Adultas mayores: víctimas de feminicidio en Guanajuato

México.-A sus 66 años, Margarita Tinajero González fue asesinada el 23 de febrero del 2014 en su casa, en la comunidad rural La Hormiga de Jerécuaro, uno de los municipios con más bajo índice de desarrollo humano de los 46 que tiene Guanajuato.

Muy cerca de esa comunidad fue capturado su nieto de 14 años. Se había presentado en la casa, aparentemente drogado; se dirigió directamente a su abuela, le propinó algunos golpes. Luego la apuñaló 70 veces. Otra de sus nietas presenció el homicidio.

Un día después, en Salamanca —un municipio cercano a Jerécuaro— dos jóvenes de 15 y 17 años de edad golpearon a Josefa Puente Miranda hasta matarla. Querían robarle el tanque de gas. Asesinaron a la mujer de 89 años en su propia casa cuando los descubrió. Después la envolvieron con una cobija.

María Muñiz Rentería tenía 75 años cuando fue asesinada en Valle de Santiago el 25 de abril de 2015. Sus vecinos la encontraron tirada en el piso de la casa de techo y paredes de láminas negras donde vivía. Minutos antes la habían escuchado discutir con su hijo, Adán Ledezma Muñiz.

La casita donde María fue asesinada se ubica en la colonia El Calvario, en una zona de difícil acceso, calles sin pavimentar, una mayoría de habitantes sin un empleo remunerado —los pocos con sueldo reciben no más de dos salarios mínimos— y un promedio de escolaridad inferior a la media municipal y estatal.

Margarita, Josefa y María son tres de las 314 mujeres que fueron asesinadas entre 2012 y 2015 en Guanajuato, un estado en el que el porcentaje de homicidios de mujeres mayores de 65 años (alrededor de 20 por ciento) sobresale de la estadística arrojada por el Sistema Nacional de Información en Salud, el Sinais.

La casa resulta ser el sitio más peligroso para la vida de adultas mayores en el estado, tres veces más que la vía pública, que es el otro sitio donde son asesinadas.

La mayoría de estas víctimas contaba con una escolaridad mínima o sin estudios. Eran solteras o casadas casi en el mismo porcentaje; las menos, eran divorciadas o vivían en unión libre.

Pero no solo para ellas el hogar ha representado un sitio mortal: de acuerdo con los datos del Sinais, quienes cuentan con un nivel de estudios profesional tienen un doble riesgo de morir asesinadas tanto dentro como fuera de sus casas.

La mitad de las mujeres asesinadas entre 2012 y 2015 tenía entre 18 y 40 años de edad.

Eso sí, hay un periodo del día en el que la mayoría de las víctimas fueron asesinadas o se les encontró muertas, jóvenes y mayores, en casa o en la vía pública: entre la una y las 4 de la madrugada.

El centro Las Libres, que por lo menos desde 2000 ha documentado los asesinatos de mujeres en Guanajuato, ha visto cómo se han modificado los modos y causales, como la aparición de un número cada vez mayor de homicidios por armas de fuego.

Además, tras la tipificación en noviembre de 2011 del feminicidio y la tentativa de feminicidio, se ha capturado, procesado y sentenciado a responsables por estos delitos en la entidad. No obstante, todavía pasó más de un año para que se consignara ante jueces un caso de feminicidio.

Datos del Supremo Tribunal de Justicia del estado señalan que entre 2013 y 2016 se conocieron 35 expedientes por feminicidio en el sistema de justicia tradicional y 47 en el sistema penal acusatorio oral. Entre 2013 y 2015 se dictaron 10 sentencias condenatorias en el sistema tradicional (la mínima de 25 años y la máxima de 37) y de 2013 a 2017, los jueces sentenciaron culpables a otras 13 personas, con penas de 15 hasta 43 años de prisión.

La integrante de Las Libres Rosalía Cruz Sánchez describe cómo hasta antes de 2015, aproximadamente, la violencia familiar u originada por la pareja era la causal principal, y posteriormente se involucran otros elementos como el narcomenudeo o el uso de armas de fuego.

“Tenemos una cifra muy elevada de mujeres asesinadas este año, más de 100. Pero tenemos que ver esas otras causales, una violencia generalizada en la que las mujeres son el punto más vulnerable. Muchas mujeres han muerto incluso por estar en un lugar, con la pareja que vendía la droga o que se enfrentó en ataques armados, por ejemplo”.

En los casos de las mujeres adultas mayores víctimas de homicidio, Cruz Sánchez explicó que vivían en su mayoría en comunidades rurales o colonias populares, tenían tienditas o negocios pequeños en lugares apartados y fueron víctimas de mucha brutalidad. “Vemos muchas puñaladas, muchos balazos, como si ellas hubieran podido oponer mucha resistencia”.

El estado de Guanajuato tipificó el feminicidio el 3 de junio de 2011, incorporando el artículo 153-A en el Código Penal estatal e hizo una reforma al mismo en junio de 2013.

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