Traen esencia del Vaticano a salas del Colegio San Ildefonso

EXCELSIOR

La exposición ofrece un viaje por dos mil años  a partir de las obras de Tiziano, Gian Lorenzo Bernini, Guido Reni, Rafael Sanzio y Marcelo Venusti

 

CIUDAD DE MÉXICO.

Entrar a la exposición Vaticano: de San Pedro a Francisco. Dos mil años de arte e historia es sumergirse en el pasado de una nación construida en apenas 44 hectáreas. Un territorio, menor en tamaño al Centro Histórico de la Ciudad de México, que se convirtió en el corazón de la fe cristiana y en una suerte de máquina de arte.

Recorrer las salas del Antiguo Colegio de San Ildefonso, donde se presenta a partir de hoy, es una suerte de viaje por la memoria de un país fundado apenas en 1929 como Estado independiente. Y con la intención de trasladar al espectador al corazón de Roma, se trajo de las colecciones de los museos vaticanos las obras más representativas no sólo de la fe religiosa, sino también de la historia y el arte, e incluso de la cotidianidad de la urbe con apenas 800 habitantes.

Así se recibe al público, a partir de hoy de manera gratuita, con una réplica a escala de la puerta principal del Vaticano, y una ambientación musical en las salas que permita observar pintura, escultura, reliquias, libros y vestimenta de la Iglesia católica como si se estuviera en Roma; no en un afán de evangelizar sino de mostrar el desarrollo de una nación durante dos mil años, refirió la curadora Bárbara Jatta.

Tal como dice el título, el trayecto inicia en la llegada de San Pedro a una Roma ensangrentada y no creyente, y concluye con el pontificado de Francisco en la actualidad. Un viaje por dos mil años en los que los guías son la historia, el arte y la fe impresos en obras de autores como Tiziano, Gian Lorenzo Bernini, Guido Reni, Rafael Sanzio, Marcelo Venusti; igual que en mapas, dibujos, maquetas y libros que dan cuenta de la construcción del Vaticano.

Queremos no sólo mostrar las grandes obras de las colecciones vaticanas, sino traer la esencia del Vaticano y darle al público un acercamiento a las colecciones más directo. Por eso se presenta el modelo a escala de la puerta principal del Vaticano, para que la gente esté en el contexto de cómo es el lugar donde están originalmente las piezas. Es decir llevamos a la gente a la puerta del vaticano”, refirió Miguel Ángel Fernandez, del equipo curatorial por parte del museo.

Tras la réplica de la puerta central, se encontrarán mapas de la antigua necrópolis, de Roma en tiempos de guerra, y esculturas de San Pedro, el primer Papa de la Iglesia católica. En esta sección se miran obras como Fragmento de vaso con volutas y thiasos dionisiaco en relieve del siglo I, y el Retrato del emperador Tiberio, provenientes de los Museos Vaticanos.

Se podrá observar también óleos como Visión de Santa Elena (Sueño de Santa Elena) de Paolo Caliari El Varonés, que data de 1573-1580; Virgen de la leche de Lorenzo de Credi, de 1485 y 1495. De Federico Flori llamado Barocci se presenta San Francisco recibe los estigmas, un óleo que data entre 1594 y 1595.

Merece enlistarse Anunciación, un óleo de Marcello Venusti de 1555, que fue restaurado ex profeso para su presentación en México, y es la primera vez que sale de la ciudad del Vaticano. La pieza destaca porque estudios señalan que Miguel Ángel Buonarroti colaboró en su producción. Además está La Virgen con el Niño y los Santos (llamado Madonna del Frari), de Tiziano Vecellio (1533- 1535), proveniente de los museos vaticanos.

Un recorrido en seis núcleos en el que se intercalan los retratos de algunos de los papas más conocidos hasta el actual. Pinturas que se combinan con objetos religiosos, libros y dibujos de la Santa Sede. Y en un guiño a la curiosidad por la vida diaria en el Vaticano, la muestra cierra con la vestimenta más emblemática de los Papas. Trajes y zapatos que develan la modernidad.

cva

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