Por mala calidad en el agua, Río Sena sigue sin estrenarse en Juegos Olímpicos

Su agua aún no es apta para los nadadores, debido a las lluvias de los últimos días

MILENIO

El sueño parisino del último siglo ha sido volver a nadar en el Sena. Hace 101 años fue prohibido por la autoridad de la ciudad por la suciedad del agua. Era un vertedero fecal.

En 1990, vino la primera promesa para conseguirlo. El entonces alcalde de París, que luego fue presidente, Jacques Chirac, aseguró que bajo su mandato sería posible volver a nadar y darse un baño en el emblemático río parisino.

Casi 35 años después, la alcaldesa Anne Hidalgo, lo volvió a proponer, al destinar mil 500 millones de dólares para tal fin. La meta: que se pueda nadar en los Juegos Olímpicos, al menos en algunas competencias, y que para el 2026, una zona del Parc de la Villette sea destinada para que quien se quiera meter a nadar lo haga.

Río Sena en inauguración de París 2024 (Reuters)
Río Sena en inauguración de París 2024 

El 17 de julio, la funcionaria se sumergió con el presidente del Comité Organizador de los Olímpicos para probar que todo iba bien. Sin embargo, la lluvia de los primeros dos días elevó los niveles de suciedad.

La manera de comprobar la calidad del agua es medir la cantidad de bacterias E.coli y Enterococos encontradas en cada 100 mililitros de agua. En dos ocasiones, otoño de 2023 y julio de 2024, el agua del Sena fue calificada de regular, con entre 500 y mil de E.coli y entre 200 y 400 de Enterococos, por cada 100 mililitros de agua.

El resto de los estudios que se le practicaron en estos años arrojaron que estaba demasiado contaminada para sumergirse en el río. El principal problema que encontraron fue la contaminación fecal, que puede provocar infecciones de la piel y problemas gastrointestinales.

Para evitarlo, se propusieron terminar con el vertido de aguas residuales al Sena, cosa nada sencilla, pues el alcantarillado es compartido y el agua de lluvia y las aguas residuales terminan en el mismo lugar.

Si llueve mucho, como ocurrió al inicio de los Olímpicos, el sistema se llena, y si se desborda en las calles, termina en el Sena, se abren compuertas y se permite que fluya hacia el río para que París no se inunde.

Por eso diseñaron un plan para captar y tratar toda el agua de lluvia y evitar que el agua residual termine en el Sena. Otra fuente de contaminación local son los barcos que navegan por el Sena, que solían descargar sus residuos. Ahora se les conecta a las redes de alcantarillado.

Entre las acciones adicionales para limpiar el Sena, se aplica tratamiento UV con lámparas, además de que la luz solar es un desinfectante. Con la luz ultravioleta mueren bacterias, virus y parásitos. Además, si no llueve y hay sol, la calidad del agua es mejor.

Para probar que el proceso de limpieza del Sena va avanzando, la ciudad argumenta que, en los años 80, cuando la calidad del agua estuvo en su peor momento, había dos o tres especies de peces en la cuenca de París. Y hoy, presumen, que ya son 34.

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