Los verdaderos enemigos de Cué
A estas alturas del sexenio que el señor Gabino Cué se decidió gobernar, es posible que con toda razón se pregunte asimismo quiénes son sus verdaderos enemigos políticos y cómo debe volver a buscar la salida del enredo en que se metió cuando se declaró triunfador en las elecciones gubernamentales de Oaxaca.
Él llegó por el apoyo de verdaderos amigos que quedaron olvidados desde el primer instante de su gobierno. Los que obtuvieron premio, fueron los que compraron su ingreso bajo la presión de los grupos políticos, más no sus amigos.
Desde el primer día del gobierno del cambio, la entidad ha vivido los aciertos y los desaciertos; las pérdidas y las poquísimas ganancias que el pueblo ha tenido.
Oaxaca venía de los efectos de un sexenio lleno de crisis moral y económica que se desarrolló cínicamente bajo la dirección de Ulises Ruiz Ortiz. Ésa crisis nos empobreció, y más todavía, con el plantón magisterial del 2006.
A la llegada de Gabino Cué, pronto se nos sobrepuso una nueva imagen, la que superarían los rezagos sociales y el cinismo pasado. Desafortunadamente no fue así. Comenzamos a vivir un periodo de hipocresía y de mentiras.
Desde los primeros días se descubrió que algunos funcionarios carecían de título profesional y que presentaban documentación falsa. Cuando surgió la protesta pública, otros funcionarios del gobierno salieron a decir otras mentiras para entretenernos.
Así pues, la mediocridad se apoderó del gobierno oaxaqueño. Y a la fecha no hay rumbo, no hay diseño de metas y se gobierna como bogar sin brújula. El gobierno se ha dedicado a dejar pasar y esperar a que el tiempo resuelva por sí solo cada una de las situaciones que vive la entidad.
Muchos han de recordar los audioescándalos, donde se hicieron públicas las llamadas telefónicas entre Jorge Castillo y presidentes de partidos políticos, así como de diputados y exgobernadores.
Por esos hechos, la ciudadanía le exigió al gobernador, explicara los audio donde estaba involucrado Jorge Castillo, representante del gobierno en el Distrito Federal. Con ese cargo aparecía como parte del gabinete del gobierno del estado en su portal de Internet. Horas después de la bulla fue borrado del sitio.
A partir de entonces, la desconfianza y la duda nacieron en la ciudadanía sobre quien gobernaba la entidad. La debilidad personal y política de Gabino Cué, a quien se le trató de darle imagen de fortaleza, el pueblo lo comenzó a ver pequeño y débil ante la figura de Jorge Castillo.
El pueblo se dio cuenta que quien gobernaba la entidad era Castillo y no Cué. A Castillo, según las grabaciones, los políticos lo halagaban y obedecían. El resultado fue que aumentó la debilidad de Cué.
Después de todo lo que le ha sucedido al gobernador, más la relación que ha tendido con la sección 22, en nada le ha beneficiado a su imagen ni a su gobierno. Ahora tiene que volver a la objetividad para dejar el poder a su tiempo.
En realidad, Gabino le ha respondido a los que cree que son sus amigos, pero estos no se lo han manifestado ni con trabajo. Para muestras, ahí está el Secretario de Salud Germán Tenorio Vasconcelos; el Secretario de Seguridad Pública Alberto Esteva Salinas; la Secretaría de la Contraloría y Transparencia Gubernamental, Perla Woolrich Fernández; Netzahualcóyotl Salvatierra, Secretario de las Infraestructuras. Daniel Juárez López, Secretario del Trabajo, entre otros.
A veces pienso que Gabino Cué, ofrece libertad de expresión y de publicación de las ideas, pero confía en que los medios de comunicación apliquen la autocensura y le hagan el favor de no creer en lo que se dice. Muchos de los críticos de sus acciones lo piensan, pero mejor lo publican por el bien de Oaxaca.
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