Mujeres: presas favoritas de estos 9 asesinos seriales mexicanos

Excelsior

CIUDAD DE MÉXICO.-Mujeres jóvenes, algunas dedicadas al sexoservicio, y de la tercera edad, fueron las presas favoritas de los asesinos seriales que con su sadismo salpicaron de terror las calles de la Ciudad de México, entre el siglo 19 y el año 2012. Aquí te dejamos los nueve casos más sangrientos.

Entre 1880 y 1888, Francisco Guerrero, “El Chalequero”, violó y degolló a 20 prostitutas antes de ser detenido por el detective Pancho Chávez, en 1888. El entonces presidente Porfirio Díaz le perdonó la sentencia de muerte y lo condenó a 20 años de prisión.

Higinio Sobera de la Flor, “El Pelón”, nació en el seno de una acaudalada familia, situación que le permitió llevar una vida de excesos: fiestas, alcohol y prostitutas. El 11 de mayo de 1952, mató a tiros al militar Armando Lepe por un incidente de tránsito, en la Condesa. Ese mismo día, invadió el taxi que una bella mujer abordó en Reforma y la mató a balazos. Llevó el cadáver al Hotel Montejo, donde tras mantener relaciones sexuales con el cuerpo fue detenido.

A Macario Alcalá se le comprobaron los asesinatos de dos sexoservidoras en la década de los 60, aunque las autoridades sospechaban que habría matado a 12 más. Pese a que Alcalá se apodó “el Jack mexicano” en referencia al asesino serial inglés “Jack el destripador”, mataba a sus víctimas ahorcándolas.

“Goyo” Cárdenas

En 1976, Gregorio “Goyo” Cárdenas fue puesto en libertad, ya que se determinó que no era culpable de haber estrangulado a cuatro mujeres, cuyos cuerpos fueron hallados en su casa y pese a que confesó haberlas asesinado.

La banda de “los Narcosatánicos” fue detenida en 1989, en el departamento marcado con el número 11 de la calle Río Sena, en la Colonia Cuauhtémoc, luego de sacrificar a 14 personas en ritos satánicos y enterrar los cadáveres en un rancho de Matamoros, Tamaulipas.

A Agustín Salas del Valle, “El Estrangulador de Mujeres”, se le relacionaron con una serie de al menos 20 asesinatos de prostitutas entre 1989 y 1993, pero sólo se le detuvo y condenó por uno. Posiblemente el más cruel. La víctima fue encontrada en un cuarto de hotel de la Ciudad de México, sin corazón. Generalmente mataba a las mujeres ahorcándolas, aunque también las golpeaba y apuñalaba.

Me fascina la larga imaginación que él tiene”, dijo alguna vez José Luis Calva Zepeda, “El Poeta Caníbal”, de sí mismo, antes de ser encarcelado en el Reclusorio Oriente por haber matado a una de sus exparejas, cuyo cadáver fue encontrado cercenado en su departamento de la Colonia Guerrero, en 2007, y de quien las autoridades presumen que comió algunos trocitos. En 2007, fue detenido y encarcelado, pero ese mismo año murió, presuntamente, al ahorcarse en su celda.

Juana Barraza Samperio, “la Mataviejitas”, llevaba una doble vida: enfundada en el disfraz de “la Dama del Silencio” propinaba golpes sobre los cuadriláteros como luchadora, y en su tiempo libre asesinaba a mujeres de la tercera edad, hasta que fue detenida en 2006 y sentenciada a 759 años de prisión en el Penal de Santa Martha, por la muerte de 16 viejitas.

A bordo del microbús que conducía en las noches, en el derrotero Chapultepec-Valle Dorado, Armando Librado, “El Coqueto” convenció a ocho pasajeras de salir de la ruta para acercarlas a sus destinos finales, pero mentía. Las llevó a lugares solitarios para violarlas y asfixiarlas, pero una sobrevivió y lo denunció en 2012.

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