Perfilan nueva encuesta de lectura en México
El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes trabaja para desarrollar el ejercicio que permita conocer cuánto se lee en el país, pero con una perspectiva más contemporánea, según Ricardo…
JESÚS ALEJO SANTIAGO
México
En 2006 se realizó la primera encuesta de lectura en México, en torno a la cual se insertaron diversas instancias encabezadas por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta): el resultado fue que el mexicano leía, en promedio, 2.9 libros al año.
En 2012, la Fundación Mexicana para el Fomento de la Lectura (Funlectura) diseñó una nueva encuesta en la que el porcentaje se mantuvo, pero destacaron números como que 53 por ciento de los encuestados reconoció no leer libros y que solo 34 por ciento lee por gusto.
Con esos antecedentes, en el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes se trabaja para desarrollar un ejercicio que permita conocer cuánto se lee en México, pero con una perspectiva más contemporánea, en palabras de Ricardo Cayuela Gally, director general de Publicaciones del Conaculta.
“Una encuesta que tome en cuenta ambas, que genere indicadores comunes con otras experiencias de lectura de Iberoamérica y, en especial, que subsane el subregistro de lo digital —el gran problema de las encuestas anteriores—: a los jóvenes si les preguntas cuántos libros han leído al año te dirán ‘no sé’; cuántas horas has leído a la semana, ‘no, pues 14’, porque están todo el día en internet leyendo y no son conscientes de que esa es una actividad de lectura”.
El objetivo es que la encuesta se comience a aplicar en noviembre, la cual se trabajará con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) y el Instituto Politécnico Nacional, adelantó el funcionario cultural a MILENIO.
El olvido de lo digital
En la actualidad, la lectura digital se da a través de textos que no son libros como los entendemos, pero sí capítulos, fragmentos, prólogos, reseñas y textos que comienzan a compartir, porque ya no sólo es la pura lectura, sino también una escritura que se difunde a través de las redes sociales.
Aun cuando las cifras de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) señalan que en 2012 se produjeron más de 330 millones de ejemplares de libros, con alrededor de 24 mil títulos, en la parte de libros digitales fueron más dos mil 739 títulos, alrededor de 50 por ciento científicos, técnicos o profesionales.
El gran problema, explica Ricardo Cayuela, es que tenemos una juventud que lee mucho, pero en las encuestas no responden cuántos libros leyeron al año; por ello resultaría más sencillo medir la frecuencia de lectura o la lectura estacional, que decir cuántos se leyeron al año, “es una pregunta que no conduce a un buen resultado.
“Ahora, no se trata de maquillar las cifras, pero es necesario llegar a ellas de manera inteligente, como se hace en otros países, que nos dé las cifras correctas, y no solo esa cifra, porque esa es la que se va a la prensa, pero esa no es la más importante: necesitamos saber cómo ser aprendió a leer, quién me enseñó a leer, me leían en la escuela o mis padres; fui a actividades culturales, visito mi biblioteca o no, voy a las salas de lectura o no”.
Por ello, uno de los aspectos en que más han laborado es un instrumento de trabajo y de discusión pública que parta del cuestionario y, también, de la metodología, donde se incluyan hasta los indicadores socioeconómicos, de ahí la importancia de una institución como el Inegi.
“Si el Inegi pone los resultados se cotejan con la cuenta satelital de cultura y con la encuesta de población y vivienda, con lo que se convierte en un instrumento que actúa hacia otras áreas; y también descubrimos que una encuesta de lectura es un estudio cuantitativo, te da un panorama del país, pero hay muchos estudios cualitativos que se podrían hacer”.
El levantamiento de la encuesta estará a cargo del Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales (Ciesas), del Instituto Politécnico Nacional, “a fin de garantizar un registro confiable a escala nacional”; el propósito es desarrollar el trabajo en noviembre, “más tarde ya no es conveniente, porque entra el año electoral y todo se transforma”, reconoció Ricardo Cayuela.
Observatorio de Lectura
Uno de los objetivos colaterales de la encuesta es la creación de un Observatorio de la Lectura, adscrito a la Dirección General de Publicaciones del Conaculta, a fin de aprovechar, por ejemplo, todos los esfuerzos que se desarrollan dentro de Programa Nacional Salas de Lectura, para generar indicadores.
“Se pueden hacer estudios de grupo también con todo lo que hacemos en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (Filij), donde van un tercio de millón de personas, ¿no son interesantes en términos estadísticos? ¿Cómo leen?, ¿cómo se acercan a los libros?, ¿qué compran? o ¿cómo lo compran?”, a decir de Ricardo Cayuela.
Dentro de los trabajos se contó con la participación del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), donde se ha trabajado de manera intensa para lograr una metodología común en los países que la integran y tienen experiencia en encuestas que han aplicado en España, Brasil o Argentina.