Leucemia: es el tipo de cáncer más común en niños, indican especialistas del IMSS
La leucemia es un cáncer de los glóbulos blancos (un tipo de células de la sangre). Estas células sanguíneas se forman en la médula ósea. Por lo que los glóbulos blancos ayudan al organismo a combatir infecciones. Sin embargo, en personas con leucemia, la médula ósea produce glóbulos blancos anormales, las cuales reemplazan a las células sanguíneas sanas y dificultan que la sangre cumpla su función.
El doctor Luis Enrique Matadamaz Ortiz, coordinador de Medicina Interna del Hospital General de Zona 1 del (IMSS) en Oaxaca, indicó que la leucemia puede desarrollarse lenta o rápidamente. La leucemia aguda es un tipo de crecimiento rápido y la crónica crece lentamente.
Los niños con leucemia suelen presentar síntomas, como cansancio, falta de apetito o fiebre intermitente. A medida que la afección avanza aparece dolor en los huesos, como resultado de la multiplicación de las células leucémicas en el sistema óseo. También aparece anemia, cuyas características son palidez, cansancio y poca tolerancia al ejercicio, fruto de la disminución de glóbulos rojos.
Así mismo, la reducción del número de plaquetas provoca hemorragias esporádicas y la aparición de manchas en la piel o grandes hematomas, a consecuencia de hemorragia causada por golpes leves. Además, pueden presentarse hemorragias a través de nariz, boca o recto.
Matadamaz Ortiz indica que los factores de riesgo para la leucemia en niños incluyen: tener un hermano o hermana con leucemia, tener ciertos trastornos genéticos o recibir tratamiento con radiación o quimioterapia. Generalmente, la leucemia infantil se cura con el tratamiento. Las opciones de tratamiento incluyen: quimioterapia, tratamiento con otros medicamentos y radiación. En algunos casos, un trasplante de médula ósea y de células madre puede ayudar.
En los niños con leucemia o linfoma, la cirugía generalmente desempeña un papel muy poco importante. Esto obedece a que la leucemia y el linfoma son cánceres que afectan a la sangre y al sistema linfático, que están ampliamente distribuidos por todo el cuerpo, lo que dificulta tratarlos extirpando un área específica.
Sin embargo, en aquellos niños que tienen tumores sólidos y aislados, que afectan a zonas reducidas de la anatomía y no se han extendido a otras partes del cuerpo, la cirugía suele ser un arma eficaz para combatir el cáncer cuando se combina con quimioterapia y/o radioterapia.
El diagnóstico y tratamiento del cáncer infantil es un proceso largo que se asocia a efectos secundarios, tanto a corto como a largo plazo. Pero, gracias a los avances médicos, cada vez hay más niños con cáncer que completan el tratamiento con éxito y que pueden abandonar el medio hospitalario y crecer como cualquier otro niño. En la actualidad, hasta el 70 por ciento de todos los niños con cáncer se pueden curar, dijo el Coordinador de Medicina Interna del IMSS.