Fortalecen intercambio comercial, con la incorporaron de cuatro países

Miguel Reyes Razo, enviado especial / Sol de Mexico

Habla Don Pedro Pablo Kuczynski -Presidente de la República de Perú- y se produce un respetuoso -expectante- silencio. Se aprecian -valoran- sus juicios. Sus sencillas opiniones. Aire afable el suyo. El de un hombre que está de vuelta de mil experiencias. El de quien no teme decir con franqueza y claridad cuanto piensa. Señor educado. Su intenso roce internacional lo dotó de formidable sabiduría:

“¡Sean bienvenidos -saludó ayer- los países que con rango de “asociados” se integran a la Alianza del Pacífico. Se trata de naciones -ubicó- que progresan. Lejos de ser productores de migrantes propiciaron inmigración.. De ahí…”

Irradia confianza. Personaje atrayente. Pleno en cortesías. “Saludo a la bella Cali. Tan verde y bonita. Yo -confiesa- que vengo de un lugar que queda en medio del desierto. Veo esta ciudad. Me parece que ha progresado mucho…” Hace una pausa. Quizá evoca la visión de las rotundas ceibas -parotas las llamaba el Presidente Carlos Salinas de Gortari :”porque así m enseñó mi mamá”- cuya imponente copa y rico follaje despiertan admiración.

“El mundo -juzgó Kuczynski en su primera participación en esta Cumbre de la Alianza del Pacífico en su calidad de Presidente de Perú- está muy tur-bu-ln-to. No únicamente Medio Oriente. Esa turbulencia esta en lo Cibernético. Y hay terror en lo Digital. ¡Y Europa! Ahí también hay movimientos. Y de América del Norte ¿qué decir? De allá nos vino un movimiento casi huracanado”.

Nada verboso. No deslenguado. No un hablantín. Don Pedro Pablo Kuczynski calcula, mide muy bien sus términos, sus efectos. Nada de aspavientos. Ni efectos oratorios. Comedido en sus gestos. (Prefiere la sonrisa benevolente). Redondea su discursos:

“Es por lo anterior que esta Alianza del Pacífico -y esta asamblea- sean tan prometedoras. Aquí se consolida, se fortalece, se solidifica la Alianza del Pacífico. Pues que la Alianza del Pacífico no es movimiento “contra” nada. Es n favor. La Alianza del Pacífico es “en favor”. Está por la integración económica. Por el desarrollo de Pymes. Por la Libre Empresa. Y el Comercio.

“Tan es así -desarrolla Don Pedro Pablo Kuczynski- que hoy despierta el interés de países muy lejanos. Países que quieren poner píe aquí. Con carácter de naciones “asociadas”. Se trata de países que consiguieron un crecimiento tre-men-do. Tal hecho me produce gran contento”.

“Y aquí me planto. Pues es posible que el ministro de Australia venga a hablar aquí. Lo hará con prisa. Pues volará 24 horas. Luego, más tarde…

Todavía se dio tiempo el señor Presidente de la República de Perú para desear éxito al Presidente Juan Manuel Santos – “por ocupar la presidencia “pro témpore” de la Alianza del Pacífico. Y felicitar a la señora Bachelet por su desempeño en ese cargo durante el año anterior.

Don Pedro Pablo Kuczynski -su discurso, su gesto- obliga a pensar en las posiciones políticas -y personales- que componían la personalidad del político uruguayo José Alberto Mujica. Sus reflexiones atrajeron la atención de los participantes en la CELAC-2013 ocurrida en Santiago de Chile. Aquella conferencia de países de América Latina y El Caribe fue foro de la talentosa mexicana Alicia Bárcena. El Presidente de Cuba Comandante Raúl Castro Ruz y de Don José Alberto Mujica.

CELAC-2013. Presentación del joven Presidente de México Enrique Peña Nieto a quien Castro Ruz declaró:

“A Cuba le causó mucho gusto que usted, que el PRI ganara las elecciones el año pasado. ¡Lo felicito, Presidente Peña Nieto!”

Frases y actitudes que revivieron -renovaron, relanzaron- la relación México-Cuba. Un año después el Presidente Peña Nieto viajó a Cuba. Tuvo el privilegio de charlar con el histórico héroe del “26 de Julio”, Fidel Castro Ruz.

En aquel Enero del 2013, el Presidente de Uruguay José Alberto Mujica hechizó a muchos por sus disertaciones en derredor de la vida. “Dicen que importa el mercado. Yo digo -rezongó- que lo más importante es la Vida. Por eso sostengo que es preciso defender a la mujer. Su útero. Nuestra sobrevivencia…

José Alberto Mujica -su vida plagada de lucha, peligro, persecución, castigo- ganó la simpatía del Presidente de México Enrique Peña Nieto. A tal grado que el trato -y la mutua simpatía- modificaron la agenda.

“Es que me interesa mucho -declaró entonces el Presidente Enrique Peña Nieto- observar, ver “in situ”, la forma en que Uruguay lleva adelante la educación de sus párvulos. Me dicen qu a muy temprana edad l gobierno les entrega computadoras portátiles. Ya que estamos en Sudamérica y en virtud de que el Presidente de Uruguay me invita a su país, pues lo convidé a que viaje en el avión de México. Aquí está Emilio Chuayfett. Qué gran oportunidad de redondear este viaje”.

Y así se hizo. En un dos por tres se organizó el viaje. Y el grupo de reporteros fue a Montevideo. De carrerita. Visita a unas escuelas. Calor que mandaba a los Montevideanos a la playa. Conferencia de prensa -sin preguntas- en una dependencia del casi abandonado Palacio de Gobierno.

“Yo no necesito tanto espacio para vivir. Con mi compañera me desenvuelvo en dos o tres ambientes. No necesito un caserón como el de la Presidencia de la República. Ni tantas personas a mi servicio. Con mi mujer disfruto la intimidad. A veces ando en calzoncillos por la sala o la cocina.

“Y no sé para que sirve este trapo llamado corbata. ¡Tan caro que es! Marcas que uno paga. Hacen rico a un individuo a un comercio. Me niego a usarlo. Tengo por inútil su uso. Yo me opongo…”
entrevista no conseguida

José Alberto Mujica tiene -luce- una alborotad -desordenada- cabellera. Blanca; blanquísima. Perfectamente encanecida. Y da a su mirada y voz aires admonitorios. “Parece un antiguo profeta. Patriarcal es su aire”.

Y en el año 2014, cuando el Presidente Enrique Peña Nieto aceptó ir a Cuba e invitó al reportero Jacobo Zabludovsky “yo entrevisté a Fidel Castro en Enero de 1959, cuando llegó de Santa Clara, en Las Villas a La Habana”, decía muy orgulloso y cargaba un maletín atestado de antiguas fotografías y acariciaba la oportunidad de volver a interrogar al antiguo guerrillero del Cuartel Moncada”, ocurrió una comida a la que acudieron Leonardo Padura -El Hombre que Amaba a los Perros”, Fidel Castro hijo y l Presidente José Alberto Mujica. Sucedió que el reportero Jacobo Zabludovsky atendió la petición del Presidente Enrique Peña Nieto:

“Entreviste al Presidente Mujica, Licenciado. El Presidente de Uruguay es miu buen amigo mío…

Y el Maestro Zabludovsky accedió. Mientras se preparaba me dijo:

“¡Ay, Reyes Razo! Bien se sabe que nunca hay dicha completa. Tan a gusto que estoy. ¡Y ya me pusieron a trabajar!”

“Le va a encantar ese personake. Es un hombre formidable, Maestro”, le respondí.
REalizó entonces una magnífica entrevista. Canal Once la transmitió.

Sufrió el Licenciado Zabludovsky el rigor del protocolo que rodeaba al Comandante Fídel Castro Ruz. “Únicamente el presidente Peña Nieto. Nadie más”.

ntristecido, Jacobo Zabludovsky se conformó. Aceptó -con evidente agrado- la invitación a cenar que le hizo el economista David López Gutiérrez -a la sazón responsable de la Coordinación de Comunicación Social de la Presidencia de la República. “Vamos al “Café de Oriente, Jacobo -tentó David López. Rato después ambos se reunirían con el abogado Francisco Guzmán, el Lic. Iluhicamina -cercano colaborador del Presidente Peña Nieto- . David López tuvo la gentileza de llamar a Miguel Reyes Razo. El grupo cenó esplendidmente.

Otra virtud del señor Presidente de Perú Pedro Pablo Kuczynski es su oratoria clara. Y su modo de opinar. Su antecesor convertía cada intervención en pormnorizado informe de gobierno. Lo mismo en Hong Kong qu en Bruselas en la sede de la Unión Europea. Cansaba el señor Ollanta.
PIDEN EXENCIONES DE IMPUESTOS

Ayer, poco antes de las 4 de la tarde los 4 Presidentes -pilares de la Alianza del Pacífico- aparecieron ante decenas de reporteros que anhelaban salir de dudas.
“¿Qué países vigorizarán al cuarteto? ¿Desde cuándo? ¿Con cuánto?

Entonces supieron que Canadá, Australia, Singapur, y Nueva Zelanda decidieron iniciar pláticas con ese objetivo. Sus ministros responsables estuvieron estos días en Colombia. Técnicos de los 4 fundadores se encargaron de protocolos. Las charlas decisivas ocurrirán en Lima, Perú dentro de pocos meses. La cosa va en serio. Personeros de los aspirantes a “asociados” permanecieron aquí. Hablaron con los reporteros informaron.

Esta XII Cumbre de la Alianza del Pacífico se apreció “exitosa”. Instrumento magnífico. “No ha habido otro semejante en la Historia de la región”, aseguran, afirman, proclaman. “ES hora de revisarla. Con objetivos a largo plazo. De aquí al 2030, por ejemplo. A 6 años de su concepción es útil darle una buena revisada. Siempre será posible mejorarla”, aprecian.

Aquí se supo que los “asociados” buscan conseguir que se evite la “doble tributación” de los fondos que planean invertir n esta región. Fenómeno que ven muy normal -y aceptable- los 4 precursores de la Alianza del Pacífico.

La señora MIchelle Bachelet ve un mar infinito de poosibilidades. Desde formar -atraer- al Mercosur a tratos con la Alianza del Pacífico. A que países en forma aislada, particular lo hagan con ese Mercosur.

El presidente de México, Enrique Peña Nieto puso a salvo las negociaciones que en el marco del Teelecé -NAFTA- mantiene -y revisará con Canadá. Nada interferirá el trato de negocios de las dos naciones.

El Presidente Enrique Peña Nieto contempló que la Alianza del Pacífico producirá -ya lo hace- buenos dividendos. “Crecerá empleo y prosperidad en nuestros países”, avizoró.

La conferencia -más bien lectura- ocurrió n un patio bajo un sofocante calor. Se quitó el saco el multicitado Presidente Pedro Pablo Kuczynski. Observó que poco a poco, uno a uno comenzaron a funcionar los ventiladores instalados en el techo.

“Ya vamos progresando -dijo sarcástico. Ironía que l ganó sonrisas.

Que le permitió rematar:

“Viva Colombia…Viva la Alianza del Pacífico…¡Viva Latinoamérica!

Así concluyó la XII Cumbre de la Alianza del Pacífico.

Pues unos segundos después la señora Bachelt, el señor Kuczynski y l señor Peña Nieto salieron del centro de convenciones hacia el aeropuerto de Cali.

Urgía volver a casa.

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