Albert Hammond Jr. muestra su otra cara

EXCELSIOR

Con la creación de un álter ego el guitarrista se separa de The Strokes y con Francis Trouble crea un disco cien por ciento de rock

CIUDAD DE MÉXICO.

El día que Albert Hammond Jr., a quien se le conoce por su padre el compositor Albert Hammond y por ser guitarrista del grupo The Strokes, se enteró que tuvo un gemelo se quedó sin pala­bras. Creció con la triste historia que sus padres le contaron, pero apenas el año pasado su tía le dijo que, al nacer, encontraron en su placenta una uña de su hermano Francis.

Una historia personal que le llegó fuerte al corazón, porque, a fin de cuentas, tuvo contacto con su similar al interior de su madre.

Me lo dijo casualmente”, dice el músico casi con ironía en en­trevista con Excélsior, “y eso me reforzó la idea que había tenido de tomar un álter ego, porque ni nombre ha tenido un recorrido importante, y así poder encontrar una mejor versión de mí, vinien­do de fuera.

La historia de la uña sólo ci­mentó esta dualidad, que es una manera de poner mayor énfasis en un renacer a través de una his­toria de vida real, como si fuera un relato de un cómic. Estar den­tro de alguien más ayuda a mi ca­beza a separarme y a poder ir más allá de lo que hasta ahora me ha­bía permitido, porque dentro de una banda no puedes ser alguien más”, agregó.

Así fue como una charla con su tía detonó las canciones del nuevo disco Francis Trouble, ya disponible en México y editado por Red Bull Records, el cuarto en su cuenta personal y, que de acuerdo con el músico angeli­no, tuvo que ser el primero en la cronología.

Pero, hay más detrás del ál­bum. Casi al mismo tiempo de conocer detalles de su época prenatal, Albert experimentó una pérdida grande. Andrew Parker, su terapeuta, falleció. Y no es una exageración, porque ese hombre lo apoyó a salir de la dependen­cia de la cocaína, la heroína y los analgésicos.

Lo considero como un pa­dre”, explicó sobre su relación. De ahí que Francis Trouble va direc­tamente como dedicatoria a su memoria.

“Mantenerme sobrio después de que mi mundo eran las dro­gas me llevó a conocer a mi tera­peuta; fue mi segundo padre. Un mentor, como la imagen y mito­logía de los héroes: me ayudó a convertirme en un hombre.

“Nuestras conversaciones so­bre la vida me permitían poder abrir mi lado oscuro, las cosas que piensas sobre la sociedad y que no puedes hablar, la sen­sación de ser un extraño y toda esa parte me abrió. El tiempo te roba la inocencia y gané curiosi­dad con ello. Él me permitió ver el mundo con una nueva pers­pectiva y con vibraciones en mi persona y carrera, justo a los 38”, admitió.

Francis Trouble son diez canciones que el músico ama. Harder, Harder, Harder es su fa­vorita. Una mirada introspectiva y, lo mejor de todo, un disco de rock and roll al cien por ciento, repleto de esas guitarras que él especialmente puso de moda a principios de los años 2000, cuando The Strokes surgió como uno de los pilares de la nueva ge­neración del rock y garage.

Guitarras que han tenido resonancia en ídolos actua­les como Alex Turner, líder de los Arctic Monkeys, cuya pri­mera línea de la canción Star Treatment, que introduce al ál­bum Tranquility Base Hotel & Casino, dice: “yo sólo quería ser uno de The Strokes”.

“Fue muy bonito oírlo, porque realmente amo a la banda (The Strokes). Es raro, porque al men­cionarlo, de primera instancia, no sientes que se trate de ti, pero es divertido tener esa sensación. Mis amigos y otras personas me han preguntado lo mismo, qui­siera tener una respuesta.

Matt Helders, bateristas de los Arctic, es más cercano a mí. Si lo encuentro entraré en esa charla o ya le voy a escribir, lo que no sé es si tenga una res­puesta para mí”, señaló.

Y, por supuesto, sobre el futu­ro de The Strokes se reservó co­mentarios mayores. Lo mismo sobre la figura de su padre. No tiene ningún comentario con­creto, porque Francis Trouble, como lo explicó antes, es la ma­nera de liberar su carrera como solista del grupo con el que ha grabado cinco discos y del apellido de uno de los compositores británicos más importantes, Albert Hammond.

Seguimos siendo un gru­po, es lo único que pue­do decir. Si nos separamos dentro de 20 años, prome­to que hablaré todo el día y cada que me lo pregunten al respecto, mientras todo (está) bien”, finalizó.

hch

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