Zona Divas: la red internacional de trata de personas que navega entre la impunidad en México
Durante la década de los 2000 's una misteriosa página web atrajo a decenas de mujeres de distintas nacionalidades con la promesa de alcanzar una mejor calidad de vida en el país azteca. La pesadilla apenas comenzaba.
MILENIO
“Entramos en la web Divas.com y apunté mis datos, mandé la fotografía que me hice con el dinero que me dio Mariel y nomás pasó una semana cuando Mariel se comunicó conmigo a la casa. ¡Ya tenía mi boleto de avión para México! Me llevó con mis documentos a sacar mi pasaporte y todo en regla […] ¿Cómo iba yo a saber que iba a terminar así, de puta? Las modelos no son putas, son lindas y salen en las revistas y los hombres las adoran”, es parte del testimonio que Arely proporcionó a la periodista Lydia Cacho y que quedó plasmado en su libro Esclavas del Poder: Un viaje al corazón de la trata sexual de mujeres y niñas en el mundo (2010).
La historia de aquella joven venezolana de entonces 19 años resultó ser solo la punta del iceberg del caso que destapó una red internacional de trata de personas que encontró la forma de gestarse en México a través del internet a inicios de los años 2000’s.
Dos décadas y múltiples pesquisas judiciales después, la impunidad continúa siendo la protagonista del entramado conocido como Zona Divas. Y es que, de acuerdo con información obtenida por el Director de Investigaciones Especiales de MILENIO, Salvador Frausto, el magistrado Eduardo Alfonso Guerrero Martínez, revocó la sentencia condenatoria dictada en contra del creador y fundador del sitio web: Ignacio Antonio Santoyo Cervantes, alias El Soni.
Bajo el argumento de que no existían pruebas suficientes, el integrante de la primera Sala Especializada en Ejecución de Sanciones Penales del Poder Judicial de la Ciudad de México ordenó la liberación inmediata del acusado, quien había sido detenido por última vez el 5 de abril de 2019.
La batalla legal para llevar a El Soni ante la justicia se ha extendido a lo largo de al menos 15 años, sin embargo, la historia de los delitos por los que buscan procesarlo se remonta aún más al pasado.
La pesadilla Divas.com
Internet llegó a revolucionar la comunicación, el estilo de vida de miles de personas pero también la forma en la que se cometen ilícitos. Ignacio Antonio Santoyo Cervantes y José Antonio Villeda Martínez se dieron cuenta de éste último punto al colocar en línea el sitio web Divas.com en octubre de 2001.
Lydia Cacho expone en su trabajo periodístico que a través de dicha página ambos fundadores lograron contactar a mujeres de distintos países para ofrecerles contratos lo suficientemente atractivos en Argentina, Chile y México.
“En cinco años, Santoyo Cervantes y Villeda Martínez, junto con Diana Patricia Quintana, Mercedes Luján y Susana Arzamendia, consolidaron una red de prostitución por internet y ampliaron sus vínculos con organizaciones internacionales dedicadas a la prostitución individual y a la trata de personas”, se narra en el libro Esclavas del poder: Un viaje al corazón de la trata sexual de mujeres y niñas en el mundo (2010).
Luego de que las alertas sobre la posible comisión de explotación sexual y prostitución forzada se encendieron, la Procuraduría General de la República (PGR) comenzó a investigar a funcionarios de la Policía Federal Preventiva (PFP) y del Instituto Nacional de Migración (INM) por su presunta participación en la red de protección que le permitía a Divas.com seguir operando y extender sus nexos con otros grupos criminales de Europa del Este y Sudamérica.
El escándalo que rodeó el caso llevó a las autoridades a afirmar entre febrero y junio de 2007 que el sitio web había sido desarticulado, sin embargo, fue cuestión de tiempo para que nuevamente en la red apareciera una nueva página, esta vez bajo el dominio de Zonadivas.com
Al igual que su anterior modus operandi, los integrantes de dicho entramado internacional de trata de personas se asociaron con redes de la misma índole en Argentina, Chile, Colombia, Brasil y España, a través de las cuales realizaban “intercambios” de “mercancías”.
De acuerdo con el relato de Lydia Cacho, poco a poco las autoridades fueron descubriendo que la trata de mujeres se inserta en el negocio de la prostitución denominado como escort service, un modelo en el que las mujeres se les obliga a firmar un contrato en donde afirman no ser víctimas de trata y en el cual son rotadas en los circuitos de venta de sexo.
“Una de las líneas de investigación se relacionaba con las estrategias que empleaban los tratantes para encubrir sus actividades, como mezclar a mujeres adultas, adolescentes y niñas en los negocios de prostitución voluntaria y forzada“, expuso la citada periodista.
Nemesio Lugo Félix: la pieza clave
El interés que despertó en Lydia Cacho el conocer quién estaba detrás de aquella red internacional de trata de personas la llevó a entrevistar a varias víctimas que coincidían en haber llegado a México con promesas totalmente ajenas a su realidad.
Una vez en tierra azteca a las jóvenes les quitaban su pasaporte y las trasladaba a diferentes ciudades clave -como Tijuana, Monterrey y Cancún– para trabajar en clubs donde eran obligadas a ofrecer servicios sexuales. El esquema consistía en rotarlas de plaza en plaza y mantenerlas cautivas a través de contratos que contemplaban deudas monetarias por los vuelos para trasladarlas desde su país de origen, hospedajes, comida e, incluso, cirugías estéticas.
En medio de las pesquisas que la periodista realizaba, a su red de fuentes llegó un hombre llamada Nemesio Lugo Félix, quien se desempeñaba como el secretario técnico de la Comisión Interinstitucional para Prevenir y Sancionar el Tráfico y la Trata de Personas. Con la información que ambos tenían, su diagnóstico apuntó a que existía una protección gubernamental y policial a los lugares en donde las mujeres habían trabajado.
“El agente me aseguró que si lograba obtener las grabaciones de las supuestas conversaciones entre el hermano del gobernador (de Nuevo León) al que inculparon las víctimas y el tratante arrestado, las entregaría a sus jefes y me daría una copia para los medios en ‘caso de que algo malo sucediera’. Evidentemente el agente Lugo se refería a la posibilidad de un acto de corrupción política y a la muy común práctica de hacer desaparecer pruebas por parte de la autoridad mexicana”, narró Lydia Cacho sobre la última vez que vio al funcionario con vida.
La mañana del 14 de mayo de 2007 Nemesio Lugo Félix fue asesinado a balazos a escasos metros de su oficina.
Las mafias y los feminicidios
Como periodista especializada en el tema, Lydia Cacho explica que, para entender cómo funciona la esclavitud humana, se necesita aceptar que las mafias son empresas, que la prostitución es una industria y que las mujeres, las niñas y los niños son el producto que se vende.
Como cualquier negocio, existe una oferta porque hay una demanda y, en este caso, además de políticos y empresarios también se ubicaron a integrantes de organizaciones delictivas.
Al ser tratadas las mujeres como mercancía, muchos de sus perfiles que se exhibían en el portal Zonadivas.com terminaron por formar parte de carpetas de investigación abiertas en diversas fiscalías estatales por el delito de feminicidio. Los avances de algunas de ellas apuntaron a integrantes de cárteles como Los Zetas, el Cártel de Sinaloa, gente de El Chapo Isidro, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la Unión Tepito como los presuntos responsables de los crímenes.
Aquellos casos comprobaron nuevamente que, dentro del crimen organizado, la compra y venta de mujeres es sinónimo de obsequios como trofeos u ofrendas para cerrar negocios, para agradecer favores o para reafirmarse a sí mismos su “poder y virilidad”.
Pese a ello, la relación que existe entre ambas mafias no implica que la demanda se limite únicamente a miembros de organizaciones delictivas sino que se extiende a través de un sistema patriarcal que sigue viendo a las mujeres como objetos de consumo.
La impunidad
Por distintos juzgados mexicanos han pasado mujeres de distintas nacionalidades que lograron escapar de la pesadilla llamada Zonadivas.com y que han señalado a los responsables y cómplices de operar la red internacional de trata de personas que se mantuvo activa, al menos, hasta 2018.
Su testimonio sirvió para llevar ante el radar de las autoridades tanto a los fundadores Ignacio Antonio Santoyo Cervantes y José Antonio Villeda Martínez como a sus socias Liss González Morales o Lissette Eugenia Chávez Gay, Romina Paola Gariboti, Diana Patricia Quintana, Mercedes Luján Sánchez, Susana Arzamendía y a Javier Alejandro Caballero.
En Puebla también se identificó como operador de ZonaDivas.com a Guillermo Hans Magaña Cervantes quien fue detenido junto a Edgar Arturo Guerrero Sánchez, Omar Oswaldo Manzano García y Ángel Sánchez Galicia en 2011 mientras transportaban a ocho mujeres de nacionalidad venezolana, paraguaya y argentinas.
Por sus presuntas operaciones para la red de trata de personas en la capital del país también detuvieron en abril de 2018 a Evelyn Fabiola Romero Abreu, supuesta representante legal de la marca y encargada de los contratos laborales.
Como presuntos reclutadores algunas víctimas señalaron a Susana Mabel Arzamendi, Griselda Elizabeth Ciavola, Sergio Adrián Montoya Piña, Andreina Lucía Acosta, Sergio Antonio de León Crespo,Graciela Virginia Moreno Riva , Julio César Cortés Martínez y una mujer identificada como María “N”.
La complejidad de la red de tráfico de trata de personas y el tiempo que duró en operación a través del portal web han dificultado a las autoridades identificar al resto de personas involucradas. A dicho desfavorable panorama se suma la incapacidad que autoridades judiciales han tenido para sostener los casos y fortalecer las carpetas de investigación de quienes sí han sido detenidos, detalles que siguen dejando sin acceso a la justicia a decenas de víctimas.