La historia real de Young-hee: ¿De dónde salió la muñeca más terrorífica de Netflix?
Esta es la fascinante historia detrás de Young-hee, la icónica muñeca de El Juego del Calamar.
EXCELSIOR
En septiembre de 2021, la serie surcoreana ‘El Juego del Calamar’ conquistó a millones de espectadores en todo el mundo, y con ella, la muñeca Young-hee se convirtió en uno de los personajes más icónicos y aterradores de la producción.
Su figura gigante, con apariencia infantil pero implacable en el juego de “Luz roja, luz verde”, dejó una marca indeleble en la cultura popular. Sin embargo, detrás de su imponente presencia y su rol en la trama, se esconde una historia que conecta al personaje con elementos de la cultura y la historia coreana.
¿Quién es Young-hee?
En ‘El Juego del Calamar’, Young-hee es la encargada de vigilar el juego de “Luz roja, luz verde”, una versión mortal de un juego infantil popular en Corea del Sur y otras partes del mundo. Con su vestido naranja, camiseta amarilla, medias blancas y mocasines, su imagen podría parecer inofensiva a primera vista.
Sin embargo, su rol en la serie es despiadado: cualquier jugador que se mueva mientras Young-hee canta y luego se detiene es eliminado de manera brutal.
En la segunda temporada, la muñeca regresó, pero esta vez con un giro inesperado: Young-hee apareció acompañada de Chul-su, su contraparte masculina. Este cambio no solo sorprendió a los fanáticos, sino que también despertó el interés por conocer la verdadera inspiración detrás de estos personajes y su simbolismo.
¿En que está inspirada la muñeca de ‘El Juego del Calamar’?
La conexión más directa de Young-hee con la cultura coreana proviene de su relación con los personajes de los libros de texto escolares de los años 60 y 70. En aquella época, dos figuras icónicas, Young-hee y Chul-su, aparecían en las lecciones de los niños para enseñarles a leer, escribir y aprender valores básicos.
Young-hee y Chul-su eran, para muchos coreanos, el símbolo de la infancia, la amistad y la inocencia. A través de sus historias en los libros escolares, los niños aprendían sobre el compañerismo, la honestidad y el trabajo en equipo.
La serie logró tomar este símbolo de inocencia y transformarlo en un elemento inquietante y siniestro, uniendo los recuerdos de la niñez con el terror psicológico.
Este contraste entre la inocencia de los personajes en los libros y su transformación en la serie ha impactado profundamente a la audiencia, especialmente a aquellos que crecieron con estos libros. Para muchos, ver a Young-hee convertida en una muñeca robótica asesina fue una experiencia perturbadora que mezcló el terror con la nostalgia.
¿Qué significa Young-hee?
El nombre ‘Young-hee’ también tiene un significado especial que va más allá de su apariencia en la serie. En coreano, ‘Young-hee’ se traduce como “Flor eterna que nunca se desvanece”, una referencia directa a la mugunghwa, la flor nacional de Corea del Sur.
La mugunghwa simboliza la perseverancia, la fortaleza y la belleza que perdura a lo largo del tiempo, valores profundamente arraigados en la cultura coreana.
El uso de este nombre en la serie no es casualidad. Al conectar el personaje con la flor nacional, ‘El Juego del Calamar’ no solo evoca nostalgia, sino que también introduce un simbolismo que habla de la identidad nacional coreana y cómo los recuerdos del pasado pueden ser distorsionados en un contexto oscuro.
¿Cuál fue el proceso de creación?
Aunque muchos podrían pensar que la muñeca Young-hee fue creada específicamente para la serie, la realidad es que su origen es muy distinto. La muñeca gigante utilizada en las escenas de ‘El Juego del Calamar’ ya existía antes de que comenzara la producción de la serie.
Esta escultura formaba parte de una exposición en el museo Macha Land de carruajes en el condado de Jincheon, ubicado en la provincia de Chungcheong del Norte, Corea del Sur.
Después de ser utilizada en la serie, la muñeca fue devuelta a su lugar original en el museo, donde ha atraído la atención de turistas y fanáticos tanto coreanos como extranjeros. Algunos incluso han tenido la oportunidad de fotografiarse junto a esta enorme figura, consolidando su estatus como un icono cultural moderno.