Nick Foles, de pensar en el retiro al Super Bowl LII

EXCELSIOR

El QB de las Águilas de Filadelfia llega al duelo por el título de la NFL tras reponerse de los desencantos con la ayuda, Andy Reid, su mentor

CIUDAD DE MÉXICO.

Por mucho tiempo, la duda fue la sombra de Nick Foles (20 de enero de 1989, Austin, Texas), quarterback de las Águilas de Filadelfia, protagonistas del Super Bowl LII al que llegaron de la mano del egresado de la Universidad de Arizona, jugador que se habla de ‘tú’ con la adversidad.

Hombre introvertido, de familia adinerada y apegado a la religión, Foles atrajo las miradas de los expertos con sus números: 5 mil 658 yardas por aire con la preparatoria de Westlake (rompió el récord de Drew Brees) y, tras intentar con Arizona State y Michigan State, con Arizona terminó como el líder de todos los tiempos en pases (mil 369), completos (933), yardas (10 mil 11) y touchdowns (67).

Previo al Scouting Combine, muchos apostaban que podría ser primera selección del Draft, sin embargo, el peso de la etiqueta lo relegó hasta la tercera ronda, elegido el 27 de abril de 2012 como 88 global por las Águilas de Filadelfia.

Debutó como profesional el 11 de noviembre de ese año, de la mano del coach Andy Reid. Una conmoción cerebral de Michael Vick le abrió las puertas y una lesión se las cerró en 2014. Una fractura de clavícula frente a los Texanos puso un tope a la temporada y a su estancia en las Águilas, equipo con el que firmó su primer partido soñado el 3 de noviembre de 2013, con siete pases de anotación y 406 yardas contra Oakland, bajo el mando de Chip Kelly, que llegó en sustitución de Reid.

Tras la lesión, en marzo de 2015, fue enviado a los Carneros, en ese entonces de San Luis, en un intercambio por Sam Bradford.

La estancia de Foles con los Carneros no fue la mejor. Meses después de su llegada firmó una extensión por dos años a cambio de 24.5 millones de dólares, pero un mal juego le indicó la salida. En un juego contra Chicago, Foles sólo completó el 47 de sus pases, los Carneros perdieron y Jeff Fisher lo mandó a la banca.

En julio de 2016, Foles fue cortado del equipo.

Hemos estado en contacto con Nick y sus representantes a lo largo de la temporada baja y sentimos que ésta es la mejor decisión para todos los involucrados (…) le deseamos la mejor de las suertes en sus proyectos futuros”, declaró el entrenador Fisher al anunciar la salida del mariscal de campo.

La duda en sus capacidades y la mala fortuna dentro de los emparrillados hizo a Foles rondar con la idea del retiro, pero un reencuentro haría replantearse otra oportunidad, cobijado por quien lo había reclutado años antes: Andy Reid, ahora con los Jefes de Kansas City.

Era la oportunidad de ir a un lugar donde fuera respetado y apreciado”, dijo Foles tras firmar con los Jefes como suplente. “Reid fue quien me dio la oportunidad como novato. Es alguien con quien siempre he estado en contacto y a quien aprecio mucho. Así que sólo me alejé del deporte por unos días, hablé con él y le expresé como me sentía. Sólo fue con el coach Reid. Eso fue todo. No pensé en otras ofertas. Le dije a mis agentes, ‘él es para quien quiero jugar'”.

El rescate de Reid sólo duró un año, pero tuvo su premio más tarde. Tras convertirse en agente libre en marzo de 2017, las Águilas de Filadelfia se acordaron de su novato y lo llevaron a vivir otro reencuentro.

Hicimos un gran esfuerzo por traerlo de vuelta”, dijo el dueño del equipo, Jeffrey Lurie, sin embargo, la suplencia volvía a ser una condicionante ante la presencia de Carson Wentz.

En el encuentro que disputaban las Águilas contra los Carneros, el 10 de diciembre pasado, Carson Wentz sufrió el desgarre del ligamento cruzado anterior. El ánimo de las Águila volaba muy abajo por la pérdida de su QB, candidato a ser el Jugador Más Valioso.

Un día después de lo sucedido, el couch Doug Pederson confirmó que Nick Foles sería el titular en lo que restaba de la temporada. En dos partidos, el texano debía evitar que se notara la ausencia de Wentz y, más presión aún, ser quien llevara los controles de un equipo que ya estaba calificado a la postemporada.

Creo que Andy Reid me sacó más de lo que inclusive yo pensé que era posible”, comentó Foles tras su primera campaña en la NFL. “Me presionó con cada pase. con todo lo que hacía. Me ayudó a ser el jugador en el que me convertí al año siguiente y seguí creciendo. No siempre fue sencillo. Las cosas no fluyeron como aquellos años en Fili, pero es parte del juego. Debes seguir creciendo. Aprendes con los momentos difíciles”.

Y Foles aprendió.

En los playoffs lleva completados 77.8% de sus envíos, con tres touchdowns, sin intercepciones y rating de 122.1, el más alto de la postemporada. Los números se traducen en ser uno de los principales responsables de guiar el vuelo de las Águilas de Filadelfia al tercer Super Bowl en la historia de la franquicia.

No me imaginaba que sería el abridor en el Super Bowl cuando comenzó la temporada. Cuando juegas detrás de Carson Wentz estás jugando detrás de Carson Wentz. Es uno de los mejores de la NFL, con un futuro extremadamente brillante. Va a tener una gran carrera y llegará su momento”, dijo Foles hace unos días, en la antesala del juego ante los Patriotas de Nueva Inglaterra que decidirá al campeón de la NFL.

No podría estar más feliz”, comentó Carson Wentz sobre el momento que vive el equipo y su compañero Nick Foles. “Estoy tratando de involucrarme en lo que puedo. Todavía expreso mi opinión en breves comentarios. Nick ha estado expresando su opinión más que nadie y estoy tratando de ayudar de cualquier manera”.

Después de los sinuosos caminos recorridos sobre los emparrillados, el suplente de las Águilas buscará arrebatar el mandato a Tom Brady, Bill Belichick y los Patriotas, el próximo domingo en el US Bank Stadium.

Ahora, el encuentro que más desea Nick Foles en su carrera es con el trofeo Vince Lombardi.

fdr

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