Los hipopótamos no saben nadar, pero sí pueden “volar”: estudio

Investigadores descubrieron que los hipopótamos pueden elevarse en el aire aunque lleguen a pesar 2 mil kilos.

EXCELSIOR

Un reciente estudio ha revelado un hecho asombroso sobre los hipopótamos: aunque no saben nadar, estos gigantes pueden levantar sus cuatro patas del suelo simultáneamente cuando trotan a gran velocidad.

Investigadores del Royal Veterinary College (RVC) de North Mymms, en Hertfordshire, descubrieron esta sorprendente capacidad, revelando que estos animales, que a menudo pesan más de 2 mil kilos, pueden elevarse en el aire.

Este descubrimiento se logró mediante el análisis meticuloso de imágenes realizado por el equipo de Biomecánica Evolutiva del catedrático John Hutchinson del RVC. El estudio, publicado en la revista PeerJ, demostró que los hipopótamos pueden levantar las cuatro patas del suelo simultáneamente durante aproximadamente el 15 por ciento del tiempo que están en movimiento, especialmente cuando necesitan acelerar para escapar o perseguir rivales.

El Impresionante “vuelo” de los hipopótamos

Aunque su “vuelo” dura solo unos 0.3 segundos, este hallazgo sitúa a los hipopótamos en un nivel atlético impresionante, comparable a los elefantes y rinocerontes. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron minuciosamente videos de hipopótamos en movimiento, tanto en zoológicos como en su hábitat natural. Emily Pringle, una estudiante del equipo, visitó el Flamingo Land Resort en Yorkshire del Norte para grabar a los hipopótamos residentes mientras se desplazaban entre el establo y el abrevadero.

Es bien sabido que los hipopótamos pasan mucho tiempo en el agua, pero es menos conocido que no saben nadar en el sentido tradicional. Con un peso de alrededor de 2 mil kilogramos, su densidad les impide flotar, por lo que se desplazan empujándose del fondo del río o la superficie del agua. Sin embargo, en tierra firme, su manera de moverse es bastante diferente. Pese a su volumen, trotan casi exclusivamente, en un movimiento en el que las patas diagonalmente opuestas se mueven de forma sincronizada.

Este tipo de locomoción es único entre los grandes mamíferos. Los elefantes, por ejemplo, siempre mantienen al menos una pata en el suelo, incluso a alta velocidad, mientras que los rinocerontes pueden trotar y galopar. La capacidad de los hipopótamos para elevarse en el aire, aunque sea brevemente, los coloca en un nivel atlético notable, comparable al de estos otros gigantes terrestres.

El profesor Hutchinson destaca la dificultad de estudiar a estos animales debido a su naturaleza peligrosa y sus hábitos nocturnos. Sin embargo, este descubrimiento abre nuevas perspectivas sobre la biomecánica de los grandes animales terrestres y podría tener implicaciones en la comprensión de la evolución de la locomoción desde los dinosaurios hasta los mamíferos actuales.

Kieran Holliday, del Flamingo Land Resort, sugiere que estos conocimientos podrían mejorar el cuidado de los hipopótamos en cautiverio, influyendo en el diseño de recintos y en las prácticas de cría.

“Entender más sobre las especies con las que trabajamos solo nos ayudará a mejorar los cuidados que podemos darles en el futuro, y el hecho de que este trabajo haya desvelado posibles nuevos descubrimientos sobre la locomoción de los hipopótamos podría tener repercusiones positivas para la comunidad zoológica en general en lo que respecta a la cría y el diseño de recintos”.

De acuerdo con el especialista la investigación no solo es fascinante desde el punto de vista científico, sino que también podría tener aplicaciones prácticas.

¿Por qué no nadan los hipopótamos?

Los hipopótamos no saben nadar debido a su alta densidad corporal y su estructura física. Aunque pasan mucho tiempo en el agua, su peso, que puede superar las dos tonelas, les impide flotar. En lugar de nadar, se desplazan empujándose con los pies desde el fondo de los ríos o lagos.

El movimiento en el agua de los hipopótamos es similar a un “caminar” sumergido, donde usan sus patas para impulsarse y moverse lentamente. Esta forma de locomoción es eficiente para su tamaño y evita el gasto energético que requeriría el nadar.

La densidad de su cuerpo, compuesta principalmente de huesos pesados y músculos robustos, los hace más propensos a hundirse que a flotar, a diferencia de otros mamíferos acuáticos que tienen una mayor proporción de grasa corporal para ayudar en la flotabilidad.

Este comportamiento ha sido documentado por estudios biomecánicos y observaciones en su hábitat natural.

 

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