Siguen las agresiones a periodistas

da del periodistaPor Horacio Corro Espinosa

La mayoría de periodistas de los diferentes medios de comunicación en todo el país, hemos marchado por las calles de las ciudades en demanda de justicia por la inseguridad en que vivimos.

Todos sabemos, eso casi nadie lo duda, que las garantías para la actividad periodística en México, casi no existen. Y esto no es una opinión a la ligera, sino lo aseguran legisladores, académicos y defensores de los derechos humanos.

Casi diario recibimos alguna noticia de algún homicidio, de desapariciones forzadas, amenazas, intimidaciones, daño en propiedad ajena, detenciones arbitrarias, demandas por daño moral… esto es apenas el principio de una larga lista en contra de los comunicadores.

Existen datos documentados, que cuatro de cada 10 agresiones contra periodistas y medios de comunicación en México, provienen del poder público, y que tres de cada 10 se le deben atribuir al crimen organizado.

Hay dos frases muy utilizadas por los políticos. Una de ellas dice: “que se aplique la ley” y esta otra: “Tenemos confianza en nuestras leyes e instituciones y creemos que se hará justicia”. En realidad no basta tener buenas leyes, sino que éstas se cumplan; pues en todo México impera la impunidad.

Mientras no se castigue ejemplarmente a quien cometa un acto de violencia contra un periodista, difícilmente se va a disminuir el número de agresiones. La impunidad hace que no se detengan estos crímenes.

En Oaxaca tenemos muchos ejemplos. Son tantos que a veces se desconocen por los sitios o por las distancias en que se desarrollan. También, por la poca comunicación que hay entre nosotros los periodistas.

A mediados del mes de septiembre, un compañero periodista de Miahuatlán de Porfirio Díaz, fue amenazado de muerte por el hermano del presidente municipal de ese lugar.

Chevedo Blas, periodista de Miahuatlán, y colaborador en la estación de radio La favorita, cuando cruzaba la esquina 5 febrero y Mariano Escobedo, volteó a ver porque escuchó que alguien decía su nombre, aderezándolo con un montón de groserías. Era Marcos Ramírez, hermano del presidente municipal de ese lugar. Mientras le gritaba, le mostraba una navaja automática en son de amenaza.

Los gritos eran de reclamo porque según el agresor, insultaba en la radio y sin ningún fundamento, a su hermano el presidente.

No es la primera vez que los trabajadores de esa emisora, la favorita 103. 3 FM, reciben esa clase de amenazas.

También el compañero periodista Filadelfo Sánchez Sarmiento, ha recibido amenazas telefónicas de muerte en varias ocasiones. El motivo, supone él, que se debe a que ha dado a conocer situaciones que antes pasaban inadvertidas por la población.

La obligación del periodista, es hacer investigación y denunciar ante la población lo que ve mal. Esa es una aportación enorme, y los políticos deben reconocerla. Si los funcionarios públicos no quieren ser criticados por los medios de comunicación, pues simplemente no las hagan.

Son muchos los funcionarios que creen que por la distancia o la incomunicación, el resto de comunicadores de la entidad no nos vamos a enterar de las agresiones. Tarde o temprano se sabe. Aquí queda pues, este registro como un número más. Ojalá fuera un número de protección.

Twitter: @horaciocorro

Facebook: Horacio Corro

horaciocorro@yahoo.com.mx

Editor en jefe de Viral Noticias

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