Renuncian los integrantes del Consejo Consultivo de la CNDH

En un documento, los integrantes informaron que su labor "ha sido desdeñada de forma reiterada" desde hace dos años.

MILENIO

Los integrantes del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) presentaron su renuncia ante el Senado.

En un oficio dirigido a Ana Lilia Rivera, presidenta del Senado, y a Kenia López Rabadán, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, los integrantes externaron las razones que los orilló a renunciar a su cargo.

Explicaron que aunque la Ley indica que “la Comisión Nacional para el mejor desempeño de sus responsabilidades contará con un Consejo Consultivo “, afirman que su labor como organismo asesor de la comisión “ha sido desdeñada de forma reiterada por su presidenta, aduciendo que la ley no la obliga a aceptar ninguno de nuestros consejos, aún y cuando algunos de éstos hayan sido formulados por unanimidad en favor de los derechos humanos”.

“Asimismo, y de forma sistemática, ha obstaculizado nuestro trabajo llegando al extremo de ignorarnos por completo, amenazar y calumniar a algunas personas integrantes del consejo, no sólo en los espacios de este órgano ciudadano, sino utilizando para ello los recursos, personal y los medios de la CNDH, incluyendo sus redes sociales”.

En el mismo documento resaltaron que han intentado aplicar lo que dice la ley en cuanto a sus atribuciones, sin embargo, expresaron: “no hemos podido mediar, ni razonar con la presidenta de la CNDH, prácticamente en ninguna de las actuaciones que ha llevado a cabo”. 

“Hemos diferido con la presidenta desde simples interpretaciones a procedimientos internos, tales como el significado del quórum, la mayoría de votos, el conflicto de intereses en la contratación de personal, hasta negarnos facultades para hacer una simple modificación al orden del día de las sesiones del propio Consejo”.

“Casos extremos han sido la no emisión de recomendaciones generales, que pareciera haber sido para no incorporar nuestras observaciones, así como la publicación de posicionamientos públicos sobre los derechos humanos donde la presidenta decide manifestarse exactamente en sentido contrario a lo unánimemente aconsejado, o incluso, desatender resoluciones adoptadas por la mayoría del consejo, en asuntos de competencia exclusiva”.

Finalmente dijeron que: “un órgano que debiera ser autónomo -la CNDH- pareciera estar atendiendo a intereses diversos a los de la defensa y protección de los derechos humanos, razón por la cual es que, ante los múltiples obstáculos que nos han hecho prácticamente imposible cumplir con la noble función que nos fue encomendada, y considerando que nuestra presencia parece solamente legitimar algunas arbitrariedades, interpretaciones sesgadas y decisiones unilaterales de la presidenta de la CNDH, decidimos de manera unánime renunciar a este honroso encargo”.

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