Moody´s, desconfianza y autodefensa Por Roberto López Rosado*
El pasado miércoles 5, los noticieros nocturnos y al día siguiente en los diarios y portales se daba a conocer la “decisión” de la agencia calificadora Moody’s “al observar una mejoría en las condiciones económicas del país”, decisión que estaba sustentada en gran medida por las reformas estructurales que fueron aprobadas por el Congreso, según se explica. Esta agencia en su reporte dice que espera que las reformas estructurales, “eleven el crecimiento potencial del país” y calcula que “el impacto de las reformas se manifestarán de manera gradual y a través del tiempo, lo que permitirá a fortalecer aun más el perfil crediticio soberano de México”.
Hurgando información me encontré que otra calificadora, en este caso, Fitch Ratings, que en un comunicado dio sus argumentos por qué no hizo lo mismo que Moody´s: “Se debe observar un periodo sostenido de crecimiento que reduzca la brecha económica de México con los soberanos con calificaciones más altas, así como mejoras adicionales materiales en la flexibilidad fiscal”. Si bien no soy un conocedor de estos temas pero sí un atento observador, me encuentro con dos argumentos puestos, dos visiones sobre lo que llaman “calificación soberana de México”.
De todo esto, es claro que lo que se busca es que el país tenga abiertas de par en par, aun más, sus puertas al capital extranjero que exige tener las condiciones necesarias para invertir, llevarse todas sus ganancias y no tener problemas de carácter laboral, impositivo, es decir, encontrarse con el terreno plano y bien pavimentado.
Efectivamente me brincan esas dos visiones sobre un mismo asunto: La que le entrega a México –como en la primaria-, la boleta de PROMOBIDO o APROBADO por “bien portado”, y la otra que le exige tener más méritos para otorgarle su diploma. Conociendo como se mueven los priístas, me preguntó: ¿no será que el mismo Secretario de Hacienda, Luis Videgaray contrató a algunos lobistas e incluso él mismo “convenció” a la calificadora para afirmar que los riesgos de la economía ante condiciones adversas son “moderados”? Desde luego que lo van a negar. ¿Para qué?, preguntarán. Muy sencillo para generar un impacto mediático y de pasada distraer la atención de lo que está sucediendo en Michoacán y en otras partes del territorio nacional.
Y mientras que Enrique Peña Nieto, su gabinete y los priístas festejan la “buena calificación”, afuera, los grandes consorcios están también celebrando. Adentro, como señaló el Secretario General del PRD, Alejandro Sánchez Camacho, “la población está descontenta porque los mexicanos perciben que los cambios impositivos de la reciente reforma hacendaria tendrán un impacto negativo en su ingreso personal y en las perspectivas de inversión”.
Llamó al gobierno a no celebrar anticipadamente junto con los grandes inversionistas porque, aseguró, “la realidad económica y social no es como nos la quieren pintar”, y es que según el Índice de Confianza del Consumidor que reportó ese mismo día el INEGI, en el primer mes de este año, representó una baja de 15.5 por ciento respecto a enero de 2013. El indicador que evalúa la situación económica que se espera para los miembros del hogar dentro de un año respecto a la actual se redujo 9.9 puntos; los mexicanos encuestados consideraron que la situación económica del país con relación a la que prevaleció hace 12 meses, tuvo un descenso de 19.7 por ciento y en cuanto al componente que hace alusión a la percepción de los consumidores sobre la situación económica del país dentro de un año respecto a la actual, dicho instituto informó que este alcanzó un nivel de 88.4 puntos, que significó una baja de 18 por ciento.
En fin, el festejo de Peña Nieto, su gabinete, el PRI y los empresarios foráneos, no se parece en nada al pesimismo de la gente común, incluso de ciertos sectores empresariales nacionales y de los mismos analistas que han destacado, por ejemplo, que la generación de empleos está por debajo de lo prometido por Peña Nieto, ya que en 2013, sólo se crearon 3 de cada 10 empleos que demanda el país por lo que la situación del mercado laboral no mejoró. La economía no repuntó como ellos habían calculado, primero, de 3.5 por ciento, luego de 3.1, para quedar al final del año pasado en 1.8 por ciento.
Pareciera que las radiografías que están viendo Moody’s y los mexicanos son distintas, pero creo que son la misma. Lo que pasa es que el lente con que se mira, es distinto, los parámetros también. Las condiciones que con el Pacto por México se crearon en el Congreso le dan todas las ventajas particularmente al empresariado extranjero que “Con los atentos saludos de EPN”, satisficieron sus exigencias, las mayores regresiones legislativas en la historia del país, es decir, las reformas laboral, educativa y energética. El zaguán está abierto de par en par. Por ello se festeja afuera mientras que adentro el desaliento en los hogares de millones de mexicanos que podrían, y con toda razón, preparar grupos de autodefensa no para enfrentar a los “Caballeros Templarios”, si no a los “Caballeros Conservadores”, neoliberales que también cobran derecho de piso.
*Diputado federal del PRD por Oaxaca