Nochixtla, el sacrilegio de robo en contra de la iglesia, y el suicidio en una capellanía son signos que preocupan a las autoridades eclesiásticas.

“Es palpable que no hemos aprendido a vivir ni a convivir. A pesar de todo, la Santísima Virgen no nos deja solos y camina a nuestro lado”, sostuvo tras mencionar que esta imagen lleva a recorrer el camino de la fe a los creyentes católicos.

La máxima autoridad de la grey católica en el Estado destacó que ante un ambiente superficial, muchas personas buscan la vida fácil y sin compromisos, dinero y cargos sin trabajar bien; así crece la corrupción, la ilegalidad, el divorcio y aborto.

Todo lo anterior deteriora gravemente la vida y la familia. Situación ante la que se debe reflexionar pues no se puede ser buen ciudadano y menos cristiano ejemplar si no existen compromisos y esfuerzo.

“Nada mejora en la vida sin esfuerzo, sin compromisos completos. Necesitamos detenernos y contemplar a la Santísima Virgen para aprender de ella a caminar bien en la vida para vivir de mejor manera”, sostuvo.

Chávez Botello considero que el resentimiento en algunas personas llevan a la violencia, venganza y con ello al deterioro del ser humano, por ello se debe aprender a perdonar y ayudar al prójimo, pues todas las acciones regresan a medida que se hayan cumplido, dijo.

Destacó también que otro factor que está apoyando el incrementó de la violencia en nuestro país y Estado es el crecimiento de la pobreza y la miseria que existe en la educación y en el valor de la vida.

Por ello dijo, desde todas las trincheras debe de promoverse el respeto a la ley, a la justicia, a la vida y al bien común, para que podamos ser comunidades que puedan cohabitar y no destruirse así mismas como está sucediendo.

Debemos, dijo, aprender a vivir en el bien pues todo lo bueno o malo que haga cada ser humano como individuo tiene una proyección en la familia, en el trabajo, en las relaciones con las demás personas así como en la sociedad.

En este contexto es necesario que aprendamos a emplear el tiempo libre y el que le dediquemos a los demás, pues debemos como sociedad unificarnos en la paz, amor y fe que es el alimento y la bebida que necesita la humanidad.

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