Apodos, motes y alias, en subasta

apodosPor Horacio Corro Espinosa

Cuando conocemos a una persona, casi siempre la relacionamos con su apellido más raro o más original. Es raro quien llame a una persona por sus dos apellidos.

En México, el apellido paterno es el que se utiliza primero, lo mismo sucede en España, en Perú, Venezuela, Bolivia, a diferencia de Estados Unidos, Brasil y Argentina, pues en estos últimos países el apellido del padre va en segundo lugar.

En nuestro país, identificamos a las personas muchas veces por su apellido. Si alguien se llama Pedro Pérez Urdaneta, se utilizará el apellido Urdaneta, entonces le diremos: señor Urdaneta, o don Pedro Urdaneta, en lugar de “señor Pérez”, que es lo correcto.

Adán, es el primer ser humano conocido en la historia con nombre propio. Después, se crearon otros nombres para distinguirse de otros humanos. Al principio de la Historia de la humanidad no hubo necesidad de otro nombre, pero pronto hubo que añadir algo más para distinguir de forma más concreta a la persona. El primer añadido fue tal vez la procedencia, y así se empezó a decir: Heráclito de Éfeso, Tales de Mileto.

A las primeras referencias personales se añadía siempre el o el de, por ejemplo: Francisco el de Asís. Con el tiempo se comenzó a usar un mote o un apodo, por ejemplo: Claudio significa cojo. Supongo que al primer Claudio se le reconocía por cojo, así como a Cicerón que significa garbanzo. Se dice que Cicerón tenía una verruga de aspecto de garbanzo.

También los apellidos se designaron por algún oficio, por alguna dignidad, o por algún cargo como Cardenal, Escudero, Palmero, Herrero.

Más tarde comenzaron los apellidos con el sufijo ez, como Fernández, González, etc., pues el sufijo ez es un genitivo que significa de. Con el sufijo ez se formaron Fernánd-ez “de Fernando”, es decir, “hijo de Fernando”, Gonzál-ez “de Gonzalo”, o “hijo de Gonzalo”, y tantos otros.

Aquí va un dato curioso: yo creo que todos conocemos el apellido Mac Donald es un apellido escocés que cuando se castellanizó dio el apellido Maldonado. Así que de hoy en adelante ya no digas, voy a Mac Donalds, ahora di: voy a echarme una hamburguesa Maldonado.

Así, con este desbarajuste en los apellidos, así comenzó antier una nueva historia con los apodos, motes, alias, sobre nombres, apelativos y demás títulos con los que quiera adornarse cualquier candidato para que así aparezca en las boletas electorales que se usarán el 7 julio aquí en Oaxaca. Así lo aprobó el Consejo General del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (IEEPCO).

¿Y a dónde nos llevará todo esto? Pues que los alias se conviertan en una categoría superior y se vuelvan impropios para delincuentes comunes. Un mote, o un alias como “el Paco”, “el Chivo”, “el Lobo Mayor”, etc. estarán en la calidad de alto pelaje, y los alias propios para malhechores, (bueno, en este caso, en ambos bandos los hay) se quedarán simplemente con sus nombres y apellidos.

También es probable que a partir de ahora aparezcan familias con nuevos apellidos. ¿Te imaginas que el hijo del candidato deje de apellidarse Jarquín, para adquirir el nuevo alias de su papá: “el tlacuache”?

Pero de veras, ¿no será que el Ieepco ve tan poca capacidad en los candidatos que por lo menos quiere que destaquen en algo ingenioso?

En serio que estamos viviendo los tiempos donde la gente comienza a creer que lo bueno es malo y lo malo bueno.

 

Twitter:@horaciocorro
horaciocorro@yahoo.com.mx

 

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