UN ORGULLO SER OAXAQUEÑO
*Presenta el libro “Algo de lo nuestro” Manuel Alarzón en el COBAO
“Estoy orgulloso de haber nacido y vivir en una ciudad como Oaxaca, llena de sabor, historia, costumbre, tradición” afirmó el maestro Manuel Alarzòn Aragón al presentar su libro “Algo de lo nuestro… La vida en Oaxaca a mitad de la vigésima centuria”.
En lo que ha sido su segunda casa y fuente de trabajo por más de 30 años, el Colegio de Bachilleres del Estado de Oaxaca (COBAO), el autor explicó: “Vivo en un lugar privilegiado, el destino me puso aquí, nosotros los oaxaqueños tenemos casi todo, pero no lo sabemos apreciar“, sentenció el escritor, hay hacer conciencia entre las nuevas generaciones para difundir nuestro patrimonio, tradiciones, raíces, la cultura de nuestros antepasados, para valorar lo que tenemos.
Al respecto, el director general del COBAO, Germán Espinosa Santibáñez comentó, “este libro nos hace recordar la vida cotidiana de los años 50’, cuando la capital tenía una vida provinciana, donde la cultura, la gastronomía y la historia, entre otras actividades parecían haberse detenido en el tiempo, el convivir y el respeto eran aspectos fundamentales, esto está plasmado desde la visión del autor quien vivió de cerca esta transformación de la que ahora gozamos los oaxaqueños nacidos en esta ciudad.
En tanto, Alarzón Aragón hizo una remembranza como testigo de los tradicionales convites, calendas, conoció a la primeras chinas oaxaqueñas y degusto frutas en extinción, como el “nanche colorada, pingüica, granada de moco, cuajinicuil, cuajilote, plátano de castilla y de guinea”, entre otras frutas típicas de Oaxaca.
Los lunes del cerro eran un paseo al aire libre, en contacto con la naturaleza, la cultura y el folklor, donde las familias llevaban sus canastos y petates para comer y se instalaban en la rotonda de las azucenas.
“En Oaxaca en esa época la vida era tranquila, el respeto a las personas mayores era fundamental, a los adultos se les decía tío o tía y a la voz de la mano madrina, recibías una moneda a cambio”, conductores y peatones eran respetuosos de los reglamentos, eran otros tiempos, donde los vendedores ambulantes de tostadas, mezcal, joyas de filigrana eran ofrecidas en la puerta de las casas de los oaxaqueños, quienes sin más aval que su palabra adquirían esas obras de la joyería oaxaqueña.
También habló sobre los barrios tradicionales, los 7 Príncipes, Las Nieves, Jalatlaco, Trinidad de las Huertas, Xochimilco, entre otros.
Ante el numeroso publico que escuchaba atento en la Sala de Juntas “Benito Juárez” del COBAO, se refirió a los dulces regionales y nieves oaxaqueñas, entre los que se encuentran los la palanqueta, pepitoria, alegría las ciruelas, mangos o membrillos en vinagre y los de azúcar, propios de esta época, para adornar los altares.
Por último indico que la cultura oaxaqueña rivaliza con la mejor de todo el mundo y reiteró:
“Tenemos una raíz cultural fuerte que nos hace grandes, ser de Oaxaca es un orgullo que hay que transmitir” a las nuevas generaciones, precisó