Los alimentos en el primer año del bebé

Lactancia materna

La leche materna proporciona la alimentación ideal al lactante y contribuye a un crecimiento y desarrollo favorables. Reduce la incidencia y gravedad de las enfermedades infecciosas, protege al niño de ciertos tipos de alergias e intolerancias alimentarias, se ajusta en todo momento a las necesidades del bebé, y contribuye a que la relación entre madre e hijo sea más cercana.

Se recomienda iniciar la lactancia materna lo antes posible (en la primera hora de vida tras el nacimiento). Al nacer, el niño suele encontrarse muy despierto, favoreciendo dicha situación un buen enganche y succión del recién nacido, que a su vez estimula la liberación de las hormonas implicadas en la producción y secreción de leche.

No es aconsejable utilizar pautas rígidas de alimentación. El bebé ha de mamar a petición suya y de manera frecuente (cada dos o tres horas los primeros días). En pocas semanas, las tomas se espaciarán espontáneamente. Cuando la lactancia materna no es posible, la lactancia artificial es una buena alternativa para alimentar al niño.

Lactancia artificial

Las leches para lactantes (en el envase llevan el número 1) constituyen un alimento adecuado durante los 4-6 primeros meses de vida. En cualquier caso, el pediatra os indicará en qué momento deben producirse los cambios en la alimentación del bebé. El biberón se ofrecerá cuando el niño tenga hambre (aproximadamente cada 3-4 horas), y la cantidad dependerá de sus necesidades. Recordad que las indicadas en los envases son sólo orientativas.

Para preparar el biberón, añadir un cacito raso de leche en polvo por cada 30 ml de agua (utilizar el cacito específico incluido en el envase). En caso de usar agua mineral, seleccionar aquellas con bajo contenido en sales.

bebe_alimentacion_primerA partir de los 6 meses de vida, se utilizarán las leches de continuación (en el envase llevan el número 2), adaptadas a las nuevas necesidades nutricionales del bebé. A partir de los 4-6 meses de edad, se introducirá la alimentación complementaria.

Introducción de alimentos sólidos

La incorporación de cada nuevo alimento debe realizarse por separado, dejando varios días entre uno y otro. Se ofrecerán pequeñas cantidades, aumentándolas a medida que el niño se acostumbre al sabor. La pauta de introducción de cada alimento no es fija, sino que presenta pequeñas variaciones, dependiendo de la experiencia del pediatra y el ritmo de crecimiento y desarrollo del bebé:

– Cereales. Los cereales sin gluten (arroz y maíz) pueden introducirse entre los 4 y 6 meses. Se preparan disueltos en leche materna, leche de continuación o agua. Los cereales con gluten (avena, cebada, centeno y trigo) no deben incorporare antes de los 6-7 meses.

– Frutas. Las primeras papillas de frutas incluirán manzana, plátano, naranja o pera, y se ofrecerán entre los 4 y 6 meses. Las frutas con mayor probabilidad de desencadenar alergias (fresa, melocotón…) no han de darse antes del año de vida.

– Verduras y hortalizas. La patata, la zanahoria, las judías verdes o el calabacín pueden incorporarse a partir de los 6-7 meses. Al elaborar el puré, es posible añadir un chorrito de aceite de oliva, pero no es aconsejable condimentar con sal. Las espinacas, las coles, el repollo o la remolacha no deben introducirse antes del noveno mes.

– Carne. El pollo, la ternera y el cordero se incluirán progresivamente en el puré de verduras a partir de los 6-7 meses. El cerdo y las vísceras se darán más adelante.

– Pescado. Debido a su alta capacidad alergénica, no debe introducirse antes de los 9-10 meses. Comenzar añadiendo pescado blanco cocido al puré de verduras.

– Huevo. La yema de huevo cocida puede ofrecerse a partir de los 9-10 meses. La clara o el huevo entero no se incorporará hasta los 12 meses. Se recomienda no dar al bebé más de 2 o 3 huevos a la semana.

– Legumbres. Se introducirán en pequeñas cantidades a los 15-18 meses.

– Leche de vaca. Las leches de continuación son adecuadas hasta los 2-3 años, pero a partir de los 12 meses el niño puede tomar leche entera de vaca. Los derivados lácteos (yogur, queso…) también pueden formar parte de la alimentación del bebé.

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