Si gobierno cede a ‘chantaje’ de la CNTE, el sexenio se fregó: experto

EXCELSIOR

El investigador Marco Antonio Fernández Martínez consideró que no hay ‘dinero que alcance’ para satisfacer una política del chantaje que, desde hace 30 años, dijo, implementa la CNTE con el gobierno para lograr prestaciones extraordinarias

CIUDAD DE MÉXICO

La política del “chantaje” que implementa la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación para exigir prestaciones extraordinarias tiene ya 30 años y si el actual gobierno “cede” a las posturas de la CNTE en Michoacán, “el sexenio se fregó”, expuso Marco Antonio Fernández, investigador del Tecnológico de Monterrey y de la asociación México Evalúa.

 

En entrevista con Pascal Beltrán del Río para Imagen Radio, Fernández afirmó que hay secciones del sindicato de trabajadores de la educación que tienen aguinaldos de 150 días y que sí ahora se deben 5 mil millones de pesos en esa prestación, “no habrá nunca finanzas públicas que alcance para satisfacer esta política de chantaje”.

Si el Gobierno federal no entiende que, si ceden ahorita, con franqueza, ya se fregó el asunto para el resto del sexenio, porque le habrán tomada la medida para que busquen siempre la política del chantaje. Así se han ido históricamente.

La política del chantaje tiene más de 30 años: movilizaciones, bloqueos, huelgas para presionar por más recursos. Esa política de chantaje fue redituable; hoy, ante el contexto de la promesa de replantear la reforma educativa, la CNTE huele que es el momento político de volver a presionar”, comentó Fernández

Afirmó que la disidencia magisterial exige cosas que “poco tienen que ver con la educación”, como es, dijo, que el ISR de aguinaldos que recibieron los maestros integrantes de la CNTE sea pagado por el gobierno.

En todos lados, los trabajadores pagamos ISR respecto al aguinaldo, pero la coordinadora considera que ese sea un derecho para ellos”, indicó.

Fernández comentó que, paralelamente a los bloqueos de las vías en Michoacán, los maestros en ese estado no han aceptado o hay resistencia a que los alumnos sean evaluados mediante pruebas como Pisa, Planea o Enlace, al considerar que esos exámenes “no miden la calidad de la educación que han recibido los niños y jóvenes”.

Cuando uno suma los elementos de la foto, vamos otra vez al camino de la politización de la educación”, concluyó el investigador.

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