Putin aterriza en China para reforzar lazos entre naciones pese a la guerra

El presidente ruso carga sobre los hombros una orden de aprehensión emitida por la Corte Penal Internacional.

MILENIO

El presidente ruso, Vladimir Putin, llegó a China por segunda vez en menos de un año y diez días después de ser investido como jefe del Kremlin por otros seis años, visita en la que Moscú espera profundizar la alianza estratégica con el gigante asiático reforzada durante la guerra con Ucrania.

“La prioridad será la cooperación económico-comercial”, aseguró a la prensa Yuri Ushakov, asesor presidencial para asuntos internacionales.

Con todo, Putin viajó acompañado del nuevo ministro de Defensa, Andréi Beloúsov, y por su antecesor, Serguéi Shoigú, nuevo secretario del Consejo de Seguridad de Rusia.

La llegada del jefe del Kremlin sigue al llamamiento realizado a finales de abril en el mismo lugar por el secretario de Estado estadunidense, Antony Blinken, para que China “no ayude a Rusia” y no le suministre componentes que puedan ser utilizados en la guerra en Ucrania.

Así llegó el presidente:

 

Viaje en busca del beneplácito chino

Putin, que últimamente parece viajar a Beijing en busca del ‘Yarlik’ (mandato) como hacían los príncipes medievales rusos con la Horda del Oro, viajó por última vez a China en octubre de 2023.

“El dúo de Moscú y Beijing juega un papel de gran importancia para lograr el equilibrio a nivel internacional”, aseveró Ushakov, quien agregó que Occidente “no acepta categóricamente ninguna forma de cooperación en igualdad de derechos en la arena internacional”.

Semanas antes del inicio de la campaña militar rusa en Ucrania, en febrero de 2022, Putin también visitó China, donde proclamó con Xi Jinping “una amistad sin límites” entre ambas naciones.

Blinken, días antes en Beijing:

 

Xi también realizó una visita oficial en marzo del pasado año a Moscú, donde tuvo un recibimiento para los anales que no se recordaba en estos lares desde hace muchos años, diez días después de asumir su primer mandato.

Moscú, que recuerda que este año se cumple el 75 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas, espera que Xi regrese en octubre con ocasión de la cumbre en Kazán, capital tártara, del grupo de países emergentes BRICS.

Nuevo orden mundial y la guerra en Ucrania

Aunque el viaje tenga un claro cariz comercial, uno de los puntos álgidos de la visita será la reunión vespertina entre Putin y Xi acompañados de sus ministros de Defensa y Exteriores, a los que hay sumar Ushakov y Shoigú.

Entonces, según el Kremlin, ambos líderes y sus ministros hablarán sobre la situación política internacional, en la que Moscú y Beijing comparten puntos de vista “en la mayoría de asuntos internacionales”, especialmente en cuanto a su animadversión hacia la OTAN y un orden mundial monopolizado por Occidente.

“Junto a los colegas chinos estamos objetivamente interesados en continuar liderando los esfuerzos para encabezar un orden mundial más justo y democrático. Estoy seguro de que la próxima visita del presidente de Rusia a China fortalecerá nuestro trabajo conjunto”, aseguró esta semana Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores, ante el Senado ruso.

Añadió que “Rusia y China no están solas en sus esfuerzos para reformar el sistema internacional, para conformar un orden mundial multipolar que refleje el peso real de los Estados”. De hecho, Ushakov valoró “la postura equilibrada de Beijin con respecto a la crisis ucraniana”, ya que, adujo, “en China entienden las auténticas razones de su surgimiento”.

Se refería a la decisión de Beijing de no aceptar la invitación para participar en la cumbre por la paz que Suiza acogerá a mediados de junio.

“Lo principal es que los chinos entienden, y lo destacan continuamente durante nuestros contactos, que debatir sobre algo en el tema ucraniano sin Rusia es, por una parte, contraproducente y, por otra, no tiene ningún sentido”, señaló.

Con respecto al posible suministro de armamento o equipos chinos, la delegación rusa incluyó también a Dmitri Shugáev, jefe del servicio federal de cooperación técnico-militar.

 

Una decena de acuerdos por firmar

Además de una declaración conjunta, Putin y Xi firmarán 10 acuerdos intergubernamentales, a lo que hay que sumar los documentos comerciales que firmarán representantes de ambos países durante la visita.

Y es que Putin viajó acompañado de la práctica totalidad de su gobierno, incluido el nuevo número dos, Denís Mánturov; la presidenta del Banco Central, Elvira Nabiúlina, y los jefes de las corporaciones estatales como Roscosmos; la petrolera Rosneft; Ferrocarriles de Rusia y los dirigentes de los principales bancos del país, incluido German Gref, de Sberbank.

Con el fin de asistir a una EXPO ruso-china, Putin también viajará a la principal ciudad del noreste de China, Harbin, que albergó tradicionalmente la más numerosa diáspora rusa del gigante asiático.

En total, el mandatario ruso ha viajado a China en 19 ocasiones en 24 años, diez más que su homólogo chino, que ha visitado Rusia solo nueve veces.

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