Muere el hombre más solitario del mundo; vivió 32 años solo en una isla

El conocido como "Robinson Crusoe italiano" falleció el 3 de enero de 2025 a los 85 años tras pasar tres décadas solo en una isla.

EXCELSIOR 

Mauro Morandi, conocido como el “Robinson Crusoe italiano”, falleció el 3 de enero de 2025 a los 85 años en su ciudad natal de Módena, Italia. Se volvió famoso por una decisión inusual: pasar más de tres décadas en soledad como guardián de la isla de Budelli, ubicada en el archipiélago de La Maddalena, al norte de Cerdeña.

Nacido en 1938, Morandi trabajó como profesor de educación física antes de embarcarse en una travesía que cambiaría su vida. En 1989, con la intención de navegar hacia el Pacífico, su catamarán sufrió una avería que lo llevó a las costas de Budelli.

Allí descubrió que el cuidador de la isla estaba a punto de jubilarse, lo que le ofreció la oportunidad de asumir el rol de guardián. Fascinado por la belleza natural de Budelli, especialmente por su famosa Spiaggia Rosa (Playa Rosa), decidió quedarse y dedicarse a la protección y conservación de este paraíso.

Durante 32 años, Morandi vivió en una antigua estación de radio de la Segunda Guerra Mundial, adaptada como su hogar. Su rutina diaria incluía la limpieza de senderos, la vigilancia contra posibles intrusos y la educación de los visitantes sobre la importancia de preservar el entorno natural.

 

A pesar de su aislamiento, mantenía contacto con el mundo exterior a través de una radio y, en años más recientes, mediante las redes sociales, donde compartía fotografías y reflexiones sobre la vida en la isla.

En 2016, la propiedad de Budelli pasó a manos del Parque Nacional de La Maddalena después de que una empresa privada neozelandesa, anterior propietaria, quebrara. Las autoridades del parque comenzaron a cuestionar la permanencia de Morandi en la isla, alegando la necesidad de restaurar y proteger el ecosistema sin intervención humana

A pesar del apoyo popular que reunió más de 18 mil firmas en una petición para permitirle quedarse, en 2021, a la edad de 81 años, Morandi decidió abandonar Budelli y trasladarse a La Maddalena, donde continuó su vida en relativa tranquilidad.

La vida de Morandi en Budelli fue objeto de numerosos reportajes y documentales, que lo presentaban como un símbolo de la conexión profunda entre el ser humano y la naturaleza. Su elección de vivir en soledad fue interpretada por muchos como un acto de resistencia contra la modernidad y una búsqueda de paz interior.

Sin embargo, Morandi siempre enfatizó que su objetivo principal era proteger la isla de la degradación ambiental y educar a otros sobre la importancia de vivir en armonía con la naturaleza.

Tras su partida de Budelli, Morandi expresó en diversas entrevistas su tristeza por dejar la isla, pero también su comprensión de la necesidad de adaptarse a las circunstancias.

En La Maddalena, encontró una comunidad que lo acogió y donde pudo disfrutar de comodidades que había dejado atrás durante su vida como ermitaño. A pesar de su avanzada edad, mostró una notable capacidad de adaptación y una actitud positiva hacia los cambios en su vida.

La muerte de Mauro Morandi marca el fin de una era para la isla de Budelli y para aquellos que veían en él un ejemplo de dedicación a la conservación ambiental.

Sus amigos y seguidores han expresado su intención de esparcir sus cenizas en el mar, cerca de la isla que tanto amó y protegió. Su legado perdura en las lecciones sobre la importancia de la preservación de la naturaleza y la búsqueda de una vida en equilibrio con el entorno.

La historia de Morandi resuena en un mundo cada vez más consciente de la necesidad de proteger los ecosistemas frágiles y de reconsiderar la relación entre la humanidad y el medio ambiente. Su vida en Budelli sirve como un recordatorio de que la verdadera riqueza puede encontrarse en la simplicidad y en la conexión profunda con la naturaleza.

La isla de Budelli continúa siendo un símbolo de belleza natural y de la importancia de la conservación, valores que Mauro Morandi defendió hasta el final de sus días.

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