Ejercer el voto

ejercervotoPor Horacio Corro Espinosa

El próximo domingo 7 de julio se realizarán en nuestro estado elecciones para diputados locales y presidentes municipales. En el lenguaje del pueblo es día de “votaciones”.

En las definiciones de sabiduría política, será el pueblo quien ejercitará su soberanía mediante el voto. Todos aceptamos que nuestro voto no es el definitivo en el desenlace, sabemos que es uno frente a miles y que en el cómputo final, los más determinarán el sentido de la elección. Y los menos aceptarán humildemente la decisión. Así es esto de la democracia.

Y como en cada elección, el pueblo espera que el derecho predomine, que el recuento honrado de los votos determine la victoria. Que la limpieza y el respeto sean los ingredientes para que el perfil dé un clima democrático. Nadie espera el engaño o la deshonestidad en el recuento. Robar votos es mucho más grave que robar dinero.

Los que no votan, los abstencionistas, renuncian a derechos que son irrenunciables. Después no podrán, en los marcos de la moral privada y pública, censurar la ineficiencia del gobierno, sermonear la corrupción, enojarse frente a la inflación, el desempleo o la inseguridad como amenaza, e fin.

Los que declinen a la oportunidad del domingo, después no lancen el grito de la protesta, de la ira, de la inconformidad, ya que no fueron capaces de ejercitar “el día de las elecciones” el deber obligatorio de la responsabilidad.

Los partidos políticos y sus candidatos, convocaron durante días a todos los ciudadanos a votar, y el domingo será la hora de la cosecha. Durante semanas, los candidatos sembraron como pudieron y donde pudieron sobre la geografía de Oaxaca para que el 7 de julio surja el fruto.

Cada partido, cada candidato, predicó la verdad o tal vez, dijo verdades a medias o engañó con disimulo; pero una cosa es cierta, predicó en perseverancia y en terquedad.

Corresponderá al pueblo ahora, el 7 de julio, a hacer su parte, a dar su respuesta a la convocatoria y su compromiso con Oaxaca. Votar es un derecho, la ley lo regula y lo somete a requisitos claramente expresados de edad, domicilio, lugar y formas para ejercitarlo.

Votar es pronunciarse. El voto es aval para que los siguientes años ejerciten el poder. Es el instante de la calificación. Es cuando valora uno si los frutos son buenos, si la cosecha es abundante, si la esperanza es prometedora.

Como ciudadano, cuando tengas la papeleta en la mano para votar, tienes que haber decidido si por el que vas a votar es favorable, si con él vas a tener la bodega llena, si en la mesa vas a tener pan, si el horizonte está despejado.

En contraste, si ves que la cosecha va a ser precaria o francamente mala, tendrás la oportunidad para canjear tu voto para que vengan otros a iniciar la tarea de la rectificación, del rescate, de la reconstrucción.

Si dentro de tu balance viste que el oficio se prostituyó, se hundió en la corrupción, en la ineficacia, en la frivolidad, en la soberbia; en ese caso tu voto no será aval ni ratificación.

Este es el sentido y la razón del voto. Que no te digan, que no te cuenten. El pueblo ratifica o rechaza, confirma o expulsa. El voto es tarea, voluntad y decisión humana. Ojalá que por el amor a Oaxaca todos ejerzan su derecho a votar para seguir más próximos con quienes nos ata el amor, la solidaridad, la protección, los sueños, los recuerdos, las esperanzas, las ternuras, y por lo mismo, impulsen a cumplir en paz, en responsabilidad, el irrenunciable deber de votar.

 

 

Twitter:@horaciocorro
horaciocorro@yahoo.com.mx

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