Virginia Tovar, la mujer que le abrió el camino a las árbitras de la Liga MX hace 20 años
Se cumplieron 20 años de que se convirtió en la primera mujer en dirigir un partido de soccer de hombres; aguantó críticas y los insultos del Cuau
MILENIO
En entrevista exclusiva para MILENIO–La Afición, Tovar recuerda todo lo que vivió en su carrera y retoma el tema de Cuauhtémoc Blanco, quien en aquel partido se molestó con ella y le dijo que mejor se fuera a lavar los trastes, lo cual Vicky niega y comparte realmente lo que sucedió.
¿Cómo fue en su momento romper con esa inercia de género en el futbol?
Fue súper difícil. Ahorita como que ya hay un poco más de apoyo, con la Liga Femenil, como que le están dando más seguimiento al trabajo de las árbitras y eso es súper importante para que haya más debuts en Primera División.
¿Qué fue más complicado, tratar con los dirigentes o con los jugadores en el campo?
Las dos cosas porque cuando yo estaba en Primera A y cuando llevaba cinco juegos los directivos se juntaron y por decisión unánime dijeron que no querían mujeres en Primera, mandaron un escrito y lo firmaron todos. Voy con el doctor Codesal, y me dijo: Tú vas a seguir saliendo mientras me demuestres que tienes la capacidad física, psicológica y el conocimiento de las reglas, yo aquí te voy a seguir sosteniendo. Una muestra de ello fue que arbitré cuatro partidos de Primera División, en 86 estuve de suplente y 56 en Segunda.
Qué ha cambiado en el futbol mexicano para ver hoy a más mujeres pitar en la Primera División de hombres?
Cuando yo estaba, arbitré dos finales de Copa de Oro Femenil, la Final de Centroamericanos en Guatemala y estuve de cuarto en la Final de hombres, y desde entonces la FIFA decía que le iba a dar oportunidad para que las mujeres se presentaran en los torneos de hombres. Y pasaron 20 años, para que en el Mundial pasado fueran Karen Díaz y Frappella de Francia.
¿Te tocó un episodio lamentable con Cuauhtemoc Blanco, que te decía que te fueras a lavar los trastes?
Todo el mundo se va con que él me dijo a mí, pero a mí no me dijo. Faltando siete minutos para que se terminara el juego, él se quería pelear con un jugador de Irapuato, voy, lo separo, como todos los jugadores que tienen talento. Lo jalo y le digo Cuauhtemoc, vente, yo te protejo. Me aventó, le dije que no me tocara. Todo eso pasó en centésimas de segundos y le apliqué la ley del hielo. No lo soportó el señor, cuando doy el silbato su final, se deja venir corriendo, lo veo que viene super enojado, pero a 30 metros ya estaban todos los medios de comunicación ahí, y ya no se me pudo acercar. Y ahí fue donde él, por su impotencia, dijo eso, pero a mí no me lo dijo en mi cara.
Te lo preguntaba por el tema de lo que se puede enfrentar Karen Díaz y Katia Itzel. ¿Cómo manejar ese tipo de situaciones?
Pues haciendo bien su trabajo. Si tienen que sacar una amarilla, se saca la amarilla. Si hay una agresión, pues se saca la roja. Porque había un dirigente, un comentarista, que decía, ay, es que se le dijo a ella que mejor lavara los platos, sin saber todo lo que te estoy platicando. Y después dice, si hay una agresión, pobre, no quiere saber cómo le va a ir a la árbitra, a la mujer. Pues, ¿cómo le va a ir? Igual que a ti o a mí. Si a mí me dan un golpe, no se me va a quitar lo mujer. Y a ti, si te dan un golpe, no se te va a quitar ser hombre. Somos un árbitro en esencia. No pasa nada, es lo mismo, es la misma chamba. Hay también toda una hostilidad también.
Hay una parte que se habla que hay que cumplir una cuota de género. Que sea más la calidad, sin género
Sí. Aquí no importa si es hombre o mujer. A mí una vez me hablaron para una entrevista con Don Francisco en Sábado Gigante, iba una torera muy buena. Sí, sí, le digo, yo platicando, le digo, sí, muy difícil su profesión, pero es más fácil esa que ser árbitro. Y me decía la torera, pero, ¿cómo?, acá corre riesgo mi vida. Ah, claro, pero el toro no va a saber si eres hombre o mujer. Tú vas a ir a hacer tu chamba y si tu estilo de torero es bueno, ya la hiciste. Pero acá es con los humanos con los que te vas a enfrentar. Que te adaptes a ellos y que a su vez acepten a una mujer ahí en la cancha. Te vas a encontrar de todo, pero pues uno tiene que dedicarse a hacer su trabajo, aplicar el reglamento y nada más.