Riesgos por sismos se disparan en 657 municipios

El Manual de Obras Civiles de la CFE, que divide el territorio según su nivel de sismicidad, no toma en cuenta la amplificación del movimiento por tipo de suelo, alerta el Cenapred; también advierte sobre peligros por deslizamientos en laderas no contemplados en el mapeo

EXCELSIOR

Un mapeo incompleto del riesgo sísmico en el país dicta los requisitos para la construcción de edificios y pone en peligro a la población de al menos 657 municipios, 26.6% del total del país.

El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) advierte que la regionalización del peligro sísmico en el país, que proporciona información y requisitos mínimos para la construcción de edificios, sólo es aplicable a estructuras construidas en terreno firme y deja de lado los efectos de los sismos en suelos blandos, que amplifican el movimiento.

En la información básica de peligros naturales que proporciona para cada uno de los municipios del país, el Cenapred explica que el riesgo sísmico está clasificado de acuerdo con el Manual de Obras Civiles de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) Capítulo Diseño por Sismo, el cual divide al territorio nacional en cuatro zonas: A, B, C y D, que van de baja sismicidad a muy alta.

“Básicamente se determinaron en función de la sismicidad propia de cada región. A esta clasificación se le conoce como regionalización sísmica y tiene como objetivo principal proporcionar la información necesaria para fijar los requisitos mínimos que deben seguir los proyectistas, diseñadores y constructores en las edificaciones y otras obras civiles, de tal manera que éstas resulten suficientemente seguras ante los efectos producidos por un sismo”, señala el Cenapred.

Sin embargo, alerta que esta regionalización aplica para estructuras construidas en terreno firme, ya que “no se toma en cuenta el fenómeno de amplificación del movimiento sísmico por efecto de suelos blandos, cuestión que puede ser decisiva para el peligro sísmico de algunos lugares (la caracterización es muy regional), como el caso de Ciudad de México, en donde la amenaza sísmica es extraordinariamente grande debido al tipo de suelo, ya que la violencia del movimiento varía de un lugar a otro”.

De acuerdo con un análisis realizado por Excélsior a partir de los reportes sobre los peligros naturales en los dos mil 469 municipios del país, publicados por el Cenapred en 2023, existen 657 municipios en zonas donde la sismicidad es alta (C) o muy alta (D), pero en los que, además, existe riesgo de posibles modificaciones en la amplitud y duración de las ondas sísmicas (efectos de sitio), debido al suelo blando, o en las que hay peligro de deslizamiento de laderas a causa del movimiento.

Además, en 21 de estos 657 municipios el riesgo se multiplica aún más, pues los dos fenómenos —suelos blandos y peligro de deslizamiento— se suman a la alta y muy alta sismicidad de la zona.

Se trata de los municipios de Frontera Comalapa, Huixtla, Pijijiapan, en Chiapas; San Miguel Tlacamama, Santa Inés del Monte, Santa María Xadani, San Pedro Coxcaltepec Cántaros, Santiago Yaveo y San Pedro Tapanatepec, en Oaxaca; Ahuehuetitla, Tecomatlán y Tepexi de Rodríguez, Puebla; Hidalgotitlán, Jesús Carranza, Minatitlán, Playa Vicente y Tehuipango, en Veracruz; Azoyú, en Guerrero; San Quintín y Mexicali, en Baja California, y Mascota, en Jalisco.

 

AMPLIFICACIÓN DE EFECTOS

De los 657 municipios en zonas con alta y muy alta sismicidad donde los riesgos se multiplican, el Cenapred reporta posibles efectos de sitio por suelo blando en 186. Dicho tipo de suelo, presente en la Ciudad de México, por ejemplo, hace que las estructuras construidas en la superficie se agiten de forma más violenta y por más tiempo durante un terremoto.

Este fenómeno se evidenció durante el sismo del 19 de septiembre de 2017, cuando se registró la mayor amplificación de ondas sísmicas en la Ciudad de México, mayor incluso a la de 1985, debido a los sedimentos blandos sobre los que está edificada la capital, de acuerdo con estudios de expertos de ingeniería de la UNAM.

Además de en la CDMX —donde existe una microzonificación bien definida a partir del espesor de los sedimentos del suelo— este tipo de suelos blandos se conjuntan con alta y muy alta sismicidad sobre todo en municipios de Veracruz (38), Oaxaca (35), Puebla (20), Estado de México (15), Chiapas (13) y Jalisco (11).

En tanto, el Cenapred advierte que, si bien los derrumbes se deben principalmente a fenómenos meteorológicos derivados de eventos de lluvias, como huracanes, tormentas tropicales, los efectos combinados con sismos también representan un porcentaje importante en la ocurrencia de deslizamientos de laderas.

De los 657 municipios donde el riesgo se dispara, 471 tienen peligro de deslizamiento de laderas, principalmente en entidades como Oaxaca (280), Guerrero (48), Puebla (40), Chiapas (30), Veracruz (26) y Michoacán (13).

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